El derrame de crudo en los mares del sur es una de las principales amenazas para los pingüinos, que en sus traslados para conseguir comida terminan completamente contaminados por efecto del combustible.
Los derrames de petróleo en los mares se han convertido en una gran amenaza para esta especie. En diferentes oportunidades, sus grandes comunidades se han visto expuestas a este problema.
La guardia costera, con trajes de submarinismo, intenta salvar a un importante número de estos animales de un manto de petróleo provocado por el abastecimiento de combustible de barcos en el océano Índico, en las costas de Sudáfrica.
Durante el aprovisionamiento del carburante de esta semana, un carguero con pabellón liberiano, el «MV Chrysanthi», expulsó irresponsablemente entre 200 y 400 litros de petróleo en el litoral de Puerto Elizabeth (sur).
Este puerto se encuentra en la bahía de Algoa en la costa del océano Índico, en el sector sur de la costa de la República de Sudáfrica, a unos 683 km del cabo de Buena Esperanza.
La mayor colonia de pingüinos del mundo, residenciados en la bahía de Algoa, resultó especialmente afectada. Según el último balance, unos 20 pingüinos contaminados por petróleo han sido socorridos en la costa de la isla de Santa Cruz.
Los daños alertan a los defensores del medio ambiente y representantes del sector turístico, por los altos riesgos que conlleva el trasiego del combustible en alta mar.
«Lo ocurrido ilustra exactamente las preocupaciones que planteamos (desde hace tiempo) sobre el repostaje», afirma Stacey Webb, de la Fundación del África Meridional para la Conservación de las Aves Costeras (SANCCOB).
«Los pingüinos buscan comida a una distancia de hasta un centenar de kilómetros de las islas de los Pájaros e Isla de Santa Cruz, de modo que podrían acabar en la capa de carburante en el mar», añade.
Desde hace tres años, los barcos vienen realizando esta operación en la Bahía de Algoa. Una actividad lanzada para apoyar la economía de la zona, en el extremo sur del continente africano.
¿Porqué se protege los cargueros?
«Aunque el trasiego sea sobre todo un tema de mucho dinero, y de allí parten los recursos generados en la Bahía de Algoa ¿se justifica poner en peligro la supervivencia de algunas especies?», se pregunta Jack Peeton, operador turístico especializado en la observación de la ballenas.
Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), los pingüinos están amenazados de extinción. Sólo se tiene conocimiento de unos 50.000 adultos en el mundo, principalmente en Sudáfrica y en la vecina Namibia.
En la isla de Santa Cruz, el mismo Peeton observó a «dos guardias evacuando en barcos pequeños a unos pingüinos cubiertos de una espesa capa de petróleo».
«La situación es muy preocupante», estima la investigadora Lorien Pichegru, de la Universidad Nelson Mandela en Puerto Elizabeth.
La misma investigadora advierte que «Cuando se vio la primera capa de petróleo en la región, en 2016, un centenar de pájaros acabaron engullidos en 100 litros de carburante». Esta vez «los daños podrían ser cuatro veces más graves».
Las malas condiciones meteorológicas atrasaron una semana las operaciones de rescate. Según el gobierno, se estimó que el incidente no requería una intervención nacional ni ponía en entredicho el trasiego.
Por su parte, representantes de la Autoridad de Seguridad Marítima Sudafricana, como Neville Noble, aducen que el abastecimiento de carburante de los barcos en el mar se hace según las normas fijadas y los operadores se han sometido a una «auditoría estricta».
Mientras tanto, la población de pingüinos más grande del mundo está en peligro.