Un fuerte terremoto de magnitud 6,9 sacudió este lunes al archipiélago de Kermadec, situado al norte de Nueva Zelanda, sin que las autoridades informaran inicialmente de víctimas o daños, o se emitiera una alerta de tsunami.
El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) – instituto reseñado por EFE y que vigila la actividad sísmica de todo el mundo- situó el hipocentro del seísmo a 111 kilómetros de profundidad bajo el lecho marino y a 708 kilómetros al noreste de Ngunguru, localidad situada en el extremo norte de la Isla Norte neozelandesa.
El medio español indica que el Centro de Alertas por Tsunami del Pacífico emitió un comunicado en el que descartó el riesgo de ola gigante.
«Las Kermadec, situadas entre la Isla Norte de Nueva Zelanda y Tonga, están deshabitadas, excepto por el personal de la base permanentemente instalada en Raoul y que tiene una estación meteorológica y de radio», informa la referida agencia.
Nueva Zelanda se asienta en la falla entre las placas tectónicas del Pacífico y Oceanía y registra unos 14.000 terremotos cada año, de los que entre 100 y 150 tienen la suficiente potencia como para ser percibidos.
Además, Nueva Zelanda pertenece al Cinturón de Fuego del Pacífico, que también abarca Panamá, Ecuador, Chile, países en los que en días recientes se registraron sismos de distintas magnitudes sin pérdidas humanas que lamentar.
También en esta zona está Japón, en donde también se registró un terremoto que ha dejado a más de 40 muertos.