Respecto al proyecto, el presidente de la Comisión de Obras Públicas del Senado Alfonso De Urresti -uno de los autores – manifestó que “esperamos que exista apoyo transversal y tenga el respaldo que solicita la ciudadanía, que nadie se deje presionar. El agua debe dejar de ser un negocio y se debe reconocer su prioridad para el consumo humano. No es posible que tengamos hoy día especuladores de agua, gente que ha inscrito derechos de agua simplemente para hacer un negocio y tenemos a pequeñas y medianas comunidades sin este vital elemento”.
Igualmente, el parlamentario de la Región de Los Ríos, resaltó que “en cada visita a terreno, en cada reunión que hemos sostenido, surge esta inquietud respecto a los derechos de agua y a la preocupación por el abastecimiento. En materia hídrica no puede seguir primando la ley del más fuerte”, dijo.
En tal contexto, manifestó que “el cambio climático y la escasez hídrica que estamos actualmente viviendo nos obliga a repensar el sistema de acceso al agua puesto que ya no vivimos en época de abundancia hídrica. La sequía y el calentamiento global son una realidad cada día más evidente que requiere la actualización de nuestras normas jurídicas”, expresó De Urresti.
Respecto a las ideas matrices del proyecto, explicó que son las siguientes: a) Reforzar el carácter de bien nacional de uso público del agua; b) Reconocer las diversas funciones que ésta puede cumplir -social, de subsistencia, ambiental, productiva, etc.- c) Generar seguridad en el acceso al agua, permitiendo al Estado resguardar que en todas las fuentes naturales exista un caudal suficiente y, vinculado a ello, limitar el ejercicio de los derechos de aprovechamiento; y d) Establecer, sin perjuicio de los actuales derechos de aprovechamiento, un nuevo tipo de permiso para el uso del agua, denominado concesión, intransferible e intransmisible, y que se orienta a las funciones esenciales y prioritarias del recurso.