Un estudio reciente, publicado en la revista Journal of Psychopharmacology, señala que las personas con experiencia en tomar drogas psicodélicas han reportado comportamientos más acordes con el medioambiente, como el reciclaje y la preocupación por disminuir su huella de carbono, y también un sentido más profundo de conexión con la naturaleza.
«Mientras más experiencia tenían las personas con los psicodélicos clásicos, más disfrutaban de pasar tiempo en la naturaleza y más se sentían parte de ella», escriben los autores del estudio.
Un equipo de psicólogos de la Universidad de Yale, EEUU, y la Universidad de Innsbruck, Austria, entrevistaron a 1.487 personas sobre su experiencia con psicodélicos y otros alucinógenos, e investigaron las experiencias de estas personas con drogas no psicodélicas y psicodélicas, teniendo en cuenta los comportamientos ambientalistas auto-reportados o sus afiliaciones con un estilo de vida llamado «verde». A modo de control, también examinaron algunos rasgos de personalidad comunes, a menudo asociados con el consumo de drogas o relacionados con la naturaleza, como la apertura a la experiencia, la diligencia y el conservadurismo.
Curiosamente, los investigadores encontraron un vínculo entre el número de experiencias que la gente tenía con los psicodélicos y su probabilidad de participar en actividades como el reciclaje, el intento de reducir su huella de carbono y el apoyo al comercio local o ecológico. Las personas que habían tomado psicodélicos también eran más propensas a apoyar las afirmaciones en favor del medio ambiente y estaban más en desacuerdo con frases como «los seres humanos tienen el derecho de usar los recursos naturales de la manera que queramos».
La pregunta es si la relación entre tomar psicodélicos y «ser verde» es una correlación o una relación causal, o si tal vez es más probable que las personas que tienen preocupaciones ambientales estén más abiertas a probar drogas.
Los investigadores dicen que este no es el caso, porque las personas que están comprometidos con cuestiones ambientales no son más propensas a disfrutar de otras drogas, ya sea el tabaco, la marihuana, el alcohol o las sustancias ilegales recreativas. Tampoco hubo indicios de que ciertos tipos de personalidad se sientan atraídas tanto hacia los psicodélicos como hacia la naturaleza.
El estudio no buscó una relación de causalidad, pero insinuó que «hay fuertes razones para creer que las sustancias psicodélicas aumentan la relación con la naturaleza, como una función de sus efectos de disolución del ego«.
Los investigadores dicen que deben realizarse estudios futuros para confirmar si la toma de psicodélicos puede afectar directamente a la relación de las personas con la naturaleza y al comportamiento respetuoso con el medioambiente. Argumentan que este campo de investigación en particular, podría ser útil para aumentar el bienestar mental e incluso, por qué no, ayudar a salvar el planeta.
«La identificación de los factores que contribuyen a este proceso es, por lo tanto, un esfuerzo científico importante –tanto para el bienestar individual como para el futuro de nuestro planeta», concluyen los autores.
Vía IFLScience
El Ciudadano