“La regulación del tamaño de las áreas de plantaciones y bosques, de las talas rasas y sus impactos ambientales, así como la concentración del patrimonio forestal en manos de unos pocos, son materia urgente a nivel país”, manifestó la presidenta AIFBN, Pilar Cárcamo.
“Es relevante este anuncio, ya que es tarea del Estado velar por la seguridad y bienestar de las comunidades rurales, que han sido afectadas durante décadas, por las consecuencias negativas que genera la industria forestal a gran escala, especialmente sobre la cantidad y calidad del agua, que es fundamental para la vida humana y las actividades productivas. Las comunidades están rodeadas de monocultivos exóticos, lo que afecta directamente su calidad de vida, siendo necesaria la generación de políticas públicas que apunten a revertir esta situación”, detalló Cárcamo.
Por su parte, el Vicepresidente AIFBN, Sergio Donoso, afirmó que “este ordenamiento territorial, con una visión estratégica e integral, debe ir acompañado de cambios profundos en la legislación, a objeto de incorporar normas de protección ambiental para regular el tamaño, ubicación y diseño de los monocultivos de gran escala, junto con recuperar humedales, corredores biológicos y suelos agrícolas, que permitan fortalecer el desarrollo local”.
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Donoso también coincidió con la presidenta AIFBN: “Sin duda, las grandes extensiones de plantaciones y su industria asociada han sido importantes y han consolidado un gran negocio, pero si bien hacen un aporte significativo a los indicadores macroeconómicos del país, no están contribuyendo adecuadamente al desarrollo local y cuidado de nuestro medio ambiente. Pese a las crecientes exportaciones y utilidades de grandes empresas, los territorios donde se concentra este rubro muestran un gran rezago, pobreza y bajo desarrollo local”, finalizó el vicepresidente AIFBN .