Por el hacha inmobiliaria: Bosque nativo El Panul amenazado de muerte

La comuna de La Florida aún conserva uno de los últimos bosques nativos de Santiago: El Panul -un bosque de tipo esclerófilo- aunque hoy está en peligro por el apetito de las inmobiliarias

Por el hacha inmobiliaria: Bosque nativo El Panul amenazado de muerte

Autor: Cesarius

La comuna de La Florida aún conserva uno de los últimos bosques nativos de Santiago: El Panul -un bosque de tipo esclerófilo- aunque hoy está en peligro por el apetito de las inmobiliarias. El fundo El Panul fue adquirido en 1989 a precio vil por un amigo personal de Pinochet, el empresario Vicente Navarrete. Desde 2008 -año en que presentó un anteproyecto al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA)- la inmobiliaria Gesterra pretende construir 1.370 casas y edificios ABC1 en el terreno que ocupa el bosque.

En 2010, debido a la gran cantidad de observaciones, la inmobiliaria dio pie atrás pero no se quedó de brazos cruzados. Navarrete y Gesterra presentaron el negocio en la municipalidad, que tras varios rechazos -por la magnitud del bosque nativo que destruiría y el alto riesgo de inundaciones y aluviones en la zona donde se pretende construir-, finalmente lo aprobó. El lobby de la inmobiliaria surtió efecto. El Ministerio de Vivienda (Minvu) presionó a la Dirección de Obras Municipales hasta conseguir, este 30 de junio, la aprobación.

El Panul se emplaza sobre la falla cordillerana de Ramón. Posee una importante pendiente con alto riesgo de aluviones y remoción en masa del terreno. Pero es el propio gobierno el que presiona en favor de la expansión inmobiliaria. Los vecinos, agrupados en la Red por la Defensa de la Precordillera, exigen la modificación del Plan Regulador, estudios actualizados de riesgos naturales en la zona y el congelamiento de los permisos de edificación, mientras no se conozcan los verdaderos riesgos de un proyecto en el piedemonte andino. La solución, señalan, es que el Estado compre El Panul y lo destine a un parque natural.

Desde 2005, la Red intenta evitar la destrucción del boque de El Panul. Tras años de gestiones, al ver que nada ocurría, en 2008 hicieron una presentación ante el concejo municipal, que acordó respaldar los argumentos y la doctrina jurídica que advierte del peligro de construir en el pie de monte andino. La Red consiguió apoyo unánime del concejo municipal, que se comprometió a “modificar el Plan Regulador para proteger el pie de monte andino”. Pero hoy el bosque El Panul corre serio peligro de ser talado. Son 600 hectáreas que acogen flora y fauna en peligro de extinción.

“Navarrete y Gesterra pretenden arrasarlo y construir condominios. Tienen el descaro de señalar que su proyecto no necesita medidas de mitigación ni estudios de riesgo, en contra de numerosos estudios científicos como el proyecto OTAS. Presentaron en 2008 el proyecto al SEIA, retirándolo en 2010 por las gruesas incongruencias y observaciones que la empresa no pudo responder. Paralelamente, lo presentaron en el municipio, siendo igualmente rechazado. Sin embargo, debido a las presiones de la Seremi de Vivienda, la municipalidad terminó aprobándolo el 30 de junio. Abre la puerta para que el bosque desaparezca ante la miopía de las autoridades y la indignación de los vecinos”, dice Sebastián Sepúlveda, vocero de la Red. Según explica, la aprobación del anteproyecto no entrega ningún derecho de construcción en favor del propietario: “Solo es un antecedente para la obtención de futuros permisos, por lo que no pueden empezar las obras de construcción. A pesar de esto, estamos muy preocupados pues tenemos denuncias de inicios de obras, remoción y acumulación de piedras, lo que esta prohibido por ley”, dice.

Desde 2008 y hasta mayo de este año, el consejo municipal mandató al director de obras -Agustín Pérez-, al jefe de la dirección jurídica -Renato Flores- y al asesor urbano -Jaime Belmar-, rechazar el anteproyecto de Gesterra. Pero las presiones de la Seremi de Vivienda, Marisol Rojas, pudieron más. “Un oficio de la Seremi dio la orden a la Dirección de Obras de aprobar, o los antecedentes serían remitidos a la Contraloría. Sabemos que el Ministerio de Vivienda es el motor que tienen las inmobiliarias”, dice Matías Rojo, miembro de la Red. “El nuevo alcalde hizo el anuncio oficial en la sesión del concejo del 7 de julio. Los concejales de la Concertación no tenían idea de la aprobación”, dice Annie Luypaert, presidenta de la Red por la Defensa de la Precordillera.

LA DEFENSA DEL BOSQUE El PANUL

Destruir el boque El Panul significaría más contaminación y riesgo de aluviones e inundaciones. El bosque contribuye a contener y regular las aguas lluvias y es uno de los pocos pulmones verdes de la capital. Posee espinos, litres, quillayes, peumos, maitenes, guayacanes y líquenes, entre otras especies. Cada vez más escaso, el bosque esclerófilo se distribuye en la zona precordillerana desde la IV a la VIII regiones. Norman Myers, ecólogo de la Universidad de Oxford, definió “25 puntos esenciales para la conservación de la biodiversidad del planeta”, conocidos como hotspot -puntos calientes de biodiversidad con prioridad de conservación-; regiones donde se concentran 1.500 especies de plantas vasculares endémicas -0,5% del total de plantas vasculares en el mundo-, y una alta proporción de vertebrados endémicos. El hábitat natural ha sido fuertemente impactado por el hombre. El Panul es uno de los lugares que concentran biodiversidad. Según la Red, la inmobiliaria mintió a la Comisión Nacional del Medioambiente (Conama) en 2008, pues afirmó que la mayoría de los árboles tenían “peste” o estaban en “pésimo estado”, pero cuando el SAG y la Conama inspeccionaron, constataron todo lo contrario. En La Florida apenas hay 0,9 metros cuadrados de áreas verdes por habitante. La Organización Mundial de Salud (OMS) recomienda, para una calidad de vida digna, 9 metros cuadrados.

Estefanía González, geógrafa de la Universidad de Chile y miembro de la Red, señala: “Según el actual Plano Regulador esta zona es urbanizable. En eso se apoya la inmobiliaria. En 1997 se hizo un estudio de riesgo bajo parámetros hoy obsoletos. El decreto supremo 82 prohíbe la tala de bosque nativo y en El Panul hay litres, quillayes y otros, que no sólo aportan un valor paisajístico sino también un servicio ambiental: disminuyen las temperaturas y ayudan a que Santiago respire”. Sebastián Sepúlveda, agrega: “El bosque El Panul tiene una importancia ecológica y patrimonial. Ayuda a resguardar la vida de los santiaguinos cuando se producen desastres naturales: aluviones, remociones en masa o inundaciones, infiltra las aguas lluvias a las napas subterráneas, con su follaje aporta oxígeno y brisas que descontaminan la ciudad. Es un bosque esclerófilo y siempre verde… Podría ser el parque público que la comuna y la ciudad necesitan. Hoy se destinan grandes recursos municipales a mantener áreas verdes y no se privilegia este lugar que no necesita de ningún cuidado que no sea salvarlo de su destrucción. El Panul nadie lo riega o poda, existe por sí solo y ese es un valor incalculable”. También posee un valor histórico pues en el fundo El Panul ocurrió la matanza de Lo Cañas, durante el gobierno de Balmaceda, en 1891.

DOCUMENTALES DEL BOSQUE

Dos documentales han evidenciado el peligro que corre el bosque El Panul: Esclerófilo en peligro -que aborda la lucha llevada a cabo por los vecinos entre 2007 y 2008-, y El último bosque -que busca generar conciencia respecto de las últimas zonas con vegetación nativa en la capital-. Según Genaro Garcés, presidente de la junta de vecinos de Lo Cañas “hay una ofensiva de las inmobiliarias: no les importa destruir ni tampoco consideran que es una zona de alto riesgo aluvional”. Por su parte, Luzmila Peña, también dirigenta de la junta de vecinos, agrega: “Si acaban con El Panul desaparecerá su protección, permitiendo que el material que normalmente baja por el macizo andino llegue sin freno a Santiago… Durante el día, el aire contaminado sube y las hojas lo filtran, depositándose allí muchas de las partículas que más daño hacen… Ocurre que las autoridades pretenden construir después una carretera de 80 metros de ancho con cuatro pistas por lado, que se llamará Anillo Orbital”. El académico y geógrafo Hugo Romero, dijo en el documental Esclerófilo en peligro: “Para evitar la evaporación y sobrevivir durante la larga época de sequía, hay especies que han reducido el tamaño de sus hojas -boldo, litre, quillay, peumo, canelo, etc.-, con hojas pequeñas más duras. Así evitan el efecto del frío y de la evaporación. De ese tipo es el bosque esclerófilo… Si reemplazan el bosque por urbanización aumentará la temperatura y el riesgo de inundación sobre Santiago”. Sebastián Sepúlveda advierte que hoy Hugo Romero está en la otra vereda: “Fue quien hizo el estudio del actual Plano Regulador Comunal (PRC). Es el ideólogo técnico de la posibilidad de construcción no solo sobre El Panul sino que hasta la cota 1.400. Trabajamos un tiempo con él y nunca nos contó lo que estaba haciendo a favor del proyecto de la inmobiliaria. Siempre nos dijo que había que proteger esta zona”.

A fines de 2010 se inició la construcción de viviendas en el sector denominado Las Tinajas, que colinda con el fundo El Panul, destruyendo algunas especies nativas como espinos y litres. Tras la aprobación del anteproyecto inmobiliario, un hecho mantiene en alerta a los vecinos. A pesar que la aprobación no entrega ningún derecho de construcción, ya que sólo es un antecedente para la obtención de permisos, denuncian que se iniciaron obras al interior de El Panul. Ya se han removido miles de rocas de gran tamaño. “La comunidad es consciente de las insuficiencias de la ley que permite la expansión urbana en zonas altamente inestables y de gran valor ecosistémico. Si las inmobiliarias tienen un proyecto aprobado, aunque no cuenten con los permisos de edificación empiezan de inmediato sus obras… En el fundo El Panul se inició el despeje del terreno, acumulando piedras… sin saber si tendrán los permisos de edificación. Inician obras porque la ilegalidad en la que incurren solamente se constata cuando la municipalidad hace la recepción final… Pueden haber arrasado con todo el bosque, construir en zonas de riesgo… y si no obtienen calificación ambiental favorable, el daño ya estará hecho. Solo pagarán una multa, pero habrán concretado su millonario negocio”, dice Matías Rojo. “Hace unas semanas detectamos al interior del fundo un ‘despeje de terreno’. Con maquinaria sacaron rocas, amontonándolas en diferentes partes. Arrancaron árboles, como espinos y guayacanes. Es importante recordar que en los últimos años se hicieron denuncias similares, ya que al interior del fundo el propietario tapó con arena algunas quebradas, lo que fue sancionado por la municipalidad”, agrega Estefanía González.

Desde el aluvión de la Quebrada de Macul, en 1993, los vecinos comenzaron a organizarse para evitar más muertes por accidentes en cierto modo previsibles, fruto de la ampliación indiscriminada de los límites urbanos. Sin embargo, el poder político y el lobby inmobiliario presionan y cooptan a las autoridades para ampliar la ciudad, llegando incluso a una peligrosa cota mil en La Reina y Peñalolén. “La Red por la Defensa de la Precordillera intenta salvar y recuperar los últimos mantos de vegetación nativa que quedan y, específicamente, el bosque nativo El Panul, amenazado por el avance urbano”, señalan. La Red ha realizado tres marchas y un carnaval -en 2009, en la población Santa Teresa-. “Hemos presentado documentos ante la municipalidad y sus organismos: la Dirección de Obras, Asesoría Urbana, Concejo Municipal, etc., explicando la importancia de El Panul y la necesidad de protegerlo de forma definitiva a través de una modificación al Plano Regulador, que prohíba la urbanización en dicho sector, y que sea considerado área verde de conservación ecológica. Hemos manifestado la idea de generar un proyecto de parque regional, lo que se ha expuesto en la Intendencia, Conaf, Corema, Serviu y Minvu. Se han realizado foros, seminarios, ferias ambientales, en la Codeff -que certificó la importancia de El Panul-, en las universidades de Chile y Católica, en colegios y liceos de la comuna, con grupos de scout, juntas de vecinos y otras organizaciones sociales. También la Red ha realizado caminatas por la defensa del bosque, y hemos asistido de forma masiva a los últimos concejos municipales para exigir a las autoridades el rechazo del anteproyecto inmobiliario”, dice Estefanía González.

“Buscamos detener el plan inmobiliario. El Estado podría comprar o expropiar el fundo El Panul… Para recuperarlo estamos convencidos que debemos ser miles en esta causa. Por eso, realizamos caminatas y excursiones con quienes quieran conocerlo. Desde hace algunos meses, el grupo de andinismo Defensores del Panul entrega conocimientos de alta montaña haciendo excursiones gratuitas guiadas por Hernán Donoso, ex presidente de la Federación de Andinismo. La Red se reúne en asambleas y trabaja socializando esta lucha, asistiendo a charlas, foros o exposiciones. También se elabora información, videos y un stand donde estamos juntando firmas, ya tenemos cerca de diez mil”, agrega Sebastián Sepúlveda.

 

Vicente Navarrete es consejero de la Sofofa y uno de los exportadores de algas más importantes del país.

“LOBBY” EMPRESARIAL

El nuevo alcalde de La Florida, Rodolfo Carter (UDI), no respetó el compromiso con los vecinos. El anteproyecto se aprobó el 30 de junio y el 7 de julio se dio a conocer al concejo municipal. La Red interpuso un recurso administrativo que busca que el alcalde invalide esa decisión. La aprobación vulnera acuerdos ratificados en tres sesiones de concejo, presididas por el hoy alcalde y con su voto a favor, además de infringir la normativa medioambiental y de urbanismo y construcción, señala la Red. La presión de las autoridades llegó hasta la Contraloría, que señaló que sólo se debía considerar la normativa de urbanismo y construcción para aprobar o rechazar un anteproyecto, y no la normativa medioambiental. “No es posible que sólo se exija el cumplimiento de la ley en la ‘recepción definitiva’ del proyecto, es decir, cuando ya se ha construido y causado un daño irreparable. Las cuestionables interpretaciones del Ministerio de Vivienda y de la Contraloría General de la República revelan una política de planificación urbana funcional a los interese de las inmobiliarias”, agrega la Red.

Las presiones son muchas pues el dueño del fundo El Panul, Vicente Navarrete (en la foto) es consejero de la Sofofa y uno de los exportadores de algas más importantes del país. Además, preside el holding Sintex -posee el 74% y sus hijos Vicente y Javier controlan 10% cada uno-, que incluye a la empresa química Oxiquim y a Gelymar. El holding factura más de 280 millones de dólares. “Entre sus pretensiones ‘personales’ está levantar 1.800 casas en el sector de Lo Cañas”, publicó Estrategia en 2008 en una entrevista a Vicente Navarrete. Pareciera no ser casual que en enero de 2009 el Plan Regulador dejara de considerar El Panul como área verde.

“En 1989 el Fundo El Panul fue puesto en venta, junto a otras propiedades. Pinochet le ‘vendió’ el fundo a su amigo Vicente Navarrete, que lo compró por el valor de una citroneta”, dice la periodista Carmen Castro, quien trabajó durante la dictadura en radio Cooperativa. “Se ha intentado negociar para que sea un parque ecológico, un parque de la juventud. Pero los intereses inmobiliarios lo han impedido. Había quedado sujeto a la posibilidad de expropiación pero no hubo voluntad de la Intendencia. El Estado debe expropiarlo o declararlo reserva natural”, agrega.

La actual Seremi de la Vivienda, Marisol Rojas, cuando fue directora de Obras de Peñalolén, permitió la tala de gran parte del bosque nativo para la construcción de la Universidad Adolfo Ibáñez. Esa vez no se exigieron permisos ambientales y, después del daño, solo pagaron una multa.

Por Arnaldo Pérez Guerra

(*) Historiador y Periodista.

*Una versión de este reportaje fue publicada por revista Punto Final.


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