Los habitantes de Coquimbo se encuentran en medio de una difícil situación, considerando que existen fuertes rumores de la contaminación al humedal El Culebrón, situado frente a la playa Changa de la ciudad, por lo cual exigen el pronunciamiento de la empresa sanitaria local que estaba trabajando en el sector para reponer los ductos dañados tras el terremoto y tsunami del 16 de septiembre.
El panorama, según el diario El Día, es desolador, considerando que al ecosistema llegan miles de aves migratorias y hoy el bajo nivel del espejo de agua, basuras y el mal olor alertó a la ciudadanía, quienes afirman que todo se trata de una irresponsabilidad mayúscula, por lo que exigen la determinación de responsabilidades.
La ambientalista coquimbana, Sandra Pizarro, expresó al mismo medio que han recorrido varios puntos de Coquimbo para chequear el estado de los ecosistemas y manifestó que lo que pasa en el Humedal El Culebrón es preocupante y debe determinarse por un estudio para adoptar acciones que preserven el lugar. “El daño ya está hecho y hay que comenzar a repararlo”.
Por otro lado, el director de la ONG Denuncias Coquimbo, constató la situación del humedal y dijo que como coquimbanos no podían aceptar que contaminen el único humedal que posee la comuna en la zona urbana. Aclaró que existe un hecho grave por el que las responsabilidades se deben determinar para verificar si efectivamente es la empresa sanitaria la culpable de todo.
En tanto las autoridades de Medio Ambiente y Salud determinaron preliminarmente que se trataría de materia orgánica en descomposición (algas y vegetación del humedal), descartando la presencia de descargas de aguas servidas en el lugar.
Herman Cifuentes, jefe del Departamento de Acción Sanitaria, también sostuvo que en la reunión de análisis se plantearon varias hipótesis del tema, que podría pasar por efectos del tsunami y terremoto, la descomposición de materia orgánica o también por la evacuación de aguas servidas por una tubería, lo que aún no ha sido comprobado.
Finalmente Aguas del Valle reaccionó ante los dichos de la comunidad e inspeccionó la tubería cercana al humedal y confirmó la adecuada operación del ducto descartando cualquier vertimiento de aguas servidas.