La Intendencia Metropolitana decretó la 12ª preemergencia ambiental del año para este sábado, la medida responde a las malas condiciones del aire, y restringe cerca de un 20% la circulación vehicular, sacando de las calles a unos 300.000 vehículos motorizados
La restricción para vehículos con sello verde será para patentes terminadas en 6 y 7, mientras que para aquellas sin sello verde será 5-6-7-8-9-0 y además se prohíbe el uso de estufas a leña, se paralizan las fuentes fijas industriales y se aconseja suspender la actividad deportiva al aire libre.
Este año, el informe de la OMS incluyó a 23 ciudades chilenas entre las más contaminadas sentenciando que Chile es uno de los países latinoamericanos con los índices más altos de contaminación atmosférica.
Santiago sufre en invierno altas concentraciones de contaminación en el aire debido a su condición geográfica, al ser un valle enclavado entre cerros y la imponente Cordillera de los Andes. La preemergencia se decreta cuando las estaciones de monitoreo marcan que el nivel de contaminación alcanza entre 300 a 499 microgramos de partículas nocivas por metro cúbico y la exposición a este material partículado tiene agudos efectos en la salud que pueden producirse varios días después del episodio, como crisis asmáticas, enfermedades pulmonares obstructivas y enfermedades infecciosas respiratorias bajas, tanto para los niños como la tercera edad. Estos efectos pueden llegar a aumentar la mortalidad principalmente a expensas de enfermedades cardiovasculares.
De las ciudades con más altos índices de contaminación, Coyhaique es la más contaminada del país y de América Latina con un PM 2,5 de 64 μg/m3 anual, mucho mayor que el estándar normal de la OMS de 10 μg/m3 anual, mientras que ciudades como Padre las Casas, Rancagua, Andacollo y por último Santiago bordean en promedio un PM 2,5 de 31 μg/m3, también superior al estándar mundial.
Con un primer lugar bastante poco honorífico, comienza la discusión en el país respecto de las causales de las malas condiciones ambientales, la efectividad de las medidas y las responsabilidades compartidas.
Si bien las medidas tomadas en la capital se enfocan mayoritariamente a la resrtricción vehicular, y la fiscalización ha sido exhaustiva, reportándose más de 3.000 multas, el experto de transporte sustentable Universidad Mayor, Hector Silva, sostiene que no hay información de dominio público que avale la efectividad de estas medidas
“Lo que nosotros hemos visto en todos estos episodios críticos, no solo en Santiago, sino que en todo Chile es una actitud reaccionista, en términos de esperar la crisis y tomar medidas, lo que nunca sabe la sociedad es ¿cual es el efecto, cual es la evaluación de la medida?, así como sale la autoridad diciendo, que tal día la restricción es tal también debería salir diciendo, los efectos de la medida fueron la disminución de tal y tal porcentaje, eso no lo sabe nadie y nos llenamos de reglamentaciones y medidas sin que nadie sepa si esas medidas son efectivas o no y en que porcentaje están ayudando a disminuir el problema”, el experto agregó también que el escenario es complejo y lo será mientras no exista una entidad encargada específicamente de abordar la problemática “Necesitamos una institucionalidad que de respuesta de esto, hoy no la tenemos, tenemos un Ministerio de Transporte que habla de los autos y el tránsito, un Intendente que trata de hacer lo mejor que puede, con pocas facultades; un Ministerio de Salud que habla poco y nada respecto de los enfermos; un Ministerio de Medio Ambiente que establece reglamentaciones que no son vinculantes, el problema es complejo, es multivariable, multisectorial”.
Respecto de las medidas que hoy reportan resultados poco efectivos, el coordinador de la agrupación ciudadana Acción Ecológica, Luis Mariano Rendón explica que “El Plan de Descontaminación de 1997 se dio un largo plazo, hasta 2011, para cumplir con las normas de calidad ambiental chilenas, las que por cierto no son particularmente rigurosas. Las organizaciones ecologistas dijimos en ese momento que era un plazo muy largo para solucionar un problema que incidía en la muerte prematura de muchas personas. Por otra parte, a comienzos del Gobierno de Ricardo Lagos, siendo Michelle Bachelet ministra de Salud, se prometió que el año 2005 se terminarían las alertas ambientales” Sin embargo, agrega el abogado, “estamos en 2016 y no se ha cumplido con las normas de calidad ambiental e incluso estamos llegando a niveles de emergencia ambiental”
La invitación del profesional es a revertir la expansión de Santiago sobre las tierras agrícolas, pues una ciudad que se expande genera viajes motorizados más prolongados y, por ende, mayor emisión de contaminantes y la prohibición del el uso de la leña en la Región Metropolitana, «medida que las organizaciones ecologistas planteamos en la reformulación del Plan de Descontaminación el 2007, pero que el Gobierno de la época no quiso acoger”.