Un palestino resultó muerto anoche en un enfrentamiento con soldados israelíes en la ciudad de Tulkarem, en el noroeste de Cisjordania, confirmaron fuentes médicas palestinas.
Según esta fuente, sus servicios médicos han atendido desde ayer a 457 palestinos heridos en disturbios en Cisjordania y Jerusalén Este, de los que unos 155 han sufrido heridas de munición real o de balas de acero recubiertas de goma y el resto han tenido que ser atendidos por inhalación de gases lacrimógenos.
«Estos les instaron a que parasen y, ante su negativa, usaron medios de dispersión de masas y dispararon contra tres personas que habían lanzado bombas incendiarias contra ellos, identificando haber hecho blanco», añadió.
Además de los enfrentamientos en Tulkarem, también se produjeron disturbios, entre otros lugares, en la ciudad de Hebrón, donde hubo varios palestinos heridos, entre ellos uno que sufrió el impacto de un bote de gas lacrimógeno en la cara.
Se espera que los incidentes y enfrentamientos continúen hoy, tras un fin de semana degran tensión.
Ofensiva de Netanyahu
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, anunció este domingo una serie de medidas punitivas destinadas a disuadir a palestinos de lanzar ataques como los que han costado la vida a cuatro israelíes desde el jueves, como demoliciones de casas.
El jefe del Gobierno israelí dio a conocer su decisión tras encabezar una reunión de cuatro horas de duración con altos mandos de seguridad con carácter de urgencia, celebrada inmediatamente después de su regreso hoy de EEUU, informaron medios locales.
Netanyahu dijo al término de la misma que había instruido a los organismos de seguridad a adoptar «una serie de medidas adicionales, incluidas órdenes de demolición de viviendas, ampliar las detenciones administrativas de participantes en disturbios, y prohibición a involucrados en instigación de acercarse a la Ciudad Vieja de Jerusalén y al Monte del Templo», como denominan los judíos a la Explanada de las Mezquitas.
Netanyahu mantendrá este lunes otro encuentro de su gabinete político y de seguridad para analizar el recrudecimiento de la violencia, que se inició hace tres semanas y se ha intensificado de forma gradual.