En la última edición de “En su propia trampa”, se mostró el accionar de un mecánico a domicilio. La persona cuestionada -que no fue el principal del programa, sino que parte de la breve cápsula “No caí En su propia trampa. Soy honesto”- fue David Pérez, un técnico que se enfrenta a un automóvil al que el equipo del espacio ha ocasionado un desperfecto con el fin de ponerlo a prueba.
En lo que se ve en espacio que dura 5 minutos, evidentemente a David se le complica el arreglo del vehículo y solo consigue solucionar la falla una vez que la supuesta víctima llama por teléfono a una persona que sabe, quien lo orienta. Al final del espacio, David es tratado como “incompetente” por Emilio Sutherland.
Ayer, sin embargo, a través de su cuenta en Facebook, un cliente del mecánico salió en su defensa. “Me ha atendido dos veces, la primera en plena calle después de quedar tirado, y la segunda hoy, lunes 28 de septiembre de 2015. Las dos veces me ha cobrado razonablemente y ha hecho bien la pega”, escribió Alvaro Urrejola. Conversamos con él y nos contó que la primera vez le cambió la piola de embrague y le advirtió que debía hacer lo mismo con todo el kit, porque pronto tendría problemas. Y así fue. Alvaro requirió nuevamente de los servicios de David. “Llegó rápido, me atendió súper bien y hasta me cobró barato”, insiste el usuario de Facebook.
“En el mundo de los mecánicos hay de todo tipo. Me pareció injusto, porque a mí me hizo bien la pega. Hay muchos matices y el programa muestra algo definitivo. Es muy dañino para él que está surgiendo en su trabajo”, critica Urrejola.
Alvaro hace ver que el programa pone a un mecánico titulado –en este caso Fernando Castillo, docente de AIEP- a juzgar a un mecánico como David. “Como es habitual en este programa de (falsa) inspiración justiciera, armaron toda una maquinaria para dejarlo como a) un deshonesto o b) un incompetente, que es como finalmente decidieron que David debía quedar: como alguien que no supo arreglar un desperfecto eléctrico en apariencia sencillo”, escribió en su cuenta.
La versión del mecánico
También conversamos con David Pérez, quien reconoce: “Yo no soy eléctrico, sé harto sí, pero a veces me equivoco”. El mecánico nos da su versión de lo que ocurrió y cuenta que él estuvo alrededor de una hora intentando arreglar el auto, que llamó a un amigo para que lo asesorara, que le ofreció a la supuesta víctima trasladar el auto al taller de este colega y que sí revisó las piezas que el programa había cambiado pero no las intercambió como debía hacerlo. “No mostraron nada de eso”, dice.
Pérez sostiene que “a mí no me cuesta nada ocasionar una falla y que ellos no lo puedan pillar” y agrega que “me gustaría que esa gente (En su propia trampa) no trabajara más en eso”. “Me he sacado la cresta, ni siquiera tengo un taller, ando pa’ la cagá, me conoce mucha gente”, asegura.
“Es un engaño con el afán de tener un programa que entretenga”, dice Alvaro Urrejola. Y suma: “Es tremendamente injusto, avasallador, prepotente y matonesco que por el afán editorial (y de rating) que un programa tiene, se deje como las huevas a un tipo sacrificado y honesto, que aún no logra hacerse de un taller, pero que con esfuerzo está dando la pelea y trabajando duro por dar un servicio cada día mejor”.
Por Daniel Labbé Yáñez