Con más de veinte años de trayectoria, con paso por radio Cooperativa, ADN y hoy en radio La Clave, y en TV siendo uno de los rostros de La Red; Beatriz Sánchez ha ido construyendo una plataforma a través de la cual plantea una opinión y propone un debate respecto al actual escenario político social que vive el país, donde el poder busca sostenerse a través de todo el entramado montado en los últimos 40 años.
Sanchéz cree, en conversación con El Ciudadano, que hoy se encuentran las condiciones para profundizar el debate, pues la hegemonía de la información de los medios tradicionales se ha debilitado con la aparición de nuevos medios o de las nuevas plataformas que se encuentran disponibles. Sin embargo es crítica de la forma de hacer periodismo y del proceso de formación de las nuevas generaciones de periodistas.
Al mismo tiempo, sostiene que en su posición de mujer/periodista/opinante ha debido enfrentarse al rigor de un medio que hasta ahora no ofrece, ni está dispuesto ofrecer, mayores espacios para la aparición de voces de mujeres, porque a su entender, “es disruptivo” con el modelo de sociedad en el que vivimos.
¿Cuál es tu mirada o perspectiva del poder?
En este tema nos falta fondo para discutir, y eso es lo que me apasiona hoy. Existiendo hoy medios distintos, que aparecen en la web sin que tengan sobre sus cabezas a grande grupos económicos, teniendo tanta información a la que uno puede acceder y con miles de personas que graban y ponen cosas encima, yo creo es momento de poner temas más de fondo y ahí los medios no entran definitivamente, entran de a poco y queda mucho fondo para entrar.
¿Por qué cree que aún no se da ese paso?
Hay temas de discusión pendiente que tenemos en el país. Lo que hoy es Chile es algo que fue creado para que fuera así, no es casualidad que la gente no vote ni tenga interés en la política o que las pensiones sean paupérrimas… esto no es casualidad, esto se armó para que fuera así. Aquí se armó una trenza política, una trenza económica mucho más difícil de enfrentar y de a poco esto se comienza a transparentar. Cómo Chile se armó para que un grupo determinado de personas tengan un poder extralimitado a la que casi tu no le puedes hacer frente y como eso tiene que aterrizarse para que la ciudadanía entienda que eso no es una cosa casual, no es que el mundo sea así o que pucha que lata que mis pensiones son bajas sino que tiene que ver con algo mucho mayor, sobre lo cual se debe tomar conciencia.
¿Qué tan factible ves el desarrollo de esta conciencia?
Yo creo que cada uno debe colaborar desde la plataforma en la que se encuentre. Es súper difícil penetrar todo esto, y eso lo vemos en el sistema que está diseñado, con escasa participación, un sistema educativo poco crítico que no te enseña a cuestionar. Muchos movimientos sociales han trabajado en función de abrir esta información que debiera motivar al iniciar este proceso de reflexión. Es un camino largo que se debe recorrer para lograr esto, avanzar a la creación de un país distinto es una pega súper larga y mi pega como periodista es poner los temas en la mesa, una y otra vez para discutirlo y hablarlo. Hay quienes deberán cambiarlo, pero claramente será un proceso muy largo.
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¿A través de qué temas se puede apuntalar esa construcción de conciencia?
Hoy, por ejemplo, está súper instalado el tema de las AFP y uno se pregunta porque no le han metido mano a esto, siendo que es insostenible que el 91% de los pensionados ganen $156 mil. La explicación es porque es un sistema complejo, una discusión que está abierta en el mundo; pero el gran problema está en que el sistema de AFP generó tal cantidad de dinero a los grandes grupos económicos chilenos para capitalizarse, entrando en diferentes rubros y salir al mundo para invertir y sacar una cantidad de utilidades impensadas. Si no se transparenta eso, y al mismo tiempo cambiar el paradigma financiero chileno – que viene a ser la madre de todas las batallas – y en ese punto no se está haciendo la pega por parte de los periodistas.
LA DEUDA DEL PERIODISMO: FALTA SENTIDO CRÍTICO
¿Qué tanto aporta el periodismo en Chile para la mantención del modelo de desarrollo nacional? ¿La falta de sentido crítico, la relación de estar de la mano con el poder?
Yo creo que no es distinto al resto de la sociedad chilena y aporta en todo para que se mantenga. Creo que hay cosas que están empezando a cambiar, como luces de esperanza. Hoy las nuevas plataformas hacen que se vaya abriendo a medios distintos, aunque siempre van a estar desplazados por los grandes conglomerados de medios y eso es muy difícil de cambiar si no hay un apoyo estatal directo. Pero creo que hay más información sobre la mesa.
¿Viene siendo entonces que se sigue una especie de “tradición”?
Yo salí de la universidad en el 94 y empecé a reportear al tiro. En la década de los 90 no había cuestionamiento de las instituciones públicas, ni uno, porque además había una especie de “defensa la democracia” que nos caía a todos en la cabeza –y me incluyo-. Había un respeto sacrosanto a las instituciones porque criticar una institución era como darle el favor a Pinochet. Y las instituciones y partidos políticos tenían que cuidarse porque nos costó tanto lograr, que no le íbamos a tirar pelo en la sopa si el gallo todavía estaba ahí dando vueltas. Toda esta década de los 90 no fue tan fácil sacudírselo, lo estamos haciendo ahora y han tenido que pasar todos estos años para que recién los medios entendieran un rol distinto. Yo creo que están cambiando.
Entonces ¿Cuál es la valla que queda por saltar?
La mala noticia es que los medios están absolutamente concentrados y los dueños de los medios más grandes son poderes económicos. El medio hoy día es una unidad económica, pero en Chile no hay legislación al respecto. El otro día lo decía un especialista de la UNESCO en una mesa en el Colegio de Periodistas. Decía que no puede ser que un gran poder económico además tenga un gran conglomerado de medios. Y es justo lo que pasa en Chile. El acceso a la información se limita. Vamos a ver una discusión muy por encima, que no va al fondo.
El que la información sea un bien comercial y que esté administrada por los dueños de Chile en estricto rigor ¿No da margen para entender que esto termina convirtiéndose en un círculo vicioso?
Podría ser, pero esto se rompe por la fuerza. Hoy día hay medios que hacen la pega, para mi gusto, que se meten en terrenos que incomodan. Y éstos fuerzan a otros. Hoy El Mercurio y La Tercera, aunque uno mira y ve todos los días la portada y entiende su mirada ideológica, hay medios otros medios, que van apuntando a ciertas cosas que obligan a los medios grandes a abrirse en ciertas oportunidades. Algo está cambiando pero si no hay un rol más fuerte del Estado para garantizar que haya un mejor acceso a la información –que es mucho más que la libertad de expresión que siempre se pone como bandera- el cambio va a ser muchísimo más lento. Pero no hay un incentivo para los medios grandes para que varíen la discusión que quieren que los chilenos tengan.
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Como figura pública, ¿hay feedback de esto con el público?
Sí. Yo estoy sólo en Twitter porque nunca entré en Facebook. Y leo todos los twits porque creo que las mejores reflexiones que he leído vienen de allá, no de grandes columnistas. Creo que la gente tiene mucho sentido común en las cosas y hace muy buenas reflexiones y preguntas en twitter. Yo creo que sí que hay gente que quiere que se abra una discusión. Ahora, no sé cuál es la representatividad de todo esto, ¿cuánta es la repercusión que tiene? No lo se. Pero lo que a mí me interesa es abrir debate, esto es lo que nos hace falta.
¿Existe voluntad tanto desde escuelas de Periodismo de tener este rol más reflexivo, más puntudo, o con esta combinación?
Yo creo que el periodismo se hace y se aprende ejerciendo el periodismo, no hay mucha vuelta en eso… no debiera ser una carrera universitaria además. En ese sentido uno se va construyendo como periodista en varias cosas. Yo creo que las universidades no forman buenos periodistas hoy día porque lo único que debes formar es espíritu crítico y hoy te llenan de cursos de ciencias de la comunicación, de redacción que sólo es una técnica, pero un periodista se forma con mucha calle y cuestionándose muchas cosas, te vas construyendo con otros periodistas además; creo que no apuntan a lo que debieran y a eso debe agregarse que hay mucha gente que estudia periodismo que no quiere estar en medios de comunicación porque cree que no hay espacios. Esto de todas formas creo que viene de antes ¿cuánto debate tienen los cabros cuando están en el colegio? ¿Cuánta capacidad – en el buen sentido – tienen los cabros de desafiar a su profesor? ¿Cuánto eso se estimula desde las casas o desde el colegio? Yo no puedo creer que hoy las clases sean iguales a las que me hacían a mí hace treinta años, eso no puede ser porque el mundo es distinto. El colegio o las universidades son otra cosa.
¿Y eso tiene que ver con nuestro modelo cultural?
Tiene que ver con un modelo cultural, que yo creo es una batalla ideológica gigante que tiene que ver con cuanta información entregas a las personas, cuanta posibilidad tienen ellos mismos para luchar por cambiar su posición social.
MUJER OPINANTE, UN SERIO PROBLEMA
Considerando que Chile es un país ultramachista y que los medios de comunicación también lo son ¿Cómo te sientes en ese “ambiente”?
Me lo cuestionado más ahora. Yo creo que a la mujer lo que más le cobran es que tenga opinión. Por ejemplo, cuando estaba en la ADN, y esto me lo contó el director de aquel entonces – Pablo Aranzaes – cuando el toma la decisión de que todos los que eran voces de la radio debían hacer editoriales, que fue un ejercicio valioso porque una cosa es lanzar una opinión y otra cosa es argumentar tu opinión, darle un contenido y hacer ese ejercicio permite entrar a temas más de fondo. Cuando me dijeron eso me cayó como una mochila de 40 kilos porque yo compartía micrófono con Guillier, Matías del Río, con Paulsen que hacían tremendas editoriales y eso, en un principio, me acojonó. Al principio me tomaba dos horas en hacerlas y me encantó ese ejercicio.
¿Tuviste problemas con eso?
El tema es que, esto sólo lo supe cuando ya estaba fuera de la radio, es que a Pablo le costó una pelea eterna con los ejecutivos de la radio el que yo hiciera editoriales. A él lo cuestionaron no porque no les gustaran mis editoriales sino porque yo era una mujer haciendo editoriales, lo que me sorprendió porque no era el contenido el problema. A eso yo le dí varias vueltas a ese tema… hoy, creo, finalmente el problema es que aparezca una mujer dando una opinión porque culturalmente hoy en Chile la mujer tiene un rol de mujer madre: una mujer que acoge, que es suave, que abre los brazos, no rechaza a nadie, no es dura para hablar, tiene que ser femenina (ojalá con el pelo largo), entonces una mujer opinante tiene una impronta que es disruptiva para la imagen de la mujer en Chile. Eso provoca algo, hay una tensión, que puede ser favorable porque te destacas, porque a la mujer hoy no se le da ese espacio. Hoy hay muchas mujeres que pueden hacer editoriales, pero que en sus medios no las dejan porque escapa del imaginario popular sobre el rol que la mujer tiene.
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¿Ese es un espacio en disputa?
Yo creo que hoy ni siquiera se da ese espacio de disputa. Está recién planteándose, incluso recién se está planteando que los periodistas den su opinión, ni que decir de las escuelas que te dicen que tienes que ser “objetivo”. Ahora que las mujeres tengan opinión, yo pensaba que había una barrera para la opinión no que hubiera una segunda barrera para las mujeres opinando y si la hay. Entonces me reafirma no que no hay un espacio en disputa, acá en Chile al menos.
¿Y ves la opción que se abra el espacio para disputarlo?
Yo creo que si, pero todavía, incluso planteado desde la perspectiva de disputar el espacio, es muy complejo. Hay varias corrientes que están poniendo el tema en la mesa, pero aun es muy embrionario. Cuando dices “esta sociedad es súper machista” creo que hay mucha gente que no piensa eso y que ni siquiera lo tiene en la cabeza; y también creo que las mujeres nos hemos demorado mucho en instalar estos temas. Cuando hablamos de femicidio, y que se ocupa hace muy poco, hay gente que lo cuestiona diciéndote que “esto es parricidio” o “que es un invento” y no es un invento porque tiene características distintas, porque tiene un sentido de propiedad sobre la mujer y otras múltiples características distintas, y es un concepto que se está recién instalando, por eso creo que estamos muy atrás en la discusión junto con instalarse el discutir respecto de la cultura machista que se aplica a todo nivel en Chile. Por eso creo que no estamos en un terreno de disputa.
Cómo calificas tu experiencia de “voz” que quiebra el esquema de los medios
Uno no se da cuenta de ciertas cosas… Yo escribo una columna para otro medio y una vez que tuve que entrevistar al vocero de gobierno, Marcelo Díaz, y el me dice, en la conversación previa, “te cité” a propósito de una columna que escribí respecto del tema de la delincuencia. Cuando me dijo eso yo pensé “alguien lee eso” (jajajaja) Es algo que no tengo asumido, porque es la pega que hago… de todas formas mi máxima aspiración es generar debate, que se hablé del tema en cuestión fuera de lo que diga o no yo…
¿El rótulo de “líder de opinión” molesta, es casi un estigma
Trato de distanciarme de eso porque me cargan los periodistas que hacen noticia, ojalá nunca estuviera en ese rol, yo quiero abrir debate que son cosas muy distintas. Hoy aparece tu imagen por esas son las plataformas, pero perfectamente podría no estar tu imagen. Finalmente la tarea es abrir debate.
José Robredo H.
@joserobredo