Actualmente, la proliferación de residuos es uno de los males del sistema consumista que genera contaminación ambiental y problemas sanitarios, por lo que algunas personas asumieron la necesidad de cambiar los hábitos de utilización y reutilización de los productos.
Zero Waste (Cero desperdicio) es una tendencia que enfrenta los malos hábitos que perjudican el medio ambiente. Esta cultura que se posiciona en las redes sociales compromete al individuo a reciclar y reutilizar cada uno de los elementos que contenga en su hogar o que utilice durante el trascurso del día.
La iniciativa, además, modifica radicalmente la composición de los elementos transformándolos en nuevos implementos de uso, lo que reduce la emisión de desperdicios. Es importante tener en cuenta que un individuo promedio genera al día un kilo de desechos, lo que representa un alto porcentaje de residuos para el ambiente.
Bea Johnson, creadora del Zero Waste, recomienda como base principal de esta conducta cinco principios básicos para poder llevar a cabo este estilo de vida: Rechazar, Reducir, Reutilizar, Reciclar y Reincorporar.
Esta lógica de vida ha impulsado a diferentes influenciadores, actores y asociaciones que vienen sumando esfuerzos por lograr que cada vez se sumen más personas a esta conducta a favor del medio ambiente.
La reutilización de recipientes de alimentos, la no implementación de plásticos de un solo uso, la reutilización de materiales como la tela, madera y algodón y la buena compra de alimentos no procesados es una de las mejores formas para empezar con el reto Zero Waste, que si bien no garantiza un 0 % de residuos, contribuye en la disminución de desechos en el mundo.
Para sumarse a esta nueva tendencia ecológica, solo hay que seguir unos pasos tan simples como comprar verduras a granel y guardarlas en envases de cristal en vez de bolsas de plástico o usar bolsas de tela para llevar la compra.
Adquirir o fabricar tus productos de higiene biodegradables y sin químicos es también una buena opción, así como sustituir el papel de cocina por paños de algodón o las botellas de plástico por botellas de cristal rellenables.
Para evitar que los productos orgánicos acaben en el cubo de basura, lo mejor que se puede hacer es convertirlos en abono que luego se puede usar en las macetas.
La clave es buscar siempre que sea posible productos reciclables y reutilizar otros para conseguir que una vida sin basura se convierta en una realidad.
https://www.youtube.com/watch?v=3VMOhyFxscI
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