Desde hace meses, vecinos de Lo Gallardo y San Juan, de la comuna de San Antonio, vienen realizando acciones para denunciar la preocupante contaminación que generan las plantas industriales en el sector. Los principales cuestionamientos apuntan a las empresas cementeras, que posibilitan el paso de camiones día y noche para sus tareas, obstaculizando la vida cotidiana de la comunidad y potenciando diversas amenazas contaminantes.
Aunque han solicitado estudios formales acerca del problema en la zona, no han obtenido respuestas concretas. Según los vecinos movilizados, los episodios de contaminación industrial son diversos e incluso han pasado a llevar al Río Maipo, desde donde ESVAL extrae el agua para el consumo. «Desde ese mismo río se extrae el agua que consume toda la población. Esa fue la gota que rebalsó el vaso», enfatizó el activista ambientalista de la zona, Javier Galarce.
A la vez, las emisiones de polvo provocado por la Cementera La Unión fue motivo de discordia inicial para la comunidad, que asegura que filtran componentes que dañan severamente la biósfera y el organismo humano.
«Este año empezamos a organizarnos porque nos dimos cuenta. En nuestra avenida, que es la única calle principal, ya que este es un pueblito, contabilizamos unos 700 camiones al día, de distintas empresas. Los camiones contemplan extracción de agua del Río Maipo y múltiples tareas en una área no mayor a 1 kilómetro cuadrado», explicó.
Esto, sumado a otras actividades contaminantes, como la limpieza de los escombros del antiguo puerto con metales pesados e hidrocarburos que más tarde fueron depositados en el Río Maipo, han encendido las alertas de la comunidad que hoy se organiza, moviliza y prepara para defender su derecho a vivir en un ambiente libre de contaminación. Según dicen, existen exámenes tomados a niñas y niños que dan cuenta de la contaminación con elementos como el plomo y arsénico.
La Avenida San Juan se ha transformado en una pista frecuente para camiones de gran tonelaje, que circulan por la ruta a gran velocidad. Los diversos focos contaminantes provocaron la salida a las calles de los vecinos y vecinas durante los últimos meses y una serie de acciones de bloqueo de carretera y cortes de ruta.
CLÍNKER, EL COMPUESTO QUE PREOCUPA A LAS Y LOS VECINOS
La comunidad logró contactar al gobernador Manuel Villatoro, quien se comprometió a realizar diversas acciones para la búsqueda de soluciones concretas tras las elecciones municipales. Los presentes enfatizaron que la acción de las plantas industriales provoca una nube tóxica que amenaza la biodiversidad del lugar y la salud de sus habitantes.
En el sector, que fue declarado zona típica en 2008, la mayoría de los vecinos se dedican a la agricultura y manejan chacras que alimentan a gran parte de la provincia de San Antonio. Por ello, decidieron investigar qué elementos transportaban los camiones y se encontraron con el clínker, un componente traído desde Angola y España para la producción de cemento, que incluye algunos metales pesados como el mercurio. En la zona, es utilizado por Cementos La Unión, entre otras empresas.
Para los habitantes de San Juan es evidente que los camiones que trasladan el clínker no cuentan con las medidas de seguridad necesarias, como mantener sus camiones sellados para evitar cualquier filtración de sus partículas.
«Uno puede observar desde la altura del puerto la polvadera que esto genera. Primero fue el agua y ahora es la contaminación del aire. Son varias las localidades afectadas y especialmente nosotros, que vivimos al lado del sector donde pasan los camiones, nos afecta a diario la vista, las vías respiratorias y orales«, argumentó Galarce.
La Dirección General de Aguas acudió a la zona a tomar muestras y dijeron que el agua estaba más contaminada, pero no han enviado sus informes, pese al compromiso previo con la comunidad. «Queremos que nos den la información, se supone que es pública y si no la pueden entregar es por algo», enfatizó el dirigente.
ESPECIALISTA: COMBUSTIBLE UTILIZADO POR CEMENTERAS PUEDE SER MÁS PELIGROSO
Desde la perspectiva del toxicólogo Andrei Tchernitchin, la toxicidad de las empresas cementeras dependen del combustible que utilicen en sus faenas. De este modo, si utilizan algún combustible alternativo, tal como se ha autorizado en diversos sectores, la combustión misma de la cementera provoca toxinas que son adversas para la salud.
A la vez, el especialista explicó que «cuando hay emisiones de cemento, en general, el cemento tiene sustancias que no es bueno respirar, no es sólo polvo, tiene calcios, silicatos, por lo tanto no es bueno para los pulmones. Respecto a eso pueden exigir que los camiones sean sellados y que no salga ningún tipo de polvo de ahí».
Tchernitchin enfatizó que lo más preocupante, en todo caso, es conocer cuál es el combustible utilizado por estas industrias y esa información puede ser consultada a través de la Ley de Transparencia, si es que la empresa no quiere facilitarla. Por ley, están obligados a aclarar cuáles son los productos que utilizan como combustibles.
El toxicólogo recalcó que han denunciado anteriormente a la empresa de cementos Polpaico por utilizar diversos compuestos que generan bioxinas con alto riesgo de daño a la salud. En el caso del clínker, manifiesta «se puede solucionar exigiéndole a la empresa que cumpla con tener camiones sellados o empacados en sacos que impidan ese problema».
Levantando nuevos flancos de preocupación para la comunidad, Andrei Tchernitchin recordó que hay empresas autorizadas a quemar neumáticos, por ejemplo, a modo de combustión y que aquello produce hidrocarburos y bioxinas tóxicas que pueden afectar sobre todo a las mujeres embarazadas y a los niños muy pequeños, produciendo cambios en su sistema inmune que serán irreversibles y podrían implicar otras enfermedades más graves a lo largo de los años.
«SENTIMOS QUE NO ESTÁN FISCALIZANDO»
Las cosas empeoraron hace una semana, cuando la gente -cansada del ruido provocado por los camiones durante la noche- se dispuso a movilizarse con cortes de calle para impedir la continuidad de los recorridos.
«El problema es que la gente estaba molesta, incluso apedrearon algunos camiones en el sector de Lo Gallardo, y los camioneros se juntaron, llegaron a mi casa, donde tengo un taller de reciclaje, y se metieron adentro con palos y todo, tuvimos que salir a contenerlos. Llegó Carabineros de inmediato, pero igual nos golpearon, a mi hermano lo ahorcaron y tiraron al suelo«, relata Galarce.
Ya se estableció una querella al respecto, pero deja un antecedente preocupante para la buena convivencia de San Juan. Los vecinos planifican nuevas acciones de no ser escuchados ni obtener la fiscalización que merecen. «Estas negociaciones medio tibias permiten la continuidad de las plantas de cemento y asfalto, mientras nos dicen que los camiones tienen que salir totalmente cerrados. Nosotros sentimos que no están fiscalizando», enfatizó el activista.
En los próximos días, la comunidad planea una visita masiva al consultorio para «dejar constancia de cómo nos estamos enfermando» y podrían llevar el caso a la Superintendencia de Medioambiente de ser necesario. La paciencia de vecinos y vecinas de San Juan se agotó y no cesarán en sus acciones por un ambiente limpio, en vista de la omisión de responsabilidades al respecto por parte de la autoridad.