El festival de fotoperiodismo «Visa pour l’Image» empieza hoy su vigésimo novena edición con el foco puesto en la actualidad de los últimos doce meses y una reflexión sobre el papel y los límites del sector. «¿Se puede cubrir un conflicto demasiado?», señala el director del certamen, Jean-François Leroy, en el editorial de esta nueva convocatoria, en el que se pregunta por qué «de la treintena de conflictos armados registrados este año en el planeta, solo un puñado retiene la atención de una gran mayoría de fotoperiodistas».
Tres de las 25 exposiciones de este año están dedicadas a la batalla de Mosul, que concluyó en julio con la liberación de esa ciudad iraquí tras tres años de ocupación del grupo yihadista Estado Islámico. Y los cuatro nominados al Visa de Oro «Paris Match» en la categoría de noticias (Patrick Chauvel, Emanuele Satolli, Goran Tomasevic y Laurent Van der Stockt), por primera vez en la historia del festival, se dedican a un mismo tema: Mosul.
Pero como retrospectiva del último año, como recorrido por hechos que han marcado la actualidad o reflejo del mundo en su globalidad, «Visa pour l’Image» abre su ventana en Perpiñán, en el sur de Francia, a otros universos igualmente impactantes. Las penurias de la población venezolana y el implacable combate contra la droga del presidente filipino, Rodrigo Duterte, cubiertos por Meridith Kohut y Daniel Berehulak, respectivamente, para «The New York Times», son algunas de esas realidades.
E igualmente, el problema de la contaminación en China (Lu Guang), la vida de los musulmanes cubanos (Vincent Jolly para «Le Figaro Magazine») o la resiliencia de la cultura bereber en Marruecos (Ferhat Bouda para la Agencia VU). «Antes de ir a cubrir la guerra, cubre la pobreza de debajo de tu casa», destaca Leroy parafraseando a uno de los grandes de la profesión, el británico Don McCullin.
El director estima que este festival, que se clausurará el próximo 17 de septiembre, es «esencial para la comprensión del mundo», y que la fotografía, por cruda que sea, en su opinión no hace más que capturar la realidad. Y sin embargo, han optado por no dedicar ninguna de las muestras a los atentados islamistas, para evitar hacerle «promoción» a sus autores, señala Leroy, que encuentra «paradójico» que todo el mundo se acuerde del nombre de los terroristas, pero nadie sea capaz de citar el de alguna víctima.
En la edición de este año tienen además un espacio destacado las mujeres fotoperiodistas, que firman siete de esas muestras. Una de ellas, la peruana Ángela Ponce, recibirá el premio Visa de Oro Humanitario por una serie sobre las víctimas del conflicto que enfrenta desde hace casi medio siglo en su país a las fuerzas gubernamentales con la banda armada Sendero Luminoso.