La única manera de preservar el capitalismo, es a través de la mentira y la violencia. Un sistema inmoral, que según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), condena al hambre a 1.020 millones de seres humanos en el mundo.
Pero esta realidad no amilana a los especuladores financieros, que sacan cuentas alegres, mientras la humanidad avanza hacia el despeñadero. Los mercaderes sionistas, cual aves carroñeras, sobrevuelan ávidos el escenario del desastre, porque saben que en crisis, paz o guerra, ellos siempre lucran.
En este contexto, Estados Unidos moviliza su maquinaria bélica por el mundo y los medios de comunicación hacen denodados esfuerzos por apuntalar el modelo en crisis. Utilizando un vasto repertorio de embustes y falsedades, generan una opinión pública dócil, sustentada en la desinformación y un oscurantismo creciente.
En Chile la concentración de la prensa es absoluta. El duopolio conformado por El Mercurio y Copesa, controla el 90 por ciento del mercado de los medios escritos, lo que les permite pontificar sobre las supuestas bondades del neoliberalismo y satanizar cualquier tipo de pensamiento alternativo, sobre todo si se trata de socialismo.
Uno de los recursos más utilizados por los medios hegemónicos, es el manejo de los titulares. A través de ellos, realizan verdaderas campañas ideológicas, para introducir aquellos mensajes afines al modelo. Saben que la mayoría de la población, sólo se nutre de los títulos de portada, lo que les permite falsear la realidad, imponer toda clase de prejuicios y moldear la mentalidad del pueblo, de acuerdo a los intereses del sistema de acumulación.
El decano en estas lides, es sin duda, El Mercurio. Sin embargo, en los últimos años, el diario La Tercera, perteneciente al consorcio Copesa, ligado a los organismos represivos durante la dictadura de Pinochet, ha demostrado ser un “alumno aventajado”.
Durante los últimos años, este medio ha desarrollado una incesante campaña contra Hugo Chávez y el proceso venezolano, que adquiere ribetes francamente obsesivos. No hay semana, en que La Tercera no incluya, al menos dos o tres titulares en portada, destinados a desacreditar al mandatario bolivariano. Se trata de un verdadero asesinato de imagen, que también incluye a Cuba y sus dirigentes históricos: Fidel y Raúl Castro.
Esta operación mediática, que forma parte de la línea editorial del periódico, cuenta con el aporte muy bien remunerado de los columnistas Álvaro Vargas Llosa; del cubano afincado en Miami, Alcibíades Hidalgo y del chileno Roberto Ampuero, oportunista que usufructuó por años de la solidaridad cubana, tras el golpe de estado de 1973. Hidalgo y Ampuero, elevados a la categoría de “comentaristas expertos”, no escatiman esfuerzos en salpicar su verborrea venenosa y enlodar a Cuba, para extender indefinidamente tan lucrativo “trabajo”.
AFPs Y PRIVATIZACIÓN DE CODELCO
Pero la cruzada del pasquín, abarca otras temáticas fundamentales para reforzar el modelo neoliberal, en el contexto de la grave crisis económica y política que enfrenta. Otro de sus objetivos editoriales, es la defensa y blanqueo de imagen de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFPs), que producto de la debacle financiera dilapidaron una cifra que supera los 10 mil millones dólares, equivalente a dos tercios del Producto Interno Bruto (PIB) de Chile.
Para lograrlo, también recurre a vistosos titulares en portada, donde se destaca la supuesta recuperación de las cuantiosas pérdidas y una pretendida reactivación del sistema previsional chileno. La verdad, por supuesto es bien distinta. El despilfarro del dinero de las pensiones de los trabajadores chilenos sucumbió en manos de los especuladores, producto de una verdadera “ruleta rusa”, en la cual los propietarios de las AFPs, han asegurado millonarias ganancias.
La privatización de la Corporación Nacional del Cobre (Codelco), es un sueño largamente acariciado por la derecha y también por los sectores más reaccionarios de la Concertación. La operación mediática para intentar imponer en la opinión pública la idea falaz de una supuesta ineficiencia de la empresa estatal y la eficacia privada en el sector cuprífero, ha encontrado eco permanente en las páginas de La Tercera.
En su edición del sábado 1 de agosto de 2009, el titular principal señaló: “Aportes de Minería Privada al Fisco en 2009 Superarán a Codelco por Primera Vez”. Sin embargo, al leer el artículo al que hacía referencia tan elocuente título, nos encontramos con una serie de elucubraciones y vaguedades de apócrifos “expertos del sector privado”, que plantean la posibilidad eventual que la profecía lanzada en el titular, efectivamente ocurra. Lamentablemente, millones de chilenos sólo lee la información tendenciosa de la portada.
Sin embargo, aunque fuera cierto el anuncio elaborado por los centros ideológicos de la derecha, tendría muy poca relevancia. Porque en el artículo se omite información clave que desarma el feble andamiaje argumentativo de los tecnócratas. Se oculta por ejemplo que entre 1971 y 2007, Codelco aportó al erario nacional 50 mil millones de dólares, duplicando lo que en igual período han pagado en impuestos de primera categoría, todas las empresas privadas existentes en el país, incluidas las mineras (*).
En la actualidad, el 68,4 por ciento de la producción de cobre está en manos privadas y sólo el 31,6 por ciento restante corresponde a Codelco. Paradojalmente, la contribución al Estado chileno de la minería privada, cuyas ganancias anuales superan los 20 mil millones de dólares, es bajísima.
Si tomamos a modo de ejemplo el año 2005, según datos de Cochilco, Codelco
obtuvo un resultado, antes de impuesto, superior a los 4.071 millones de dólares. Ese año, aportó al Estado 2.295 millones de dólares en impuesto a la renta; 1.800 millones de aporte directo y 826 millones de dólares a las Fuerzas Armadas, a través de la Ley Reservada del Cobre, impuesta por Pinochet. Casi 5 millones de dólares de contribución al fisco (**).
Contrariamente, la minería privada tuvo excedentes de 6 mil 300 millones de dólares y apenas contribuyó al Estado con 1.960 millones de dólares por concepto de impuesto a la renta. Lo anterior, no constituye una excepción, sino la regla. Lo demuestra un estudio de la Universidad de Harvard, que estima en más de 26.600 millones de dólares las pérdidas del país, por la renta no pagada por las mineras privadas en los últimos 25 años. Un robo monumental de un recurso no renovable, propiedad de todos los chilenos.
Si a lo anterior, sumamos un magro aporte al empleo y el alto impacto medioambiental, social y cultural que implica la actividad minera, podemos concluir que los únicos beneficiados han sido los grupos económicos nacionales y transnacionales, asociados a la gran minería. Los chilenos, fundamentalmente las futuras generaciones, hemos sido esquilmados por los mismos que hoy pretenden apoderarse de una empresa estratégica como Codelco.
Para lograr ése y otros objetivos destinados a preservar el modelo, la mentira debe prevalecer. El imperialismo y sus lacayos locales cuentan con el control de los medios de comunicación social y con el recurso de la fuerza. Mentira y violencia, son armas consustanciales al capitalismo.
por Nico Fuentes
Portal Rodriguista
(*) Julián Alcayaga, economista del Comité de Defensa y Recuperación del Cobre.
(*) El Retorno de Fausto: Ricardo Lagos y la Concentración del Poder Económico”, Marcel Claude.