Un desafío urgente para el gobierno del Presidente Boric: Impactos de la Acuicultura en Mares Interiores de Chile, permitidos por una legislación e institucionalidad que atentan contra la sustentabilidad ambiental

El Estado chileno ha sido un actor clave en la promoción de la sostenida y exponencial expansión productiva de esta industria exportadora que le permitió crecer un 3.000 % en aguas chilenas, desde las 29 000 tons anuales (1990) hasta las 953.296 tons obtenidas el 2019. I

Un desafío urgente para el gobierno del Presidente Boric: Impactos de la Acuicultura en Mares Interiores de Chile, permitidos por una legislación e institucionalidad que atentan contra la sustentabilidad ambiental

Autor: Leonardo Buitrago

Por Tarsicio Antezana J.

En el contenido intestinal del zarapito de pico recto (Limosa haemastica), ave que migra desde Canadá y Alaska hacia los humedales de la isla de Chiloé, se registraron bacterias y genes mono y multi-resistentes a antibióticos (Navedo et al., 2021). Estas bacterias y genes resistentes asociados a los zarapitos fueron encontrados también en sedimentos cercanos y distantes de las áreas de cultivos intensivos de salmónidos. Los autores señalan que tanto aves silvestres como sedimentos constituyen reservorios de resistencia a los antimicrobianos y focos de difusión regional e inter-hemisférica.”, Y mientras tanto los salmoneros insisten que ocupan un 0.16% de las área protegidas, como si sus contaminantes no se dispersaran.

Los ecosistemas marinos se definen tanto por su estructura física como por sus características químicas, biológicas y geológicas, cuyas interacciones dinámicas determinan procesos cruciales como la producción biológica, y el transporte, sedimentación, y regeneración de sus componentes físicos y químicos. El conocimiento del ecosistema de mares interiores de Chile desde el inicio hasta después de 4 décadas de acuicultura ha sido precario e inadecuado para garantizar la sustentabilidad ambiental y la compatibilidad de las operaciones industriales de cultivo.

El ecosistema de mares interiores de Chile Austral es un conjunto de susbsistemas de alta bodiversidad, que interactúan de manera dinámica con usuarios económicos, sociales y culturales, así como con estructuras políticas y administrativas  y regulaciones de carácter nacional e internacional. El principal desafío para la sociedad chilena de cara al siglo 21 lo constituye la construcción democrática de una  gobernanza efectiva que asegure su conservación y manejo transparente y fiscalizable en base al conocimiento científico y la participación de la ciudadanía organizada. 

En esta columna se describen por una parte las características del desarrollo de la acuicultura en sus aspectos ambientales, y políticos y por otra se compilan y describen las perturbaciones antrópicas  crecientes y acumulativas mas significativas. Ambas se asocian a malas prácticas de la acuicultura y del ordenamiento territorial y manejo productivo, a precarios estándares sanitarios y ambientales, falta de transparencia y de mecanismos estatales de monitoreo y control, situación que ha caracterizado a la expansión de los monocultivos acuícolas industriales desde hace cuatro décadas, teniendo como horizonte el duplicar las actuales producciones el 2032. 

Se destaca asimismo que el proceso de salmonización de los ecosistemas marinos ha contado con la activa complicidad y apoyo de una permisiva institucionalidad y permisivas regulaciones, que privilegian los intereses corporativos, impulsando el crecimiento económico en desmedro de la protección ambiental, la salud pública, los derechos ciudadanos y la equidad social. 

1.- Crecimiento y expansión acuícola industrial sin los conocimientos científicos necesarios

En concordancia con la imposición del modelo neoliberal en Chile se inició en la década de 1980 la expansión de la mega acuicultura industrial intensiva en el litoral chileno, situación marcada por la carencia de valoración de la investigación científica y el necesario conocimiento de la biodiversidad, de las estructuras y funcionamiento de los ecosistemas marino-costeros que se iban interviniendo. A este menosprecio del patrimonio ambiental se ha sumado el precario respeto de los derechos de las comunidades ribereñas tradicionales y de los pueblos originarios que habitaban dichas regiones. Po ello esta forma de crecimiento productivo ha tenido como consecuencia un magno deterioro ambiental y social que lo hace insustentable (Labemar-Incar, 2019)

El Estado chileno ha sido un actor clave en la promoción de la sostenida y exponencial expansión productiva de esta industria exportadora que le permitió crecer un 3.000 % en aguas chilenas, desde las 29 000 tons anuales (1990) hasta las 953.296 tons obtenidas el 2019. Importante es señalar que esta industria constituye un enclave productivo de tipo colonial, ya que el 75% de su producción anual se destina a satisfacer las necesidades de los mercados internacionales (725.000 tons), lo que reporta retornos de 5.100 millones de dólares anuales.

Históricamente la expansión acuícola industrial que ha transformado a Chile en el segundo país productor de salmónidos de cultivo después de Noruega y el quinto exportador de algas para consumo humano ha contado con billonarios subsidios estatales directos e indirectos para los grandes grupos empresariales nacionales y las empresas acuícolas transnacionales. Esta situación ha ido a la par con la construcción de la infraestructura y de los servicios públicos necesarios para apoyar la ocupación costera por parte de los centros de cultivos y plantas procesadoras en las distantes áreas costeras australes. 

En la actualidad en los 2.000 kms lineales de costa entre las regiones del Bío Bío y la Patagonia/área sub-antártica existen 137 pisciculturas con producciones de 713 millones de “smolt” anuales, y 1.407 centros de cultivo de salmón concesionados, los que se encuentran reunidos en 90 Agrupaciones de Concesiones de Salmónidos (“barrios”), verdaderas “áreas de manejo productivo-empresarial” entregadas gratuitamente por el Estado a sus titulares.

Evidenciando el desprecio de la salmonicultura industrial por la protección ambiental, por los ecosistemas vulnerables y por los acuerdos internacionales, existen centros de cultivo operando dentro del Sistema Nacional de Areas Silvestres Protegidas del Estado de Chile (SNASPE); en la actualidad son 416 centros  que pertenecen a 32 grupos empresariales chilenos, noruegos, japoneses, chinos, canadienses y alemanes, entre otros.

El Estado de Chile entrega de facto la administración, uso, y el conocimiento de estos vulnerables y poco conocidos ecosistemas marino-costeros a manos privadas locales y compañías transnacionales; los titulares de las concesiones acuícolas son los responsables de caracterizar el ambiente marino de la columna de agua hasta el fondo marino y de sus comunidades biologicas y de evaluar eventuales impactos y externalidades negativas generadas por sus operaciones. Esta impresentable situación ha llevado a que empresas salmoneras de capital noruego-norteamericano como Nova Austral hayan falseado por años la entrega de sus estadísticas ambientales y de mortalidades de peces en la prístina región de Magallanes, además de haber intentado ocultar las áreas anóxicas bajo sus cultivos de salmones arrojando sobre ellas toneladas de arena y rocas desde barcazas de transporte. Por ello, luego de tres años de investigaciones, la Superintendencia de Medio Ambiente multó en Septiembre del 2021 a Nova Austral con 1.200 millones de pesos chilenos (aprox. 1,5 millones de dólares), (SMA, 2021; Radio.Uchile, 2019).

La sustentabilidad del ecosistema marino está asociada a: la preservación de su biodiversidad (o conjunto ordenado de especies y su variabilidad natural); de la trama trófica, desde la producción, partición y regeneración de la materia orgánica, de la distribución y variabilidad espacial de especies y comunidades, tanto en sectores geográficos como en profundidad y de su variabilidad temporal (diaria, estacional , interanual, interdecadal etc).

A la preservación de estructuras ecosistémicas se suma la preservación integral de los procesos ecosistémicos en toda su complejidad. Todo esto permitirá conocer la producción, tasas y flujos de materia orgánica de las comunidades marinas en

tre la superficie y el fondo marino, así como los flujos y ciclos de nutrientes en las microcuencas de mares interiores, entre ellas, y con el mar exterior.

Por ende, para establecer con rigurosidad las características y magnitud de los Impactos Ecosistémicos se requiere del conocimiento de sus estructuras y procesos previos a los impactos de las operaciones de acuicultura, y tener el conocimiento de hábitats-control (no afectados por la acuicultura). La comparación de ambos conocimientos permite discriminar entre causas de orígen natural y las antropógenicas.

Dada la precipitación de la mega industria acuícola por iniciar y ocupar los mares interiores, con la irresponsable anuencia del Estado de Chile se eludió sistemáticamente el levantamiento ambiental o de línea base, lo cual debería haber considerado la composición y estratificación de las masas de agua, la biodiversidad, la trama trófica y los procesos básicos de las comunidades pelágica y bentónica; información necesaria para evaluar con rigurosidad los diversos impactos que se hacen ahora muy evidentes. 

Como en un círculo vicioso: la falta de estos conocimientos esenciales ha facilitado la permisividad frente a las malas prácticas de los monocultivos acuícolas industriales, donde ha primado el incentivo al crecimiento productivo y las ganancias económicas en desmedro de la conservación, estabilidad y la salud de los ecosistemas marinos. 

Aun así, sin estudios de linea base, es posible identificar por deducción razonable y científicamente fundada que la acuicultura en mares interiores provoca efectos significativos en el ecosistema:

  • Si la tasa de sedimentación de los residuos de la mitilicultura y salmonicultura exceden la tasa de regeneración bacteriana, resuspensión y dilución horizontal de la materia orgánica, se producirá eutroficación (o estado de degradación ambiental generado por la sobrecarga de nutrientes (especialmente nitrógeno y fósforo), y que redundara en la generación de anaerobiosis (carencia de oxígeno disuelto en el agua) y la superación de la capacidad de carga del ecosistema. Y en efecto la generación de condiciones anaeróbicas es recurrente en los mares interiores. La eutroficación también se asocia con la proliferación y acumulación de algas nocivas y plantas acuáticas. 
  • Si el escape masivo de salmones ocurre en áreas y durante eventos de alimentación de organismos marinos endémicos (e.g. desde peces hasta grandes cetáceos) que se nutren de presas similares, estos carnívoros exóticos podrán ser competidores significativos de las especies endemicas, y también como consumidores de especies-presa claves (krill, sardinas, o langostinillo Munida spp), podrán generar impactos significativos en toda la trama trófica del ecosistema de mares interiores.
  • Si la tasa de consumo de microorganismos planctónicos por parte de mitílidos en cultivos industriales supera las tasas de producción primaria, de renovación o intrusión de aguas de cuencas vecinas, será altamente probable que los cambios que se generen en la biodiversidad y productividad de la comunidad planctónica afectará la disponibilidad de alimento para las especies pelágica y del fondo marino, con los consecuentes impactos negativos para la pesquería artesanal y prácticas tradicionales de recolección de mariscos. El hacinamiento de cultivos en muchos lugares considerados AAA y la disminución de peces y mariscos informado por recolectores y pescadores artesanales en áreas aledañas asi lo indican.

¿Como es posible que después de más de cuatro décadas de acuicultura intensiva exportadora en los mares interiores, nada de lo anteriormente señalado sea sistematicamente investigado e informado por la institucionalidad sectorial y la academia? .

Mas aun, la institucionalidad gubernamental soslaya o elude no tan solo la responsabilidad de una investigación científica ecosistémica preventiva y precautoria, que debiera incluir el estudio y seguimiento sistemático de eventos ecosistémicos mayores como los derivados del Cambio Climático, del florecimientos de microalgas tóxicas y nocivas (FANs) y los recurrentes escapes de millones de salmónes, vertimiento de miles de toneladas de salmón descompuesto , derrames masivos de pinturas tóxicas.hundimeitno de pontones con alimento y de “well boats” con carga de salmones.

Las respuestas burocráticas y atención primaria tienden a desconocer o minimizan los hechos, y anunciar la colección y estudio de muestras de agua y de organismos para evaluar los impactos ambientales. Sin embargo estos estudios a veces claramente extemporáneos, sin aparentes hipótesis, diseño experimental, ni metodología claras o escrutables, terminan muchos de ellos en informes inconcluyentes o cuestionables, a pesar de la gravedad de los eventos (e.g. Marea Roja y Vertimiento de salmones en Chiloé el 2016)

La información del ambiente y del efecto de los impactos mas evidentes es menor aun cuando se trata de asuntos mas complejos e igualmente cruciales como los impactos de la sobrecarga orgánica y otros contaminantes en los ciclos del Nitrógeno y del Oxígeno, tanto dentro y entre cuencas aledañas a las concesiones acuícolas, como en los ecosistemas de mar afuera.

Sin embargo, y a pesar de la escasa información e inversión en investigación científica de los ecosistemas marinos por parte de la institucionalidad gubernamental, de la industria y la academia, los impactos crecientes y acumulativos de la acuicultura industrial son conocidos a nivel nacional e internacional gracias a las valientes denuncias de las organizaciones ciudadanas, ambientalistas, comunidades costeras y pueblos originarios, así como por los reportajes de medios de difusión independientes (diarios, radio, televisión), redes sociales, y del  periodismo extranjero. Otras evidencias de impactos de la acuicultura robustas pero escasas provienen de la literatura científica, las que se revisan a continuación.

2.- Impactos de la acuicultura en los ecosistemas, la biodiversidad y los recursos renovables considerados como “significativos”.

Se trata de 1800 concesiones de acuicultura a nivel nacional de ellas 416 concesiones de cultivo industrial de salmónidos otorgadas legalmente por el Estado de Chile (Subpesca, Sernapesca, Directemar) en el interior del Sistema Nacional de Areas Silvestres Protegidas (SNASPE), mayormente en la Patagonia chilena: el Parque Nacional Kawésqar, Parque Nacional Alberto De Agostini (19 concesiones), Reserva Forestal Las Guaitecas (317 concesiones), Reserva Marina Kawésqar (67 concesiones), Area Marina Costera Protegida de PitiPalena -Añihué (8), Fiordo Comau -San Ignacio de Huinay (5).  

A ellas se debe agregar 271 concesiones salmoneras que se encuentran actualmente en trámite. Una tercera parte de las concesiones que aún no han sido otorgadas (105) estarán al interior de áreas silvestres protegidas (sic). La Reserva Marina Kawesqar tiene 80 concesiones tramitándose, la Reserva Forestal Las Guaitecas 21 y la Reserva de la Biósfera Cabo de Horno 4.

2.1. Uso de químicos antimicrobianos 

Las enfermedades de los salmónidos en cultivo industrial se han incrementado desde el comienzo de esta industria exportadora, registrándose la introducción de al menos 15 agentes infecciosos (Figueroa et al, 2019), y como consecuencia del actual modelo veterinario estos patógenos bacterianos se combaten con grandes volúmenes de antimicrobianos, entre los que se citan: quinolonas (e.g. acido oxolínico y flumequina),  la oxitetraciclina, florfenicol, amoxicilina, eritromicina (Cabello et al., 2013). 

Aproximadamente el 80% de los antimicrobianos usados en acuicultura se difunden en el ambiente marino, manteniendo intactas y activas sus propiedades bactericidas. Esto posibilita la selección de aquellas bacterias resistentes, mediantes procesos de mutación, y por elementos genéticos móviles que contienen determinantes de multi-resistencia transmisible a otras bacterias (Cabello 2006; Cabello et al., 2013).

En los sedimentos del archipiélago de Calbuco, Chiloé se registró la presencia de flumequina y el incremento del número de bacterias y de fracciones antimicrobianas resistentes a la oxitetraciclina, ácido oxolínico y florfenicol, asociadas a las actividades de acuicultura (Buschman et al., 2012). También han sido registrados residuos de tetraciclina y quinolonas en diversas especies de peces silvestres, y en cargamentos de salmón chileno de exportación. Algunos de estos antibióticos se encuentran prohibidos en la acuicultura industrial de otros países (Fort et al.,2007).

En el contenido intestinal del zarapito de pico recto (Limosa haemastica), ave que migra desde Canadá y Alaska hacia los humedales de la isla de Chiloé, se registraron bacterias y genes mono y multi-resistentes a antibióticos (Navedo et al., 2021). Estas bacterias y genes resistentes asociados a los zarapitos fueron encontrados también en sedimentos cercanos y distantes de las áreas de cultivos intensivos de salmónidos. Los autores señalan que tanto aves silvestres como sedimentos constituyen reservorios de resistencia a los antimicrobianos y focos de difusión regional e inter-hemisférica.

2.2. Uso de Pesticidas

Para combatir el ecto-parásito denominado piojo del salmón (Caligus rogercresseyi), cuyas masivas infestaciones se encuentran asociadas a altas densidades de salmónidos en cultivo, se realizan periódicos baños in situ usando una amplia variedad de químicos, los cuales son posteriormente vertidos en las aguas marinas circundantes a las concesiones acuícolas. Por tanto el efecto de estos pesticidas se extiende y es letal para otras especies de crustáceos silvestres que integran el zooplancton; Gebauer et al. (2017) determinaron que las larvas del cangrejo comercial (Metacarcinus edwardsii) mueren en menos de una hora cuando son expuestos a concentraciones incluso 20 a 100 veces menores de cipermetrina y deltametrina, o 10 veces menores de azametifos, químicos utilizados para combatir el piojo del salmón (Caligus rogercresseyi). Estos, junto a otros pesticidas empleados en la acuicultura industrial intensiva, como el diflubenzurol, o lufenorón (que inhibe la producción de la quitina formadora del caparazón de los crustáceos) , poseen una alta persistencia en el ambiente marino. Al habitar en la columna de agua una gran variedad de crustáceos como copépodos, krill, larvas de cangrejos, centollas, picorocos, es plausible presumir que los pesticidas residuales de los tratamientos de Caligus tienen efectos adversos significativos en la sobrevivencia, crecimiento y  comportamiento de microorganismos claves del plancton, que implican alteraciones significativas en la trama trófica y la producción total del ecosistema marino.

En las evaluaciones de impactos ambientales, ni el Estado, ni la industria, ni la academia, han asumido la responsabilidad de evaluar la extensión geográfica y persistencia de los impactos de los pesticidas utilizados en la acuicultura industrial en los mares interiores de Chile Austral.

2.3. Uso de químicos anti-incrustantes

El empleo recurrentes de poderosas sustancias químicas como sulfato de cobre o verde de malaquita para evitar la fijación de organismos marinos en las redes, cascos de las naves, artefactos marinos, y artes de cultivo expuestas al agua de mar, ha sido proscrito en los países desarrollados debido a los efectos deletéreos y cancerígenos en  organismos marinos, así como por su transmisión a los seres humanos. Estos químicos antincrustantes denominados “antifouling son eliminados en la tierra, ríos y áreas costeras en las regiones salmoneras por las plantas terrestres de lavado industrial de redes de las balsas-jaulas. A estos vertimientos regulares se suman los ocasionados por accidentes en el transporte terrestre como el de 2018 en la carretera principal de Chiloé que significó la contaminación masiva del río Trainel y posteriormente del Lago Huillinco. 

2.4. Impactos en los sedimentos. 

Para establecer los efectos del Cambio Climático y discriminarlo de eventuales causas antropogénicas en los sedimentos del fiordo Comao, (Mayr et al. , 2014) se cuantificó las tasas de acumulación de Nitrógeno y Carbono, sugiriéndose que la causa más plausible del aumento durante el último siglo (más de 10 veces), es la eutroficación causada por dos décadas de intensa acuicultura. Se puede resumir por ello, que esta sobrecarga orgánica en los sedimentos se extiende a amplias regiones marino-costeras ocupadas por la acuicultura industrial, hecho que la actual institucionalidad gubernamental ha eludido evaluar.

2.5. Impactos de la anaerobiosis en los fondos marinos. 

Los cultivos de mitílidos y salmónidos generan residuos catabólicos en forma de fecas y excretas que son evacuadas directamente al mar junto a los residuos de alimento (“pellets”) no consumidos. Del total de alimento consumido por los salmones en su cautiverio marino, la mayor parte se convierte en contaminantes orgánicos particulados y disueltos: 63% del nitrógeno, el 22 % del carbono, y el 67% del fósforo (Wang et al., 2012) que se vierten al mar.

Una gran parte de esta sobrecarga orgánica, que puede alcanzar las 200 mil tons anuales (fide Senado, 2021), sedimenta en el fondo marino, siendo descompuesta por diversas familias de bacterias, que demandan altas cantidades de oxígeno disuelto, el cual disminuye en el medio marino hasta su agotamiento, generándose ambientes hipóxicos y anóxicos. 

En esta última condición, las bacterias aeróbicas sobrepasadas en su capacidad de descomposición del superávit orgánico sedimentado por carencia de Oxígeno, son reemplazadas por bacterias anaeróbicas, las que pueden continuar descomponiendo la materia orgánica en ausencia de oxígeno (Beggiatoa sp). 

Aunque no se conocen trabajos científicos que evalúen la intensidad y persistencia de la sobrecarga orgánica en la columna de agua y fondo marino de las regiones acuícolas, existe siguientes evidencias colaterales de su gran magnitud:

a.- Sernapesca, institución gubernamental reguladora restringe en parte las operaciones acuícolas cuando se alcanzan las condiciones anaeróbicas. Los indicadores anaeróbicos que son informados por los propios regulados del sistema (empresas acuícolas), se refieren a aspectos tan dramáticos como el agotamiento del oxígeno, la acidificación del mar, la presencia de bacterias anaeróbicas, o la producción de gases. 

Cuando se alcanzan estas condiciones es evidenciable un deterioro ambiental avanzado, al reducirse la concentración de oxígeno en un 71%, y aumentar la acidificación en un 900%, lo que equivale a ordenes de magnitud mayores que las atribuídas al Cambio Climático (Antezana, 2019), a lo que se une el asentamiento de bacterias anaeróbicas y la emisión de sus gases sulfurosos, indicando su asentamiento. La disminución del Oxígeno disuelto causa asfixia y muerte en los seres vivos, mientras la acidificación altera la formación de caparazones de muchos organismos marinos, atentando contra la sobrevivencia de especies, poblaciones y comunidades marinas. Por su parte el asentamiento de bacterias anaeróbicas implica la muerte, descomposición y desaparición de las comunidades naturales.

Es plausible sugerir que estas condiciones son más extremas en el fondo marino y que se difunden en la columna de agua y en aguas circundantes mas allá de la sombra de las concesiones acuícolas (Antezana, 2020a). Por ello es paradigmático que ni el Estado de Chile, ni la academia, ni menos la industria acuícola hayan establecido la extensión geográfica de la anaerobiosis, la persistencia del agotamiento de oxígeno y el efecto de la acidificación sobre la biodiversidad y productividad de las comunidades pelágicas (de la columna de agua) y bentonicas (fondo marino) después de detectada anaerobiosis en las concesiones de acuicultura.

b.- Las estadísticas del Sernapesca corroboran la frecuencia y persistencia generalizadas de anaerobiosis en las áreas donde se desarrolla la acuicultura nacional. De un total de 1.800 concesiones de acuicultura a nivel nacional, cerca de 600 alcanzaron condiciones anaeróbicas (fide Senado, 2021), estando su mayor proporción en la región de Magallanes. Esto significa que 1 de 3 concesiones acuícolas han generado impactos significativos en el ambiente marino, que son mayores en y cerca del fondo, aunque muy probablemente también en las capas de agua más someras y en aguas aledañas  a las concesiones acuícolas.

c.- Por su parte la industria acuícola realiza tanto de manera autorizada o ilegal acciones que intentan mitigar, revertir y exportar la sobreacumulación de sedimentos cenagosos y sus condiciones anaeróbicas, lo que se denomina en la jerga burocráticas “prácticas de bioremediación”, consistentes en insuflar oxígeno a la columna de agua y al fondo marino, cubrir el sedimento anóxico con arena y piedras, arar el fondo, arrastrar, extraer o aspirar los sedimentos, todo ello para poder informar a las autoridades gubernamentales fiscalizadoras sobre una ficticia normalidad ambiental, que les permita reiniciar sus operaciones productivas en los mismos sitios de cultivo.

Es evidente que estas formas de intervención artificial de los fondos marinos deben ser evitadas en su totalidad ya que provocarían nuevas perturbaciones en los procesos naturales de rehabilitación biológica, al dispersar y exportan los sedimentos y contaminantes a la columna de agua y áreas circundantes (Aguila et al.,2020)

En resumen, y en abierta oposición al accionar de la institucionalidad sectorial del Estado de Chile y de la industria acuícola para eludir los Estudios de Impacto Ambiental, (Ley 19300 Sobre Bases Generales del Medio Ambiente), al presumir que tales operaciones no causarían “efectos adversos significativos” al ambiente marino y a su biodiversidad, hemos intentado exponer que después de cuatro décadas de reiteradas crisis sanitarias y ambientales en mares interiores, esa presunción es falsa o infundada. 

A los impactos descritos se suman:

a.- Los recurrentes y masivos escapes de salmones y virtual o factual asilvestramiento de especies introducidas desde el Pacífico Norte y el Atlántico Norte, y de sus eventuales consecuencias en la depredación y  competencia con especies autóctonas, en la trama trófica, biodiversidad y estabilidad del ecosistema (Antezana, 2020b),

b.- La usurpación, apropiación y contaminación de territorios y maritorios ancestrales de los pueblos originarios, así como la ocupación de áreas de captura, tránsito y resguardo de la pesca artesanal, y de zonas de recolección de algas y recursos bentónicos de las comunidades ribereñas.

c.-La precarización del empleo, la mortalidad récord de buzos de centros de cultivo y de trabajadores del transporte naviero del salmón, la desculturización de las comunidades ribereñas entre los diversos impactos sociales. 

En octubre 2021, el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) con el apoyo del Instituto Danés de Derechos Humanos y la Cooperación de Suecia entregaron el primer informe sobre el Estado de los Derechos Humanos en la industria chilena del salmón (Proyecto Oceanos Sostenibles, Informe Industria Salmonera en Chile y Derechos Humanos Evaluación de Impacto Sectorial ).

En el vasto informe se señala los bajos estándares en relación a las condiciones laborales y la seguridad de los trabajadores en los centros de cultivo y plantas procesadoras, la violación de los derechos humanos y de género de las trabajadoras de plantas procesadoras, los abusos de los derechos de los pueblos originarios, y las malas prácticas que han generado graves impactos sobre los ecosistemas y la biodiversidad marino-costera, hechos que han sido denunciadas ampliamente en los medios de comunicación y organismos internacionales (Radio.uchile,2021). 

3.- Conclusiones y algunas esperanzas:

– Es necesario aplicar o/y modificar la actual legislación para: 

  1. Hacer efectivos los principios Preventivo, Precautorio y Ecosistémico para asegurar una correcta gobernanza del patrimonio marino costero nacional, 
  2. Redefinir el concepto de Areas Aptas para la Acuicultura (AAA), y desafectar todas aquellas concesiones acuícolas que han provocado condiciones anaeróbicas,
  3.  Establecer las capacidades de carga para los monocultivos acuícolas industriales reemplazando los Indicadores de Condiciones Anaeróbicas como mecanismo regulador de la actividad, 
  4. Exigir Estudios de Impacto Ambiental y no meras Declaraciones de Impacto Ambiental en la admisibilidad de nuevas solicitudes de concesiones acuícolas, renovación o reubicación de centros de cultivo, incremento de biomasa, e informes acuícolas (INFAs), 
  5. Exclusión urgente de todas las concesiones de acuicultura de los ecosistemas acuáticos vulnerables, tales como fiordos, lagos, estuarios y canales interiores, así como del Sistema Nacional de Areas Silvestres Protegidas, y de los cultivos de todas las especies exoticas de todo los mares interiores n el mas breve plazo.
  6. Implementar la exigencia de las comunidades costeras y ciudadanía organizada de una moratoria a la expansión territorial y productiva de esta mega industria de creciente presencia transnacional mientras no se determinen las capacidades de carga y se establezca nuevas políticas de conservación y uso sostenible de nuestros ecosistemas marino-costeros, mecanismos de control ciudadano y monitoreo efectivo de las operaciones productivas

En un contexto más general, el marco político-institucional donde se ejecuten las transformaciones para un mayor conocimiento y protección de los océanos, los ecosistemas y la biodiversidad marina austral debe descansar en estructuras y procesos que aseguren la soberanía del pueblo chileno sobre su maritorio y los recursos hidrobiológicos.

Es clave que a través del actual proceso constituyente y subsecuente proceso legislativo, se asuma una diversidad de tareas de democratización de la sociedad chilena tales como el establecimiento de mecanismos de participación ciudadana vinculante, (e.g. iniciativas populares de ley), los mandatos de revocabilidad, el establecimiento de plebiscitos nacionales, regionales y locales vinculantes.

A su vez, las decisiones cruciales para la conservación de nuestro maritorio y su biodiversidad, para el uso sustentable, transparente y equitativo de sus ecosistemas y recursos, y para asegurar los derechos de las comunidades costeras y pueblos originarios deban ser obligatoriamente plebiscitadas. Al mismo tiempo se debe construir mecanismos que aseguren una transparencia radical y control público de todos los actos del Estado y de sus funcionarios vinculados con los temas de políticas ambientales, sanitarias, pesqueras, acuícolas, de investigación científica y desarrollo tecnológico, así como de soberanía alimentaria.

Precisamos dar un golpe de timón para aprovechar los nuevos vientos y marejadas que impulsan las nuevas olas de profesionales y jóvenes graduados y sus mentores, donde se valoren la ética, independencia y las sensibilidades ambientales y sociales que permitan abordar los nuevos desafíos que enfrenta la sociedad chilena de cara al siglo 21, entre ellos el desarrollo de una robusta investigación científica de los ecosistemas de mares interiores de Chile.

Tarsicio Antezana J.

Dr. en Oceanografía, U. de California y Biólogo Marino, U. de Chile.

Asociación Defensa del Ambiente y la Cultura de Chiloé (ADAC).

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4.- Referencias 

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TA agradece valiosas sugerencias de Dr. J.C Cardenas al manuscrito. Mayo 2022


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