Reciclan caca humana

Tal y como lee

Reciclan caca humana

Autor: Director

Tal y como lee. Atónitos, también estaban los 240 jóvenes que fueron seleccionados esta vez desde Valparaíso por Explora-Conicyt para participar en el campamento ChileVA! que se extiende hasta éste miércoles 8 de mayo y que busca promover la curiosidad por las ciencias abriendo la posibilidad de que nuestro país salga del déficit de científicos emprendedores en el que se encuentra hoy.

 Diego Pizarro no alcanzó a participar de los campamentos de ChileVA! al que desde hace casi dos años pueden asistir los futuros genios nacionales, pero su curiosidad y empeño fueron suficientes para llevarlo a ser hoy probablemente uno de los chilenos más innovadores en materia de emprendimientos científicos.

 Por eso, convencido de que hay que sumergirse en los problemas para resolverlos, participó activamente de la primera charla que recibieron los 240 estudiantes de 3° medio que durante seis días descubrirán el mundo de las ciencias.

Ingeniero en Diseño de Productos de la Universidad Federico Santa María, este porteño con apenas 26 años comenzó a pensar en un baño integral que pudiera ser una solución sanitaria digna, sustentable y barata para los damnificados más pobres del terremoto que, a la precariedad de los campamentos más grandes de la Quinta Región, sumaron el aislamiento y el corte definitivo de los servicios más básicos al que algunos podía acceder.

Fue así como rápidamente comenzó a investigar. “Para emprender, hay que meterse en el problema. Desde ahí surge la necesidad y uno busca entonces, la más rápida, la mejor y la más factible de hacer”, dice con un entusiasmo que contagia.

Diego se dio cuenta que en la mayoría de los campamentos se había instalado la cultura de un baño por separado: la letrina lejos porque es fétida e insalubre y adentro de la vivienda, con suerte un lavamanos.

 

Comenzó entonces a diseñar un prototipo de baño integrado, económico, ensamblable, limpio y sustentable que no necesitara de la red de alcantarillas ni tampoco de la de agua potable. Y lo logró. Hoy tiene una empresa social llamada BIS (Baños Integrales Sustentables) y ya son muchas las familias que gozan de los múltiples beneficios que tienen.

Diego inventó un wc que separa los residuos sólidos de los líquidos. Los sólidos se almacenan en un tambor que, por medio de un proceso químico natural, va secando las fecas hasta convertirlas en abono, mientras que la orina se desvía hasta un sistema de purificación que permite aprovechar los nutrientes para que, junto al agua reciclada de la ducha y el lavamanos, formen parten del proyecto secundario del baño sustentable: una huerta familiar.

“Todos los procesos se hacen con materiales baratos, simples, como cenizas, piedras o plantas, y que la misma familia puede comprar y renovar cuando sea necesario”, explica Diego.

Un tambor para desechos sólidos alcanza para una familia de 5 integrantes durante 6 meses. Al cabo de ese tiempo, el material fecal ya está seco y convertido en un abono de bajo calidad pero muy útil para su destino final. Es entonces cuando el equipo de Diego realiza la segunda capacitación, y les enseña a las familias a preparar el terreno y a sembrar.

El joven ingeniero nos explica que de esta forma, se acaban aquellos baños insalubres y las fosas negras que solo contaminan e implican vaciarlas o cambiar de lugar la otrora letrina.

Pero hay más. El baño funciona con una pequeña bomba que sube el agua proporcionada por el camión aljibe hasta el techo de la caseta en la que a través de tubos se calienta con luz solar. Todo un sistema de tuberías de PVC, griferías y piezas sanitarias que viene ya montado en las paredes de la caseta recubiertas por linóleo y que en un par de horas de ensamblado se convierte en un baño integral, sustentable y muy digno para las familias.

“En el proceso de armado, participa un integrante de la familia. Es parte de la primera capacitación, porque agrega un valor de autonomía”, agrega su creador.

Diego terminó de explicar el que ha sido uno de sus más exitosos emprendimientos ante un auditorio repleto de jóvenes atónitos, pero su objetivo central no era enseñar el proceso químico que permite transformar las heces humanas en fertilizante o cómo se hace este baño del que ya disfrutan decenas de familias en todo Chile.

No. Diego no hace transferencia de conocimiento tecnológico solo por la ciencia, sino que siembra la semilla de la curiosidad y la innovación para que los jóvenes chilenos que hoy están a pocos meses de decidir qué hacer con su futuro, descubran que en cada problema hay una solución y que desde la rigurosidad investigativa y la creatividad sin límites, se puede conquistar el mundo.

 El aplauso fue cerrado, y decenas de jóvenes lo rodearon entusiastas declarando que este camino de la innovación científica es el que quieren escoger.

 Un vamos que marcó pauta para el inicio de ChileVA!, y que abrió un espacio de posibilidades a estos estudiantes que durante los próximos días experimentarán, aprenderán y serán, al menos por un instante, esos genios locos que tanta falta hacen en nuestro país.

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