El histórico sector de Biobío también está sufriendo con los incendios. Esta región tiene algunas particularidades que resultan determinantes a la hora de que se propague un siniestro de esta índole. En entrevista con Felipe Valenzuela, de Resumen.cl, hablamos de las trágicas consecuencias que sufre la Octava Región, producto de las grandes forestales con miles y miles de hectáreas de terreno.
¿Cómo van los incendios?
No están controlados. En el conurbano de Concepción el aire está casi irrespirable. Hay una nube de humo y de cenizas que ha persistido desde la mañana. Se debe a los incendios de las comunas de Penco y Concepción.
¿Quiénes son los principales responsables de este incendio?
Primero hay que constatar cuál ha sido el mensaje del gobierno. Se han restringido a buscar responsables individuales. Claro que un incendio lo puede causar una persona, sin embargo, las condiciones de propagación que hoy día existen en nuestra región y en la zona centro sur de Chile son absolutamente propicias para la ocurrencia de incendios forestales.
¿Cuáles son esas condiciones?
Son las del modelo forestal, con plantaciones de pinos y eucaliptos. Esto ha provocado una resecación progresiva del territorio. En cada hectárea de plantación forestal hay aproximadamente 1.600 árboles, todos creciendo al mismo tiempo y succionando agua del suelo. Esto ha generado que en distintas comunas sea necesario proveer de agua potable con camiones aljibes. Las napas subterráneas y los cursos de agua superficiales ya no existen, están completamente secos. Esa situación, más los combustibles de los pinos y eucaliptos (pino tiene alto contenido de trementina; eucalipto tiene alto contenido de terpeno) transforma a nuestra región y gran parte de la zona centro sur de Chile en territorio polvorín.
¿Qué va a pasar con la gente luego de los incendios?
No es solo con los incendios. Gran parte del campesinado de nuestra la región se proveía del ganado y la agricultura. Eso, primero con la expansión de los monocultivos, se ha perdido. Es muy probable que con los incendios forestales ocurra una migración a la ciudad, hacia los pueblos. La gran pregunta es dónde va a trabajar esa gente, cómo va a subsistir. Aquí hay un incendio descontrolado en Florida, buena parte de estos sectores quemados son vitivinícolas; ahí se concentraban grandes plantaciones de vides. Hoy en día esa gente quedó en la ruina. Mucha de esa gente ha sufrido también la quema de sus casas. Estamos hablando que la industria forestal lo que hace es imponer el empobrecimiento brutal a las comunidades que deben soportar sus plantaciones alrededor. Es hasta empobrecimiento en términos recreativos. A la población del Biobío le quedan pocos lugares para conocer vegetación endémica.
¿Qué es el decreto de ley 701?
Ha sido el gran instrumento estatal por medio del cual se ha subvencionado a la industria forestal. El decreto 701 se aprobó en 1974 y ha estado vigente hasta hace poco. Este decreto de bonificación a las plantaciones forestales ha ido transformándose a través del tiempo. Se sofisticó porque desde 1998 se prorrogó y se estableció que no solamente los grandes propietarios iban se iban a poder acoger a la bonificación, sino que también iban a pequeños y medianos empresarios.
Eso sonaba bien.
Aparentemente esto suena bien. Sin embargo, lo que ocurre es que el pequeño propietario necesariamente termina vendiéndole la madera a las grandes empresas forestales, que operan como un oligopolio. Estas empresas forestales son las que controlan el precio de la madera que compran, de manera que la ganancia que pueden extraer los pequeños propietarios es mínima. A mi juicio, podría llegar a anularse si se considera el deterioro que tienen sus terrenos con un sitio de plantaciones forestales. Y además el riego que corren sus propiedades con esto mismo de los incendios.
–Lo más grave de todo es que la propia Michelle Bachelet, en su cuenta pública de 2014 (si no me equivoco), se refirió a la necesidad de que el Estado siguiera propiciando las plantaciones forestales. Esto lo dijo bajo eufemismos, diciendo que iban a propiciar el crecimiento o el aumento de bosques. Aquí hay que tener algo claro. El Estado, a partir de la Conaf, también de la FAO, se refieren a las plantaciones forestales como bosques. Eso es una gran mentira. Porque una plantación forestal no es un bosque. Se trata de instalar la idea de que las plantaciones forestales son inocuas.
¿Cuál es la definición de bosque?
Un bosque se caracteriza por su biodiversidad, un ecosistema donde cada uno de los individuos que ahí está, los árboles, la fauna, los insectos, están cumpliendo una función en el ciclo de vida que opera ahí. En cambio, cuando nosotros vamos a una plantación forestal nos damos cuenta que la única vegetación que existe son los árboles que tienen el interés comercial de la empresa que controla la plantación, casi siempre pinos y eucaliptos. La población que pueda crecer dentro de una plantación forestal representa competencia para estos árboles, y eso se controla a través de la aplicación de agroquímicos. En Chile se usa fundamentalmente glifosato, un compuesto químico tóxico, probadamente cancerígeno.
¿Cuál es el riesgo que como sociedad consideremos estas plantaciones como bosques?
El riesgo es que se perpetúa una mentira y se justifican políticas nefastas para la población. Los únicos que pueden desmentir esta falacia es la sociedad organizada. La única forma que esta desgracia no haya pasado en vano es que desde la sociedad haya una masiva movilización, un proceso organizativo, en función de restituir el bosque en nuestro territorio. De esa manera proveernos de las especies endémicas que genera el bosque. Hoy día los municipios han dicho que se les hace difícil solventar los gastos de camiones aljibes, la Onemi crecientemente está destinando dinero a la compra de camiones o la instalación de pozos profundos. Pero esto no representa una solución, porque no se atiende la causa del problema, que es que hay una industria que está usufructuando con los recursos que son de todos para provecho privado, en este caso el recurso que preocupa es el agua.
En estas comunas que soportan o que están cerca de las plantaciones exóticas, no nativas, monocultivos… ¿Cuáles son las consecuencias que existen en estas comunas, hay grifos sin agua, por ejemplo?
Eso que afirmas es de suma importancia. Hace un tiempo, en octubre de 2016, hubo campesinos de la comuna de Florida, que hoy está afectada por un incendio incontrolado hasta ahora, que presentó un recurso de protección en contra de Arauco. Ese recurso indica que ellos exigen a Arauco que no reforeste con pinos y eucaliptos una superficie que recientemente había talado. A ese recurso de protección se adjuntaron distintos informes.
–Uno de estos está emitido por una de las compañías de bomberos de Florida, quienes declararon que cada vez se le hacía más difícil extinguir los incendios en las zonas rurales y en el casco urbano de Florida. Porque los carros bombas cuando van a combatir un incendio al campo se proveían del agua de los cursos superficiales que había ahí cerca. Hoy día esos cursos están secos, o en el mejor de los casos tienen muy poca agua, lo que dificulta el aprovisionamiento de los carros bomba.
–En el caso del casco urbano, la escasa cantidad de agua que maneja el tranque de Florida provoca que la presión del agua que sale por los grifos sea poca. La demora en la carga de los carros bomba aumenta, y eso repercute en la eficacia con la que ellos puedan trabajar en el combate de los incendios.
Revisa la conversación con Felipe Valenzuela en el siguiente link.