El Tribunal de Justicia de la Unión Europea atendió las alegaciones de París, Bruselas y Madrid para determinar si estas tres ciudades europeas pueden impugnar el reglamento sobre las emisiones procedentes de vehículos adoptado por la Comisión Europea y aceptado por los gobiernos nacionales.
Esta es la primera vez que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea reciba a ciudades como “interesados”, lo que refleja el aumento de autoridad de los centros urbanos en lo que respecta a la defensa de la salud pública y de la acción climática, según reseñó una nota de prensa del grupo ambientalista C40.
El reglamento n.° 2016/646, que se aprobó poco después de que estallara el escándalo “Dieselgate”, especifica el valor límite de emisiones de óxido de nitrógeno (NOx) que pueden emitir los vehículos con motor diésel en las pruebas de emisiones en condiciones reales de conducción.
En lugar de hacer cumplir el límite de NOx de 80 mg/km que acordó el Parlamento Europeo en 2007, la Comisión Europea, sometida a una intensa presión por parte de los fabricantes de automóvil, les ofreció tiempo para que se adaptaran de forma gradual a las nuevas normas relativas a las emisiones en condiciones reales.
Así, se permitirá exceder el límite de 80 mg/km en un 110% a los modelos nuevos a partir de septiembre de 2017 y a los vehículos nuevos a partir de septiembre de 2019. El límite de 80 mg/km se podrá seguir excediendo en un 50% a partir de enero de 2020 en el caso de los modelos nuevos y a partir de enero de 2021 en el caso de los vehículos nuevos.
Los abogados que representan a París, Bruselas y Madrid argumentarán que estos límites son lo que la alcaldesa parisina Anne Hidalgo denomina “licencia para contaminar”, así como un paso atrás en la legislación medioambiental europea que se había diseñado para proteger la salud pública y mejorar la calidad del aire. Con el tiempo, este reglamento se considerará una “traición al Acuerdo de París” por no haber logrado la transición hacia vehículos más limpios; un cambio necesario para frenar el cambio climático.
Si esta acción conjunta tiene éxito, se volverá a implantar el reglamento de 2007 que estipulaba un límite de emisiones de NOx de 80mg/km, pero ahora se basará en una prueba en carretera nueva.
En marzo de 2016, cuando la Comisión Europea debatía este reglamento, alcaldes y alcaldesas de catorce ciudades de la Unión Europea instaron a sus gobiernos a “dar prioridad la salud de los ciudadanos por encima de la de los lobbies”. Además, una petición pública logró más de 130 000 firmas. Las ciudades eran Ámsterdam, Atenas, Barcelona, Bruselas, Bucarest, Budapest, Copenhague, La Valeta, Lisboa, Madrid, Milán, Nicosia, Oslo, París, Riga, Róterdam, Sofía, Estocolmo, Varsovia y Viena.