La comunidad de Quinquén encabezó en los 80’s los esfuerzos por conseguir la protección legal de la Araucaria, que estaba siendo devastada por empresas madereras.
Lo consiguieron en abril de 1990, cuando se promulgó el Decreto 43 del Ministerio de Agricultura que declaró Monumento Natural al pino chileno o Pewén (de nombre científico Araucaria Araucana) prohibiendo su corta en todo el territorio nacional y no sólo en parques nacionales como era hasta ese entonces.
Aquel mismo año, esa comunidad consiguió que el Estado comprara las cerca de 25 mil hectáreas de su comunidad -12 mil de ellas pobladas de pehuenes- a una empresa maderera que tenía los títulos de dominio y que quería desalojarlos para convertir en madera las araucarias de ese paraje, que colinda con el Lago Galletué, el útero del Bío Bío, en el corazón del Pehuén Mapu .
Pero el desastre que demoró decenas de años de lucha para evitarse, hoy se puede convertir en cenizas en cosa de días o semanas. El fuego -que nació hace ocho días en la Reserva China Muerta- llegó este sábado 21 a Quinquén… y avanza descontrolado.
En comunicado de 20 de marzo, la Comunidad Pewenche de Kmkeñ-Quinquén denunció que no han recibido ninguna ayuda para aplacar el fuego. Este corresponsal pudo confirmar que, al menos hasta la mañana de este domingo 22, el socorro aún no llegaba.
En su comunicado Quinquén pide en forma urgente a las autoridades que movilicen apoyo aéreo para atacar el fuego. “Solo así se evitará que, una vez más, tengamos que cargar con una nueva catástrofe ecológica”, expresan.
Quinquén denunció “el avance incontenible de las llamas que están consumiendo grandes extensiones de bosques aledaños a la Reserva Nacional China Muerta, y, en particular, a un amplio sector de esta misma comunidad”.
Agregan: “Los habitantes de Quinquén comenzamos -en la década de los 80- una lucha incansable contra la explotación del Pewén, hasta lograr su protección como monumento natural. Este árbol sagrado, que da el nombre y sustento a nuestro pueblo, está siendo nuevamente amenazado, pero esta vez por un incendio que desde hace varios días calcina nuestros bosques, también declarados patrimonio de la humanidad”.
Acusan: “Pese a la magnitud de la tragedia, vemos la indolencia de muchas instituciones que no han sido capaces de dimensionar las irreversibles consecuencias que tiene para nuestro pueblo el avance del fuego. Creemos firmemente que si no se toman medidas más efectivas para detener el fuego, el daño ecológico será irreparable. Lo sabemos muy bien, pues en el pasado un incendio de gran magnitud, provocado intencionalmente por una empresa maderera, arrasó con una montaña completa, dejando tras de sí, un paisaje desolador. Hoy, las cenizas y los restos de araucarias calcinadas que permanecen en ese sector, irónicamente llamado ‘El Quemado’, son el vivo recuerdo de un desastre que por estos días, vemos repetirse. Por ello, pedimos muy especialmente a los amigos, académicos, profesionales y a la comunidad nacional e internacional, que nos ayuden a difundir esta declaración. Pero en especial, pedimos a las autoridades de Gobierno, que urgentemente movilicen el apoyo aéreo necesario para atacar el fuego. Solo así se evitará que, una vez más, tengamos que cargar con una nueva catástrofe ecológica”.
“Da mucha pena ver una araucaria quemarse”
La información contenida en esta comunicación fue complementada por El Ciudadano con información in situ aportada por el comunero pehuenche Iván Cayuqueo, dirigente de la comunidad Pedro Calfuqueo, de Icalma.
“Ayer subí a la Cordillera para verificar como iba el incendio. Pude constatar que está fuera de control. Dice que el fuego “en este momento está cerca del Cajón de los Manzanos”, que está a 10 ó 15 kilómetros de su comunidad Pedro Calfuqueo. También se está siendo amenazada seriamente por el fuego la comunidad Huallén Mapu, relata.
El peñi Cayuqueo informa que el incendio es mucho grave de lo que se ha dicho: “Ayer estuvimos recorriendo en moto con otros peñi… pudimos ver que el incendio no solamente abarcó un sector, sino que tomó para todos lados. Donde había más viento, agarró más rápido, y donde hay menos, agarró más lento, pero el incendio es muy grande: son cerca de 4 mil hectáreas y acaso me quedo corto.
Confiesa el pehuenche: “Cuando uno ve encenderse una araucaria es una pena la que da… una impotencia y la verdad la araucaria es una madre para nosotros: nos da el piñoncito, nos da nuestro sustento, nuestro diario vivir para poder alimentarnos. La gente de acá vive de eso, de los piñones”.
Cayuqueo explica que “cuando el pino araucaria prende, da como una explosión porque tiene mucha resina, entonces esa misma resina hace el efecto de una dinamita que explota y salta las chispas lejos: 50 y hasta 100 metros… y allá van a prender y sale el otro chiflón de fuego”.
“Este es un incendio que no sólo va quemando por encima… porque como la sequía ha sido tan enorme, como la tierra está tan demasiado seca, que el fuego va quemando como mínimo 30 ó 40 centímetros bajo tierra…. raíces… se va formando como un rescoldo… es algo que quema todo lo que hay, prácticamente: es una pena”.
Por el momento no hay pronóstico de lluvia. Este domingo 22 hay un cielo azul y se estima que la temperatura llegará a los 29 ó 30 grados, condición que facilitará la expansión del fuego.
Cayuqueo dice que anoche –sábado 21- se reunieron peñis de su comunidad con gente de Quinquén para abordar el problema que les afecta. “Ellos nos mencionaban que no tenían ningún tipo de ayuda. Personal de la ONEMI había quedado de visitarlos, pero esa visita no se concretó”.
Cayuqueo dice que los comuneros pehuenche van a optar por subir ellos mismos a los montes para intentar apagar el fuego, aunque está consciente que sin ayuda aérea esto es casi imposible.
Campaña #SalvemoselPehuenMapu
Finalmente este vocero pehuenche hizo a través de este medio un llamado directo urgente a la Presidenta Michelle Bachelet: “Usted es la persona indicada para ayudarnos. Debería venir a conversar con los vivientes de este sector, con las personas que estamos viviendo en carne propia esta realidad.
Remató: “Usted, como presidenta de todos los chilenos, no puede abandonarnos. Necesitamos maquinarias pesadas, aviones de alta capacidad de agua. ¡Necesitamos su auxilio urgente!.
Es así, que la comunidad Pehuenche hace un llamado abierto para presionar a las autoridades, para sensibilizar respecto a la tragedia, comprendiendo que no solo está amenazado el bosque y su belleza, sino la supervivencia y la vida arraigada en la cosmovisión mapuche y su conexión con la tierra.
* Fotografías: Iván Cayuqueo
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