Rodrigo Urzúa: «La cara oculta del desarrollo en Chile es la contaminación, enfermedades y daño al medioambiente»

No es misterio que Chile ha sido uno de los países latinoamericanos que más desarrollo económico y social experimentó en las últimas décadas.

Ello se ha visto reflejado en variados tratados económicos internacionales, fuertes inversiones en materia de obras públicas, infraestructura vial, nuevos edificios, etc. Es el lado amable del desarrollo, que de paso nos permitió bajar los niveles de pobreza en nuestro país.

Sin embargo, este progreso tiene un lado B, una cara oculta que está causando serios daños al medioambiente y a la salud de las personas.

Cuando el progreso afecta la salud

Distintos tipos de cáncer, fibrosis pulmonar, enfermedades cardiovasculares, abortos, trastornos neurológicos y patologías a la piel han afectado a niños, adultos y ancianos, todo  producto de la contaminación.

Estos casos no solo dan cuenta de la falta de fiscalización a empresas e industrias, y leyes débiles respecto al cuidado de nuestro entorno, sino de la desigualdad social que aún existe en el país.

Quintero-Puchuncaví, Coronel, Huasco, Mejillones y Tocopila son algunas de las localidades afectadas dramáticamente por la contaminación. Muchos  de sus habitantes vieron cómo su entorno natural lentamente  se fue convirtiendo en un cordón industrial; sus tierras y aguas contaminadas y una calidad de vida que empeoró incluso causando la muerte.

O cuando la falta de fiscalización y cuidados de las autoridades permite la construcción de viviendas sociales en terrenos que fueron depósitos de desechos tóxicos de una empresa sueca, tal el caso de Cerro Chuño y Los Industriales en Arica. 

El costo del crecimiento económico

El abusivo cultivo de paltas y la falta de agua en Petorca y la zona central del país; el daño de las plantas de salmón al fondo marino al sur de Chile; o  proyectos hidroeléctricos como Alto Maipo, que ponen en peligro glaciares milenarios, son ejemplos de este “desarrollo”.

En algunos casos, el daño ya está hecho; es irreversible, pero hoy las comunidades saben que deben organizarse para enfrentar a grandes empresas y, de paso,  al Estado.

Ejemplos hay como el caso de Minera Los Pelambres. Un grupo de vecinos de Cuncumén y Batuco, junto al diputado Daniel Núñez presentaron un recurso judicial con la finalidad de evitar las fuentes de emisión de polvo, enfermedades y un  irreparable daño medioambiental.

Misma situación en Isla Riesco. La comunidad se organizó para evitar el funcionamiento de la mina de carbón a cielo abierto más grande de Chile. Hasta hoy se espera el veredicto de la Corte Suprema respecto a si mantiene o no la prohibición de realizar tronaduras.

Y en La Higuera, el polémico proyecto portuario minero Dominga –  que generó la acusación constitucional contra el presidente Sebastián Piñera – mantiene en alerta a vecinos, científicos y activistas. Su operación generaría un irreparable impacto a una de las zonas cuya biodiversidad es considerada un tesoro natural.

El modelo económico y el desarrollo futuro de Chile

Para el candidato a senador independiente del pacto Dignidad Ahora!, Rodrigo Urzúa,  es urgente hacer cambios estructurales que no solo eviten la generación de más zonas de sacrificio, sino también atenuar y detener los efectos del cambio climático.

“Estos cambios son de vida o muerte. No hay doble lectura.  Si tomamos malas decisiones, muere gente y eso es lo que no se entiende”, aclara.

Añade que “tal como la práctica lo demuestra, los pilares de la economía chilena, la minería, agricultura y forestales generan tremendos problemas que se mantienen al largo plazo. Por ejemplo, los relaves quedaran cientos de años después de que se ocupe una faena minera”

El candidata asegura que en Chile es posible continuar con el desarrollo sin que se generen conflictos medioambientales y sobre todo, “no acabar con la calidad de vida de las comunidades que están cercas de estas zonas. No podemos seguir haciendo negocios a costa de la vida de personas, ni la destrucción del medioambiente.”

Para el candidato a senador por la RM no solo se trata de apostar por un modelo de economía circular, también por una fiscalización rigurosa de las instituciones.

“En Chile todas las normas que se rompen las hacen sabiendo. Es imposible que proyectos con tantos recursos, asesoradas por tremendas oficinas de abogados  y con enormes equipos de profesionales  tengan errores tan grandes, como por ejemplo algunos que no ponen mallas de contención para el polvo, monitoreo de aguas subterráneas, desarrollo de proyectos sin participación ciudadana, uso de agroquímicos al lado de colegios, etc«, problematiza Urzúa.

Las zonas de sacrificio en Chile y los efectos del cambio climático nos deben llevar a reflexionar respecto al estilo de vida que llevamos como sociedad,  pero también a tomar acciones concretas y a corto plazo, porque tal como indica el candidato a senador independiente por la RM  “cualquier retroceso o demora  generará muertes”.