Un muestreo comunitario en la zona de Intag, Ecuador, acaba de demostrar las nefastas consecuencias del proyecto Llurimagua (Codelco Chile/Enami Ecuador), que estando en fase de exploración, ya ha contaminado la cascadas Gemelas y la cuenca del río Junin, la que abastece directamente a las comunidades del cantón ecológico de Cotacachi, las que llevan más de treinta años resistiendo la megaminería en su territorio.
Las denuncias, recogidas en el informe de campo “¿Minería Responsable? Enami-Codelco contamina las cascadas de Junin” (se adjunta archivo) desarrollado por el investigador canadiense William Sacher junto a actores locales comprometidos con la defensa territorial, surgen en momentos en que en Chile se cuestiona al directorio de la minera estatal por estar generando intencionadamente una crisis para lograr privatizar encubiertamente a la estatal.
Esto es relevante, dado que el cobre es una riqueza estratégica de Chile, cuya gestión en manos estatales no garantiza, ciertamente, protección ni cuidado del medio ambiente y de la comunidad, pero sí al menos, podría significar una planificación estratégica en relación a los desafíos país, injerencia en el control de precios, y una necesaria escucha activa de la ciudadanía. Estas cuestiones no son cómodas para el sector minero transnacional que requiere que sea la lógica de maximización de la ganancia y externalización de los costos, la que rija.
Lucio Cuenca, director del Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales OLCA, en la misma línea de lo alertado por el economista y abogado Julián Alcayaga del Comité de Defensa y Recuperación del Cobre, cree que esta incursión impresentable en Ecuador puede entenderse como parte de la estrategia de privatización encubierta de Codelco, una vez que los grupos de interés vieron que era inviable privatizarla directamente dado el alto quórum que se requiere en el Congreso y la reticencia nacional a que eso se lleve a cabo.
“Desde la nacionalización del Cobre en el año 71, se ha desarrollado un apego o dependencia económico cultural a la minería en general y al cobre en particular, por lo tanto el proceso privatizador que tocó al resto de la minería, al agua, la energía, la educación, las sanitarias, la salud, las pensiones y un largo etcétera, no ha logrado terminar de concretarse, pues les falta Codelco. Por eso las transnacionales se han tomado el directorio de la estatal y han comenzado a actuar siguiendo sus métodos, como por ejemplo, en el caso de Ecuador, ingresar al territorio en contra de la voluntad de la población y previa militarización de parte del gobierno de Correa, negarse a entregar información, o engañar a las comunidades y a la ciudadanía”. “Sin duda, embarcarse en un proyecto internacional, con el nivel de incertidumbre de Llurimagua, con oposición de la población vecina, sacrificando ecosistemas valiosos, y sin tener mínima seguridad de que se está frente a un proyecto viable social, ambiental y económicamente, agrava la situación en que han embarcado a Codelco”, remata Cuenca.
Codelco en Chile se ha negado a entregar información respecto a esta operación de transnacionalización en Ecuador, incluso se ha negado a entregar los estudios y evaluaciones de rentabilidad social que una inversión con fondos del estado de Chile debe tener. En este momento el Consejo para la Transparencia está peleando en la Corte de Apelaciones de Santiago, en dos recursos de protección, para que se le entregue a OLCA la información solicitada hace aproximadamente un año.
Cotacachi es un cantón que ha logrado sostener por décadas, una apuesta comunal alternativa, en diálogo con su entorno, de producción limpia y sustentable, no sólo para un par de familias sino para todo un cantón, y es eso precisamente lo que Codelco está arrasando. Exigir la detención del proyecto Llurimagua es clave para frenar la carrera transnacionalizadora en la que han envuelto a Codelco, para demostrar que el extractivismo tiene alternativas y que solo basta voluntad política para permitir que se expresen, y sobre todo, para salvar los ecosistemas invaluables de un territorio consciente y comprometido con su entorno, como es la región de Intag.
Comunicaciones OLCA