El aumento del precio de los combustibles y su efecto contaminante no es un problema para los habitantes de una pequeña ciudad en el suroeste de Alemania. Para ellos los autos son cosa del pasado y el futuro exige mejores tecnologías en el uso de energías y una planificación inteligente de las ciudades. En Vauban las calles son para los seres humanos y el ruido no es el de los motores.
Una ciudad sin autos no es una utopía ni un sueño retro. Todo lo contrario: permite residir en una ciudad sin gran contaminación, ruidos de motores y accidentes. Así lo experimentan los ciudadanos de Vauban, una ciudad alemana que ya prescindió del automóvil.
Vauban está en las afueras de Freiburg, cerca de la triple frontera con Francia y Suiza. En Vauban están prohibidos los garajes domésticos, las entradas de auto y estacionar en la calle. Si bien, los vehículos no están prohibidos, el diseño de la ciudad desalienta su uso. Y eso no genera problema alguno, porque el 70% de sus 5 mil 500 habitantes no los requieren y usan bicicletas o el tranvía para sus traslados.
La circulación de autos se permite sólo por la calle principal y por otras dos avenidas que bordean la ciudad. Los estacionamientos también están delimitados: el ayuntamiento dispuso de dos grandes áreas donde es posible comprar un lugar para estacionar. Claro que el precio es alto: 40 mil dólares.
El límite de velocidad en la calle principal de la ciudad es de 30 km/h, mientras en la zona residencial tan sólo se puede avanzar a 5 km/h. Así las calles y espacios públicos son usados para que los niños jueguen y para que la gente interactúe.
Diversos reportajes, incluso uno realizado recientemente The New York Times, dan cuenta de que sus habitantes viven ahora mucho más tranquilos, han bajado ostensiblemente sus gastos y los accidentes. En vez de mostrarse nuevos modelos de autos, se da cuenta de las mejores ideas para una ciudad grata a sus habitantes.
Las personas que se han mudado a Vauban suelen ser amantes de los espacios naturales y concuerdan en que ha aumentado su calidad de vida, siendo ahora más tranquila y saludable. Un 57% vendió sus autos para mudarse allí. “Cuando tenía coche estaba siempre estresado,” confiesa Heidrum Walter, entrenadora en medios de comunicación y madre de dos hijos que reside en el pueblo.
UNA CIUDAD PENSADA
Vauban comenzó a planificarse en el año 1993 y se terminó de construir el 2006. Claro que ya en el 2001 vivían ya unas 2 mil personas. Su edificación es el primer ensayo de una tendencia en alza en Europa y Estados Unidos, que propone independizar la vida suburbana de la utilización del auto. A esta nueva idea de ciudad se le llama “planificación inteligente”.
La ciudad fue pensada como un modelo alternativo y participativo, como una comunidad sustentable a nivel ambiental y humano. Por ello, en Vauban no mandó la mano invisible del mercado, sino que su diseño correspondió a una planificación central que dejó los centros comerciales y administrativos a una distancia razonable que permita caminar desde las casas.
“El principal objetivo del proyecto radica en la implementación de una ciudad cooperativa y participativa, bajo principios ecológicos, sociales, económicos y culturales. La fuerza del proyecto se apoya en la idea de involucrar a las personas que habitan la ciudad: sus ideas, creatividad y compromiso; así como el objetivo común de crear un barrio sustentable y floreciente”- se comenta en la página Web de la ciudad.
Las casas y edificios también utilizan energías limpias, siendo construidas todas las casas conLas razones son obvias: el aumento del precio de los combustibles y su efecto contaminante ya dejaron muy claro que los automóviles tradicionales no son una alternativa viable para el futuro y mucho menos lo son las ciudades dependientes de ellos. Si a esto se suma la creciente preocupación de la población por una mejor calidad de vida, proyectos como Vauban se presentan como un paraíso y un buen ejemplo a seguir bajos requerimientos de energía (65 kWh/m2a); al menos 100 hogares del barrio consumen únicamente15 kWh/m2a. Los paneles fotovoltáicos son muy comunes en sus techos.
El diseño también implica la participación de sus habitantes: Un foro de la ciudad permite a sus residentes proponer ideas y dar apoyo a los proyectos.
A juicio del ecologista Luís Mariano Rendón este es un proceso creciente en función de tener una mejor calidad de vida en las ciudades. «Hay que ir liberando espacios del uso del automóvil, como ocurre en ciclorecreovías como se hace en La Reina y en Lo Prado en algunos días. También pasa por un cambio cultural de que asumamos que los automovilistas están usurpando un espacio público a todo el resto de nosotros»- sostiene Rendón.
Rendón agrega que «podemos partir en acuerdo con algunas municipalidades medidas para calmar el tráfico. como no impedir el uso del automóvil, pero si priorizarlo para el uso de seres humanos. Recuerda que en Chile tenemos la experiencia de caleta Tortel, donde no hay autos».
VEA LA WEB OFICIAL DE VAUBAN
Mauricio Becerra R.
El Ciudadano