Eduardo Jaramillo, académico del Instituto de Ciencias Ambientales y Evolutivas de la U. Austral de Chile, afirmó que la celulosa contaminó con metales pesados el humedal lo que provocó la muerte del luchecillo, alimento principal de los cisnes de cuello negro.
La Celulosa Arauco, Celco, del Grupo Angelini, intentó quedar libre de las acusaciones que la indicaban como responsable del ecocidio en el Río Cruces en Valdivia hace 8 años. Utilizando en ese momento las influencias que su alma pater, Anacleto Angelini, tenía con el presidente de ese entonces, Ricardo Lagos Escobar, consiguió mantenerse al margen de la justicia y no solo eso, sino que mantener hasta hoy una patente anual de 11 mil pesos, dejando claro que Arauco es una empresa mimada por el Estado de Chile.
Los cisnes de cuello negro que comenzaron a desplomarse por la ciudad de Valdivia, alertaron a la opinión pública que mantuvo constante presión hasta hoy, cuando el caso vuelve a Tribunales. El Consejo de Defensa del Estado (CDE) y representantes de Celulosa Arauco (CELCO), esperan el fallo tras 8 años de la demanda del CDE por daño ambiental en el Río Cruces, este 17 de mayo en el Primer Juzgado de Policía Civil de Valdivia. Antes, el tribunal de Puerto Montt anuló la multa a la Planta Valdivia de Celco y luego, la Comisión de Evaluación Ambiental de la Región del Bíobío decidió dar la sanción mínima.
Todas estos dimes y diretes judiciales no restan la evidencia científica que el Doctor Eduardo Jaramillo, académico del Instituto de Ciencias Ambientales y Evolutivas de la U. Austral de Chile, consiguió siendo uno de los primeros investigadores que coordinó un equipo para evaluar las causas de la mortandad de aves que se empezó a evidenciar en mayo de 2004 en el humedal del río Cruces.
Según un estudio coordinado por el Dr. Jaramillo en 2004 y 2005, la muerte masiva de cisnes de cuello negro se debió, entre otras cosas, a la desaparición del Luchecillo, su principal fuente de alimento. Este fenómeno se produjo debido a que las plantas fueron afectadas por una alta carga de metales pesados depositada sobre las mismas, lo que probablemente afectó la fotosíntesis y finalmente produjo su muerte.
“Los cisnes migraron por falta de Luchecillo. Algunos no pudieron emigrar por falta de masa muscular debido a ayuno y se comieron los remanentes de Luchecillo con altas cargas de metales pesados, fundamentalmente hierro”, explica el Dr. Jaramillo. Esto que provocó efectos patológicos en las células hepáticas, enfermedad conocida como hemocromatosis, situación que también influyó en el fallecimiento de las aves.
Jaramillo, plantea que la contaminación de metales pesados en el Luchecillo se produjo por el vertido de residuos desde la planta de Celulosa Arauco, ubicada aguas arriba del humedal del río Cruces y cercana a San José de la Mariquina
“Esto está acreditado en el juicio iniciado por el Consejo de Defensa del Estado y la Corte Suprema ha ratificado las multas contra la empresa por vertidos de residuos líquidos no autorizados”, explica el investigador.
Estos hechos evidencian que los estudios desarrollados por la Universidad de Chile que indicaban como responsable factores climáticos que asociados causaron la muerte del luchecillo, fueron o mal realizados a raíz de que el muestreo se hizo en condiciones ambientales especiales que no se repitieron en el tiempo, o que lisa y llanamente fueron encomendados por la misma empresa, como vemos recurrentemente que ocurre en este tipo de casos donde la ciencia define hipótesis sobre una metodología que se acomoda a los resultados que se quieren obtener. (Ver entrevista a Alberto Mayol -Ex académico de la Universidad de Chile sobre este punto).
Ya existe el precedente del programa de la televisora pública chilena, La Tierra En Que Vivimos, en donde Sergio Nuño aseguraba a los espectadores que la empresa no tenía responsabilidad alguna en la destrucción del santuario. Esta aseveración fue reconocidamente falsa, luego de que Iván Chamorro, el gerente de asuntos públicos de Celulosa Arauco, reconociera en una entrevista dada a Radio Bíobío de Valdivia, que contrataron los servicios del periodista.
La buena Noticia
El Dr. Jaramillo dictó la charla “Ciencia después de desastres” en la U. Andrés Bello en el día de ayer, invitado por el Departamento de Ecología y Biodiversidad de esta casa de estudios dando a conocer una excelente noticia a pesar del pasado de contaminación y muerte dejado por Celco: La flora del humedal del Río Cruces se ha recuperado, por lo tanto el luchecillo ha vuelto a ser la fuente de alimento de las colonias de aves que ahí habitan.
Esperemos que la empresa no incurra nuevamente en irregularidades que echen por tierra los avances que la misma Tierra con su infinita inteligencia es capaz de producir.
Por Karen Hermosilla