Históricas APSI Y PLAN B: reabren debate sobre la prensa independiente


Autor: Cristian

Restricciones y trabas al ejercicio libre del periodismo en Chile no terminaron con la llegada de la democracia. Prueba de ello son dos nuevas investigaciones que indagan en los factores que determinaron la caída de revistas como APSI y Plan B.


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Este miércoles, dos publicaciones vieron la luz para replantear el debate sobre la libertad de prensa y la concentración de medios en Chile. Se trata de los textos “La Historia del Cierre del la revista APSI, el que se ríe se va al cuartel (Pico para Pinochet),” de Francisca Araya y “Plan B: Una revista que remeció la prensa chilena”, de Cristian Cabalín.

Ambos libros son producto de la investigación que los periodistas han realizado dentro del Programa Libertad de Expresión de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile, financiados gracias a los aportes del Fondo del Libro y la Lectura.

Escapando a la lógica de investigar sobre medios de comunicación extintos a la llegada de la democracia, aquellos con un “enemigo común”, Cabalín quiso indagar en la historia de una revista que nace y muere en el período de la transición.

“Tomé la experiencia de Plan B porque generalmente se habla de los medios de la dictadura y se dice que después no se pudieron acomodar a la transición y la llegada de la democracia”, asegura.

El resultado es un texto que habla por primera vez sobre un proyecto comunicacional ideado y llevado a cabo sólo por periodistas. Presentado como un reportaje amplio, Cabalín realiza una acuciosa reconstrucción de los hechos que motivaron la creación de Plan B, sus años de existencia y evolución, y el posterior cierre.

Todo en las voces de los protagonistas de la historia, puesto que la investigación incluye consultas exclusivamente a profesionales del ámbito de las comunicaciones. Declaraciones de los periodistas fundadores del medio –Alejandra Matus, Marcela Ramos, Mirko Macari y Julio César Rodríguez-, junto a de otros representantes del sector, clarifican el duro panorama al que se enfrenta la prensa independiente desde fines de los años ’80.

-¿Qué grado de responsabilidad atribuyes a los gobiernos de la Concertación en la concentración de medios?

-La Concertación ha sido consecuente con una estructura de medios que perjudica el pluralismo y la diversidad, pero no es solamente el sistema político el que influye, sino también las trabas del sistema económico, muchas veces hay dificultades para conseguir avisadores, para imprimir, etc. Sin embargo, el Estado debería promover políticas a favor del pluralismo y la diversidad en todo ámbito, no solamente profesional, sino también comunitario porque la comunicación y la información son relevantes para el ejercicio ciudadano y de sujetos con derechos.

-¿Por ejemplo?

– Por ejemplo, el IVA diferenciado a los medios, subvenciones al papel que se pueden estudiar. Países como Francia y Alemania tienen estas medidas. También abrir fondos concursables que promuevan la diferenciación de medios, no un reducto como el actual, donde se concentran los medios de comunicación. Actualmente se entregan montos regionales, pero son ridículos.

-¿Qué conclusiones para el periodismo actual extraes de la experiencia de Plan B?

– Creo que se logra promover una reflexión desde el periodismo en torno a temas como el surgimiento de propios medios, a cómo se construye una línea editorial que lo sostenga y los contextos políticos y económicos que debe considerar un medio en la actualidad para desarrollarse.

-¿Es posible entonces un periodismo independiente para Chile?

-Efectivamente, en el actual escenario es difícil generar periodismo independiente, como fue el caso del diario Siete y Rocinante que, pese a ser medios que aportaron muchísimo, desaparecieron. Por otro lado, The Clinic es independiente, exitoso y se mantiene con dificultades económicas. Creo que el espacio está pero hay que tomarlo con nuevas consideraciones que pasan por una apretura de la agenda noticiosa. Lo interesante sería tener medios que abrieran nuevos temas, que cambiaran el foco de atracción, acercarse a temáticas de la ciudadanía, porque el espacio tradicional está bien copado. Desde ahí se puede establecer una plataforma que permita el surgimiento de nuevos medios.

Además es un desafío para los periodistas, para incorporar en la reflexión de su quehacer otras consideraciones y no las tradicionales que tienen que ver con la fiscalización del poder, que es importante pero no el único y con las reglas del mercado para entrar y jugar en el círculo de la información. Hay espacios que los periodistas desaprovechan y que redunda en poca autocrítica para el ejercicio mismo del periodismo y en una subvaloración de la profesión.

“La Historia del Cierre del la revista APSI, el que se ríe se va al cuartel (Pico para Pinochet),” de Francisca Araya y “Plan B: Una revista que remeció la prensa chilena”, de Cristian Cabalin, fueron presentados este miércoles 5 de diciembre Sala Enrique Sazié de la Casa Central de la Universidad de Chile, a las 19: 00 horas.

por Ana Rodríguez Silva
El Mostrador


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