Organizaciones civiles, medioambientales, populares y de toda índole reclaman una discusión abierta y de cara al país sobre los intereses y posibilidades que hay tras el multimillonario negocio del litio. Chile, junto a Bolivia y Argentina conforman el llamado «triángulo saudita del litio», acumulando cerca del 85 por ciento de las reservas mundiales del llamado oro blanco del siglo XXI.
Bolivia ya nacionalizó este recurso y se encuentra estableciendo alianzas con otros países para la extracción y producción de tecnología asociada, conservando la propiedad sobre el mineral. Argentina en tanto, discute sobre cómo darle valor agregado, sin cejar en su influencia y control sobre el litio. ¿Y Chile? Concesiona a tasa de royalty irrisorias, bajo el argumento de que el Estado no tiene la capacidad de desarrollar tenología o que debemos ser líderes en producción.
La ciudadanía reclama una mayor inclusión en el debate público, teniendo como piso la inversión social y el desarrollo y sustento de las necesidades básicas de todos los chilenos, como son las educación, la salud, vivienda y tantos otras demandas sociales largamente anheladas.
El Ciudadano