El Ciudadano es el medio que emplea menos lenguaje totalitario, revela estudio de la UAR

Tras analizar 907 informaciones de prensa durante el mes de abril, el estudio de la UAR reveló que un 50,4% (457) presenta un uso de lenguaje totalitario, mientras que 31,2% (283) incluyen por el contrario, un lenguaje definido como antitotalitario

El Ciudadano es el medio que emplea menos lenguaje totalitario, revela estudio de la UAR

Autor: Leonardo Buitrago

El Centro de Estudios de Medios de la Universidad Abierta de Recoleta presentó su más reciente investigación ¿Medios o miedos de comunicación?: Lenguaje totalitario en la prensa nacional, en la que se sistematizó, observó, analizó y diseccionó el comportamiento de 17 medios de comunicación chilenos durante el mes de abril, revelando que durante ese periodo, el 50,4% de las notas de la muestra presentó un lenguaje totalitario.

La investigación realizada por el Centro de Estudio de Medios de la UAR emplea el término “lenguaje totalitario” para referirse a aquella comunicación que incorpora epítetos y adjetivos calificativos para producir caracterizaciones, cualidades verdaderas o supuestas de alguien o algo; que denigre a los adversarios políticos atribuyéndole ciertas conductas o exacerbe ciertas tendencias totalizadoras que contribuyen a la creación de un clima favorable a partidos o agrupaciones de corte autoritario.

El informe de carácter cuali y cuantitativo cuenta con 25 páginas en las que se realiza “una especie de autopsia” de la agenda mediática, tras analizar un total 2.040 notas publicadas en 17 medios digitales y diarios en papel desde el 1 al 30 de abril de 2023, un periodo en donde se registraron asesinatos de carabineros. Luego de un proceso de descarte de acuerdo a la temática del estudio, se obtuvieron 907 notas clasificadas según el uso del lenguaje.

Los términos seleccionados por el estudio fueron: crimen organizado, totalitario, terrorista, autoritario, impunidad, indulto, violentistas y migrantes. Mientras que los 17 medios escogidos corresponden a una amplia variedad de líneas editoriales, como son el caso de: El Mercurio, Emol, La Tercera, LaTercera.com, El Mostrador, CNNChile.com, La Segunda, Cooperativa.cl, Biobiochile.cl, La Cuarta.com, Las Últimas Noticias, El Desconcierto, Ex Ante, El Líbero.cl, Publimetro.cl, El Ciudadano.cl y El Dínamo.

También se tomó en cuenta el tipo de información (nota, entrevista, columna, portada o carta al director)

50,4% de las notas presenta un uso de lenguaje totalitario

Tras analizar las 907 informaciones de prensa, se reveló que un 50,4% (457) presenta un uso de lenguaje totalitario, mientras que 31,2% (283) incluyen por el contrario, un lenguaje definido como antitotalitario. En tanto, las notas que presentaron un lenguaje equilibrado o neutro entre lo totalitario y antitotalitario, fueron 167 , correspondientes a un 18,4% de la muestra.

“Para su realización, el lenguaje totalitario necesita objetivos de una relativa debilidad para su masificación mediática y lograr el máximo efecto entre la audiencia. De esta forma, los principales blancos fueron el gobierno, sindicado como proclive -e incluso “cómplice”- de los delincuentes, y no solamente de los caracterizados como “criminales del estallido social”, sino que también del “terrorismo” en la Macro Zona Sur y de los narcotraficantes en las poblaciones de Santiago”, indica el informe del Centro de Estudio de Medios de la UAR.

Asimismo, plantea que si bien el lenguaje totalitario tuvo su génesis en las temáticas de seguridad ciudadana y migración, la discusión se dio principalmente a un nivel político entre las fuerzas de
derecha (oposición) y el oficialismo.

En el área política, las notas con lenguaje totalitario fueron 279 versus 127 antitotalitario, con dos subtemas que acapararon la agenda informativa: 1) el parlamento con 187 notas, centradas en la discusión de la Ley NaínRetamal, las reglas del uso de la fuerza, presentación de proyecto de ley para penar con cárcel ingreso ilegal; entre otros. 2) El gobierno con 126 notas, preferentemente en las
notas referidas a la interpelación a la ministra Carolina Tohá.

En estas informaciones políticas, los lenguajes totalitarios se centraron en caracterizar al gobierno y al oficialismo como “conniventes” con la delincuencia.

De este modo, los contenidos analizados se basan en la premisa de que el presidente Boric y sus partidarios avalaron la violencia del estallido social, denigrando a las fuerzas policiales; relativizan los abusos y violaciones a los derechos humanos ocurridos en la revuelta social.

Otro punto revelado por la investigación es la manera en la que el lenguaje fue usado en materias económicas como una forma de crear las condiciones para hacer ver que la sociedad toda se ve afectada por los casos de seguridad pública. «Estas informaciones hicieron hincapié en las decisiones políticas que
“destruyen” lo alcanzado como “país”, poniendo el foco en las propuestas políticas que intentan cambiar el modelo de desarrollo», señaron desde la casa de estudio.

Actores y lenguaje totalitario

Dentro de las 907 notas seleccionadas para el análisis figuran 967 actores que fueron expuestos en la construcción de las mismas (incluyendo a los autores de las columnas como protagonistas de la noticia).

Los actores y personeros muestran la misma tendencia que las notas de prensa, con 513 menciones de lenguaje totalitario (53%) versus 316 antitotalitario (33%). Según el estudio, el alcalde de Tacna, Pascual Guisa (38 menciones totalitarias) fue el actor de mayor exposición mediática en lenguaje totalitario por las notas sobre la crisis migratoria donde insulta al presidente Gabriel Boric.

En el caso de los actores que emplean lenguaje antitotalitario, el de mayor presencia fue el presidente Gabriel Boric (23 menciones, todas antitotalitarias); los temas donde fue expuesto el mandtario fueron principalmente en la Ley Naín-Retamal, prisión preventiva para indocumentados (criterio Valencia), encuentro Enade, peticiones de estado de excepción en la Región Metropolitana (RM).

«En estas informaciones el presidente marcó pautas frentes a los excesos del lenguaje utilizados por los adversarios», señala la UAR.

Otros actores destacados por el uso de lenguaje totalitario fueron: Andrés Longton en la interpelación a la ministra Tohá y regla del uso de la fuerza; José Antonio Kast por las iniciativas de Republicanos del Plan Cero Narcotráfico y la petición de crear un centro de detención para migrantes; Javier Macaya y Francisco Chahuán en la Ley Naín-Retamal.

«Podemos apreciar que los principales liderazgos de la derecha son los voceros del lenguaje totalitario, exceptuando a Longton, que se le dio protagonismo mediático en una estrategia de posicionamiento en miras a la interpelación a Carolina Tohá», plantean desde la casa de estudio.

Sin embargo, el uso lenguaje totalitario no fue empleado solamente por los representantes de la derecha, también estuvo en las voces de personeros de Amarillos como Andrés Jouannet pidiendo el despliegue de las Fuerzas Armandas en el norte y el sur; Ximena Rincón de Demócratas en entrevista por la Ley Naín-Retamal; el socialista Juan Luis Castro pidiendo estado de excepción en la RM; el también socialista Raúl Leiva en la Ley Naín-Retamal; entre otros.

El Ciudadano es el medio que menos emplea lenguaje totalitario

Según el informe, durante el período que abarcó el estudio (mes de abril), se observó una marcada diferencia, entre los medios corporativos versus los alternativos, en términos de exhibición de notas con contenido totalitario versus lenguaje antitotalitario, coincidiendo en general con sus líneas editoriales.

Por tal motivo, identificaron cuatro categorías de medios de acuerdo a su uso de lenguaje
totalitario:

1) Medios corporativos que presentan una presencia asignificativa de lenguaje totalitario por sobre el antitotalitario, entre los que figuran: El Mercurio, La Tercera; La Tercera.com, Biobiochile.com, Emol.com, Ex Ante, La Segunda, el Dínamo, Las Últimas Noticias.

2) Medios extremos como El Libero, que presenta cero % de lenguaje antitotalitario y 87% de lenguaje totalitario.

3) Medios alternativos: El Mostrador, El Desconcierto y El Ciudadano, que presentan un alto nivel de exposición de lenguaje antitotalitario.

4) Medios «equilibrados”, que presentan una agenda matizada entre la exposición de lenguaje totalitario versus lenguaje antitotalitario: Cooperativa.cl, La Cuarta. com, CNNChile.com y Publimetro.cl.

En el caso concreto de El Ciudadano, el estudio plantea que es el medio que menos lenguaje de tendencia totalitaria empleó en sus contenidos.

Temas de interés para los medios corporativos

El informe muestra además cómo, posteriormente al plebiscito de salida de la propuesta constitucional, los medios corporativos centraron su atención en tres vertientes principales que se entrelazan: primero, la
inseguridad de los portonazos, las encerronas, los enfrentamientos entre bandas rivales y los
funerales narcos. En segundo lugar, la violencia de organizaciones anti sistémicas que “ponen en duda
la institucionalidad vigente”, como los actos perpetrados por grupos mapuches en la Macro
Zona Sur o las acciones de la revuelta social del Estallido; y en tercero, la migración ilegal que hizo
llegar a miles de latinoamericanos por pasos no controlados. Las tres categorías son definidas
como casos de “anomia”.

Las diferentes categorías delictuales -ya que la migración ilegal ha sido criminalizada- ponen
en peligro o intimidan a partes específicas de la población, creando las condiciones para que el
miedo no sea privativo de un sector social, sino generalizado. Los portonazos y las encerronas
afectan a personas de clase media que poseen un vehículo; los enfrentamientos entre bandas
narcos y los funerales afectan a sectores populares. Los grupos anti sistémicos, en tanto,
afectan al grueso de la población que ve cómo sus formas de ganarse la vida se ven alteradas,
especialmente empresarios y emprendedores, mientras que los migrantes disputan al pueblo las
plazas de trabajo y los servicios provistos por el estado.

A la par, las fuerzas políticas conservadoras crearon un discurso sistemático e interesadamente
congruente: las fuerzas de izquierda en el gobierno encabezado por Gabriel Boric son
responsables de la crisis de seguridad por haber apoyado a los movilizados del Estallido Social
y haberse negado a votar a favor de leyes que recrudecen la represión policial. El discurso
de derecha se ve fortalecido no solo por la majadera repetición hecha por los medios de
comunicación corporativa, sino que también por la falta de definición ideológica del propio
gobierno, que -en su debilidad política- se ve compelido a tomar las banderas y la agenda de la
derecha.

El informe destaca que a labor mediática corporativa rindió frutos con la agenda sobre seguridad ciudadana, «creando un escenario de miedo ideal para la derecha, días antes de las elecciones de consejeros constitucionales, operando así una intervención directa en el espacio electoral».

«Al acercarse la fecha del hito electoral, los medios corporativos bajaron la intensidad de las
informaciones sobre seguridad ciudadana, entregando noticias sobre el plebiscito; sin embargo,
los dados estaban echados, el centro gravitacional de la elección sería la seguridad pública.
Pasada la votación, la agenda delictual tendió a desparecer», revela la investigación.

Lenguaje totalitario contra el Gobierno

El informe plantea que para su realización, el lenguaje totalitario necesita objetivos de una relativa debilidad para su masificación mediática y lograr el máximo efecto entre la audiencia.

De esta forma, los principales blancos dentro de los contenidos analizados fueron el gobierno, sindicado como proclive -e incluso “cómplice”- de los delincuentes, y no solamente de los caracterizados como “criminales del estallido social”, sino que también del “terrorismo” en la Macro Zona Sur y de los narcotraficantes en las poblaciones de Santiago.

«El lenguaje contra el gobierno y el presidente lleva un cierto tiempo convirtiéndose en mantra mediático de la derecha, que espera que Boric deje sus ideas de izquierda para asumir no sólo la agenda de la derecha, sino que hasta su ideario», señalan desde la UAR;

Sin embargo, un punto a destacar es que la promoción del lenguaje totalitario necesita la complicidad de los medios corporativos de comunicación que los incluye en sus agendas a pesar de presentar argumentaciones ofensivas, menospreciadoras y abiertamente falsas, a no ser que alguien pueda creer que el gobierno es realmente cómplice de los delincuentes.

«Mucho se ha escrito y hablado de noticias falsas, sin embargo, no se ha relevado que el lenguaje que tiende a lo totalitario es aceptado como normal por los medios de comunicación corporativa, no solo a través de su normalización, sino que llega a ser prevalente en la agenda mediática», indican en el texto.

El otro objetivo del lenguaje totalitario fueron los migrantes ilegales, convertidos en anatema de
los actores políticos.

«La estrategia de copamiento de la agenda con lenguaje totalitario está dada por intereses políticos, pero crean las bases para que ciertos sectores masivos los utilicen, potenciándose un círculo vicioso que va desde el lenguaje totalitario al lenguaje de uso común», advierten desde la casa de estudio.

Cabe recordar que el Centro de Estudio de Medios es una iniciativa de la Universidad Abierta de Recoleta que recoge los aprendizajes del proyecto de Observación de medios, que se conformó para estudiar los medios de comunicación desde un enfoque político y educativo, como una forma de contribuir a la comprensión de los fenómenos políticos/sociales y mostrar a la opinión pública cómo los medios moldean la opinión pública y representan intereses políticos particulares. Este estudio, se suma a anteriores informes elaborados en 2022 por el proyecto de Observación de Medios, en los que se analizó el comportamiento de la prensa en el plebiscito de salida del anterior borrador para la nueva Constitución.

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