El conflicto entre el presidente Manuel Zelaya Rosales y la oligarquía de Honduras, que incluye a los dueños de grandes medios de prensa y televisión, se remonta al comienzo de su período de cuatro años, iniciado el 27 de enero de 2006. Antes que el Presidente se vinculara con PetroCaribe y el Alba, comenzó a ser atacado a diario por los grandes medios hondureños, cuyos pocos propietarios también poseen la tierra, controlan el poder financiero y la economía local e integran la clase política que maneja el Parlamento, el Poder Judicial y …las fuerzas armadas.
“Un pequeño número de empresarios poderosos con influencias comerciales, políticas, y vínculos familiares, son dueños de la mayoría de los medios de comunicación del país”. Esta conclusión aparece en el informe 2008 de derechos humanos de la embajada de Estados Unidos en Honduras*, elaborado cuando todavía gobernaba George Bush.
El reducido grupo de empresarios que se apropió del «derecho» a informar monopoliza «la libertad de expresión» en una suerte de “feudalismo mediático” al servicio directo de sus propios intereses económicos y políticos, a la vez que explota una rentable veta de negocios. En Honduras existen cuatro diarios de circulación nacional, propiedad de tres familias, en tanto la radio y televisión están controladas por un cuarto grupo, de acuerdo a un reporte de la periodista hondureña María Teresa Castellanos. También tienen relevancia dos revistas de papel, una de ellas en inglés.
Honduras, considerada la nación americana más pobre después de Haití, vive aún en el feudalismo. La oligarquía terrateniente posee la incipiente industria, el sistema financiero y el comercio, en tanto sus “cuadros militares” dirigen personalmente a las fuerzas armadas, no a través de individuos de clase media como en otros países. Los dueños del poder y la riqueza integran también la “clase política” de donde surgen los jefes del congreso –como Roberto Micheletti–, del poder judicial y del ejército.
Con los socios locales de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) incorporados plenamente a los “dueños” del país, el golpe en Honduras encarna la amenaza de un retroceso histórico y político que atañe a toda América Latina, con el poder industrial-militar-mediático de EEUU manipulando de nuevo un golpe de estado desde la oscuridad, como en los viejos tiempos, y al parecer sin la anuencia del poder formal estadounidense, pero con gran apoyo mediático, pues ahora son muy pocos los medios y periodistas que están cumpliendo cabalmente su rol de testigos de la historia. Todo lo contrario.
Desafiando a los dueños de medios
El Presidente Zelaya desafió a los dueños de medios estableciendo cadenas obligatorias de radio y televisión desde el 28 de mayo de 2007. Argumentó que los grandes medios negaban la cobertura periodística a los logros de su gobierno: «No están publicando nada más que malas noticias y prácticamente creando un clima de inseguridad y desinformación al pueblo, lo que desincentiva el clima de negocios y el clima de desarrollo que tenemos en el país», dijo.
La primera cadena fue centrada en los avances en telefonía. Luego se repitió el desafió, para abordar los proyectos en electricidad y muchos otros temas, hasta que se fundó el Canal 8 de TV del Estado, cuya planta operaba desde la casa presidencial. Zelaya dijo estar enfrentado a “ciertos sectores”, según informó el Diario Las Américas del 6 de enero de 2007, mediante un cable de la francesa AFP. “La confrontación que ciertos sectores del país han iniciado con el Gobierno se ha agudizado en los últimos días”, afirmó entonces el mandatario, pero no identificó a esos “sectores”. Esto ocurría dos años y medio antes del golpe del 27 de junio de 2009.
Típicamente, los dueños de medios rechazaron las cadenas alegando que “atentan contra la libertad de pensamiento” y que “se practican en aquellos países regidos por gobiernos totalitarios”, en una temprana alusión a Hugo Chávez y Venezuela, según el comunicado de la Asociación de Medios de Comunicación (AMC) y de la Asociación Nacional de Radiodifusión de Honduras (Anarh). Zelaya siguió usando las cadenas.
Hace más de dos años que los “analistas” de prensa de Honduras comenzaron a comparar a Zelaya con Hugo Chávez. La política de medios del mandatario hondureño les hizo recordar automáticamente la no renovación de la concesión de Radio Caracas Televisión, decidida soberanamente por el Gobierno de Venezuela. Nunca explicaron que la concesión una vez expirada simplemente no fue renovada, sino que “denunciaron” el “cierre” de la estación. Tampoco se habló de los esfuerzos de la Corte Suprema de Honduras por despojar al Estado del Canal 8 de TV en beneficio de un particular, la empresa privada Teleunsa.
Zelaya dijo en mayo de 2007 que “la razón [del enfrentamiento] es porque hay diferentes medidas que hemos tomado que afectan intereses sumamente poderosos en el país: Las transnacionales del petróleo, las transnacionales de las telecomunicaciones, de la energía, los consorcios y las burocracias y las políticas de poder en Honduras”. Aseguró que “sectores influyentes usan los medios de comunicación para distorsionar la verdad para debilitar el Gobierno y parar estas medidas”, por lo que pidió el apoyo de la población “para decir la verdad”.
“Indudablemente que el principal problema de Honduras es que su sistema político a través de la historia ha concedido leyes, contratos, privilegios y concesiones que favorecen ciertos sectores, pero que discriminan en forma inmoral a las grandes mayorías de la nación hondureña”, se quejó Zelaya en enero de 2007, cuando su gobierno estaba por cumplir un año. Y también advirtió que habría una larga lucha por las reformas democratizadoras legales y constitucionales: …“No compete solamente al Presidente hacer estas modificaciones (…), se necesita el concurso de los demás poderes del Estado, de los dueños del capital, de los medios de producción, del sector privado, de los dueños de los medios de comunicación, de los periodistas y del pueblo en general”, dijo el Presidente Zelaya.
Espionaje mediático al Presidente
El 17 de octubre de 2007, un cable de Terra y de la agencia española Efe informaban que «el Presidente de Honduras, Manuel Zelaya, enfrenta una crisis con la prensa…» Las agencias recordaron que «poco tiempo después de haber asumido el poder, Zelaya comenzó a polemizar con un sector de la prensa, principalmente con dos medios impresos», refiriéndose a «La Prensa» y «El Heraldo», cuyos nombres no mencionaron. Añadieron que «según Zelaya, grupos poderosos, que no identificaba, también estaban detrás de esos medios en un intento por boicotear las acciones de su gobierno».
Entre dimes y diretes, Terra/Efe precisaron por fin que «sin embargo, el martes [16 de octubre de 2007], en una rueda de prensa en la que participaron varios ministros de Zelaya, el titular de Defensa, Arístides Mejía, identificó a los dos diarios, «La Prensa» y «El Heraldo», y a su editor, el empresario Jorge Canahuati». Terra/Efe añadieron de su propia cosecha que “en la polémica con un sector de la prensa, el gobernante incluso ha sugerido a los medios cómo deben elaborar las noticias que se originan en la administración pública y «destacar lo positivo».
Y Zelaya tampoco perdía su tiempo. El 15 de octubre, el Presidente hondureño tomó el toro por las astas: viajó a Miami para denunciar ante la mismísima 63a Asamblea General de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) la existencia de oligopolios en los medios de comunicación de su país que «limitan el derecho a la información y a la libertad de expresión de todos los hondureños». El Presidente dijo en Miami que «es innegable la existencia en Honduras de oligopolios en cuanto a la propiedad de las grandes cadenas de medios informativos, escritos y reflejado especialmente en las empresas televisivas y periodísticas del país».
Entonces, la clase política comenzó a criticar la «confrontación de Zelaya con la prensa», entre ellos varios diputados del Parlamento y el comisionado de los Derechos Humanos, Ramón Custodio, «quien le ha recomendado al Presidente que mejore su relación con los medios y cuestionó la política del Gobierno en materia de comunicación», según Terra/Efe. Y entonces entró en escena el Presidente del Parlamento, Roberto Micheletti, «quien pretende ser candidato a la presidencia de la República por el gobernante Partido Liberal en las elecciones generales de noviembre de 2009», advirtió el despacho Terra/Efe del 17 de octubre de 2007.
Los diarios «La Prensa» y «El Heraldo» iniciaron en 2007 una campaña de inteligencia contra el Presidente Zelaya, interceptando y “denunciando” supuestas conversaciones telefónicas suyas y de sus colaboradores cercanos, probablemente con el apoyo de los servicios de inteligencia estadounidenses que ya operaban a sus anchas en Honduras, en una operación de control telefónico aparentemente calcada de otra anterior con el Presidente de Guatemala, Álvaro Colom. «La Prensa», «El Heraldo» y la CIA difundieron por radio y pusieron a circular en Internet 13 supuestas conversaciones telefónicas entre Zelaya y varios altos funcionarios del gobierno de Honduras.
Según Terra/Efe: “en una de las conversaciones se escucha al Presidente Zelaya y su secretario privado, Raúl Valladares, hablando en contra del Presidente del Parlamento, Roberto Micheletti, quien pretende ser candidato a la presidencia de la República por el gobernante Partido Liberal en las elecciones generales de noviembre de 2009. Otra grabación, registró una supuesta conversación de Zelaya es con el gerente de Hondutel, la empresa estatal hondureña de telecomunicaciones, Marcelo Chimirri”.
La conclusión “periodística” de Terra/Efe fue que “según versiones extraoficiales que han trascendido en Tegucigalpa, esas grabaciones que comprometen al Presidente y a varios de sus ministros, y en algunas de las cuales se habla sobre el control de periodistas y medios, habrían sido hechas por operadores oficiales de Hondutel que ya fueron despedidos. (Firmado ACAN-EFE gr/lam/rsm, Terra/Efe).
Entretelones de una guerrilla mediática
El 15 de septiembre de 2008, el Presidente hondureño fustigó de nuevo a los grandes medios nacionales de difusión «por resaltar lo negativo en el país y silenciar los éxitos de su administración», iniciada en 2006, de acuerdo a un informe de la Agencia Informativa Prensa Latina. «Nos critican porque tenemos anuncios en los medios de comunicación, pero lo hacemos obligados porque no nos publican nuestros logros y también tenemos que contestar tanta infamia de la que somos víctimas», declaró el mandatario.
«Hemos mejorado los índices de educación, alfabetización y escolaridad, además de disminuir la deserción escolar», añadió el gobernante y precisó que durante su mandato, «los niños matriculados en las escuelas aumentaron 15 por ciento, disminuyó la mortalidad infantil y la materna en el momento del parto».
«De la misma manera crecieron las exportaciones y el desarrollo económico: este país está en las mejores condiciones de la historia, lo cual no quiere decir que está bien ya que tenemos 65 por ciento de la gente en la pobreza y carecemos de recursos para incentivar el campo», puntualizó Zelaya, citado el lunes 15 de septiembre de 2008 por el diario Tiempo Digital.
Zelaya recordó que en una reciente conferencia en Accra, capital de Ghana, Honduras obtuvo el primer lugar en programas de evaluación de gestión por resultados y que acaba de ganar el primer lugar en competitividad. «Ahí está el trofeo, ahí está la placa de reconocimiento que nos dio la OECD, que es la organización de desarrollo económico más grande del mundo donde están todos los países industrializados», comentó entonces el Presidente.
Aromas de golpe hacia fines de 2008
El Hondudiario.com del 17 de noviembre registró que el «Presidente Zelaya anuncia regulación de medios de comunicación: A pesar de eso es bien asediado por la prensa nacional e internacional». Y añadió: “El mandatario señaló que tiene el beneplácito del presidente del CN [Congreso Nacional], mismo que no ha tenido una buena relación con los periodistas y algunos medios de comunicación”. O sea, descifrando una redacción deplorable, la noticia era que Zelaya planeaba «regular» a la prensa en connivencia con… Roberto Micheletti.
Este despacho nada de imparcial, habla por sí mismo: «Tegucigalpa, Honduras (17 noviembre 2008).- El presidente Manuel Zelaya, arremetió de nuevo contra algunos medios de comunicación específicamente escritos, anunciando que iniciará a regular dichos medios. Según el mandatario Zelaya, lo realizará a través de leyes que enviará al presidente del Congreso Nacional Roberto Micheletti, quien le ha mostrado anuencia para aprobar dichas regulaciones. De acuerdo, a lo manifestado por el presidente hondureño empezará a aplicar la ley antimaras [anti-pandillas] o de asociación ilícita contra los dueños de medios de comunicación que se dedican a distorsionar la información y los hechos».
La misma versión aseguró que Zelaya dijo «que los medios de comunicación especialmente escritos, se dedican a mal informar a la población al dar a conocer información de hechos los cuales no [se] los publican como son, sino de acuerdo a los intereses de los dueños. El presidente, indicó que los dueños de medios se asocian para chantajear al Gobierno y luego se reparten las millonarias ganancias producto del cobro que por publicidad tiene que pagar para desvirtuar las malas informaciones, noticias falsas y manipuladas difundidas en algunos medios de comunicación».
A estas alturas, mediados de noviembre de 2008, Zelaya enfrentaba una decisión de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) que pretendía quitarle la frecuencia del Canal 8 al Estado para otorgársela a un empresario privado de las comunicaciones. Entonces, el Presidente criticaba a ciertos «medios de comunicación que promueven una ‘cultura de la muerte’ al promocionar la actividad de la delincuencia y del crimen organizado, en vez de impulsar los valores humanos y cívicos que nutren a los miembros y la institución policial», según Hondudiario.com.
Zelaya subrayó: “Estos medios promueven a los asesinos y los secuestros, en vez de apoyar a la Policía, sin embargo dijo que no es culpa ni decisión de los periodistas, sino acción exclusiva de los propietarios de los medios».
Por esos días, el Presidente coincidió con el Cardenal Oscar Andrés Rodríguez, quien cuestionó que la “cultura de la muerte predomina en los medios de comunicación”, particularmente en la prensa escrita y la televisión, donde los valores se han invertido colocando al delincuente y al criminal en una posición privilegiada, en detrimento de las víctimas y de la sociedad en general», afirmó. «Las declaraciones del titular del Poder Ejecutivo las vertió en la inauguración de mesas ciudadanas en Catacamas, Olancho, luego de anunciar también que encarcelaría a empresarios que se nieguen a rebajar los precios de los productos y servicios de consumo básico en la población hondureña». O sea, la suerte estaba echada.
Prensa y corrupción en Honduras
A comienzos de 2008, la Agencia Francesa de Prensa (AFP) concluyó que «el periodismo [es] una profesión desprestigiada en Honduras». Según un despacho fechado en Tegucigalpa el 21 de febrero de 2008, «encontronazos entre gobierno y dueños de medios de comunicación, compraventa de información, chantajes y calumnias salpican a diario el ejercicio del periodismo en Honduras, una profesión cada vez más degradada, según los analistas».
La agencia francesa puso de relieve la «inquietud de distintos sectores sobre prácticas poco éticas de algunos periodistas y medios de comunicación, que estarían motivados por la defensa de intereses personales, económicos o para desprestigiar el honor de las personas», aseguró el relator especial para la libertad de prensa de la Organización de Estados Americanos (OEA), Ignacio Alvarez».
AFP añadió también que «el periodismo corrupto navega en un mar de impunidad en el país», citando una denuncia de Carlos Méndez, coautor del informe «Honduras: prensa, poder y democracia», escrito con Julieta Castellanos, la asesora hondureña sobre Gobernabilidad del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Según Castellanos, «hay mucho atropello de la prensa» y «el periodista ha tendido a suplantar a la justicia».
Según la agencia, a menudo estas prácticas se ven favorecidas por los sueldos bajos, que en muchos casos se limitan al salario mínimo. También las atribuyó a la «ignorancia» de la población y a «la alta concentración de los medios de comunicación en pocas manos», esta vez citando al director del diario El Tiempo, en Tegucigalpa, Manuel Gamero.
«Hay múltiples maneras de ocultar la corrupción, pero una frecuente es disfrazar la opinión con noticias y eso permite que [el periodista] sea financiado», sostuvo Carlos Méndez. Según el investigador, los focos principales de corrupción se encuentran en la televisión y la radio. «Los grandes comunicadores con incidencia pública masiva en televisión y radio sí pueden ser registrados como los zares de la corrupción», aseguró.
Honduras aprobó en 2007 la ley de Transparencia, que obliga a los tres poderes y a las alcaldías a hacer pública la información sobre titulares de puestos, salarios, funciones, proyectos, licitaciones y obliga al poder judicial a colgar en su portal Internet las sentencias. Pero tardará años en llevarse a la práctica real por la ausencia de portales de Internet, sobre todo en los municipios.
La prensa escrita
Dos grandes diarios –El Heraldo y Tiempo– se editan en Tegucigalpa –la capital–, mientras los dos restantes –La Tribuna y La Prensa– se publican en San Pedro Sula, la segunda ciudad del país. Los diarios de circulación nacional de San Pedro Sula tienen tanta relevancia como los que se publican en la capital.
La Tribuna, de San Pedro Sula, tiene como principal accionista al ex presidente de Honduras Carlos Roberto Flores Facussé (1998-2002), del partido Liberal (PL), quien es hijo de Oscar Flores, un famoso periodista, y sobrino de Miguel Facussé, influyente terrateniente. Este partido Liberal fue fundado en 1891 y es el mismo partido del Presidente Manuel Zelaya.
El PL de Honduras tienen un perfil socialdemócrata de derecha, pero a través de su historia absorbió a grupos progresistas, como la facción Alianza Liberal del Pueblo (Alipo), heredera de la Izquierda Democrática, que fue implantada en el seno partidario, en la década de 1980, por los hermanos Jorge Arturo y Carlos Roberto Reina Idiáquez, elegido presidente años más tarde. En definitiva, es un partido al que pertenecen individuos de extrema derecha, como Roberto Micheletti, y figuras progresistas como Manuel Zelaya.
Alipo se propuso contrarrestar la política exterior del presidente y correligionario Roberto Suazo Córdova, juzgada demasiado complaciente con Estados Unidos y la guerrilla Contra-sandinista nicaragüense fomentada por el gobierno de Ronald Reagan, cuyas incursiones terroristas fueron fraguadas desde bases en territorio de Honduras, agudizando tensiones cuasi-bélicas permanentes con Nicaragua, originadas en un antiguo conflicto fronterizo.
La Prensa, también de San Pedro Sula, pertenece a la familia que hoy encabeza Jorge Canahuati Larach, propietaria también de El Heraldo de Tegucigalpa. Fundado en 1964, el diario La Prensa mantiene corresponsales en las principales ciudades del país y asegura poseer una «circulación mínima» de «50.000 ejemplares, en formato tabloide».
Según una ampulosa monografía de Bayron José Guevara Calderón, titulada «Medios de comunicación social a nivel mundial y en Honduras», desde «los albores de su existencia […], el diario optó «por dejar atrás los sectarismos partidarios del pasado y desarrollar en forma sistemática una visión científica, profesional y objetiva de su tarea en la sociedad hondureña». Por lo tanto, «así, decidió apoyar no a un partido o un grupo, sino al concepto doctrinario de la democracia», …entendida como el escenario instrumental de la economía de mercado en beneficio de unos pocos.
Naturalmente, la línea editorial de La Prensa está adscrita al neoconservadorismo en boga. «En el campo económico, ámbito fundamental de recuperación y desarrollo de las sociedades, La Prensa ha planteado desde sus inicios la necesidad de que el país se abra a los conceptos –modernos y enriquecedores– de la economía de mercado. Para lograr ese propósito (promover la democracia y la libre empresa) el periódico tiene como política contratar los mejores talentos en la profesión periodística y no es ninguna casualidad que, como fruto de su trabajo, La Prensa sea el diario de mayor circulación en Honduras» (Guevara Calderón).
El Heraldo, de Tegucigalpa, fundado en 1979 por Jorge J. Larach, también hoy está a cargo del descendiente Jorge Canahuati Larach, miembro de comisiones de notables siempre cercanos al presidente de turno y proveedor de armas …y medicinas del Estado. El periódico comparte una red de corresponsales con La Prensa, de San Pedro Sula, que pertenece a la misma familia propietaria, y al igual que ese diario, afirma poseer una «circulación mínima de 50.000 ejemplares, en formato tabloide».
Tiempo, de Tegucigalpa, pertenece Jaime Rosenthal Oliva, un empresario y banquero dedicado también a la política, secretario general del partido Liberal, candidato en varias oportunidades –sin ningún éxito– a la presidencia de la República. En noviembre 2005, cuando ganó las elecciones presidenciales su correligionario José Manuel Zelaya Rosales, el banquero Rosenthal Oliva anunció que no continuará buscando más la Presidencia de la República, porque «su período de servicio público ya finalizó», …pero «sí seguirá apoyando a Honduras y a su Partido Liberal, para que cada día sean mejores» (La Tribuna, 25 de noviembre 2005).
Castellanos dijo que «la orientación ideológica [de estos cuatro diarios] es de derecha: Realmente los cuatro comparten la línea de derecha, pertenecen a empresarios que mantienen a estos diarios como una empresa mercantil y sus vínculos con los grupos de poder político son muy estrechos, porque ellos mismos pertenecen también a esos grupos de poder. Como dije, Flores Facussé fue presidente de la República y Jaime Rosenthal ha intentado serlo en cuatro o cinco ocasiones».
En Honduras, se alternan en el poder el PLH y el Partido Nacional de Honduras (PNH), fundado en 1916, más o menos como lo hacen republicanos y demócratas en EE.UU. Según el mismo Rosenthal, «la tendencia es dos veces los liberales y una vez los nacionalistas…» El presidente saliente en 2006, Ricardo Maduro Joest, del PNH, fue antecedido por dos administraciones liberales consecutivas –de cuatro años cada una–, la de Carlos Roberto Reina Idiáquez (1994-1998) y la de Carlos Roberto Flores Facussé (1998-2002).
Aunque en Honduras existen por lo menos otras tres tiendas políticas de menor influencia (Partido Demócrata Cristiano de Honduras, PDCH, fundado en 1980; Partido Innovación y Unidad, PINU, fundado en 1971; y Partido de Unión Democrática, PUD, fundado en 1993), impera de hecho un sistema bipartidario.
El régimen bipartidista consiste en una suerte de juego exclusivo de la misma gente, como si todo el país fuera un gran campo de golf donde compiten sólo dos rivales …pero del mismo club. «Liberales y nacionalistas somos amigos, vecinos, hemos ido a los mismos colegios y universidades, todos tenemos el deseo de sacar a los hondureños de la pobreza, que den más oportunidades de trabajo, garantizando un clima de confianza y seguridad para el futuro» (Rosenthal).
Los gobiernos se alternan y cambian, …para que todo siga más o menos igual …o peor. «Estoy confiado en la gente que quiere un cambio y alternatividad en el poder; con mucho orgullo veo que los hondureños estamos en una verdadera fiesta cívica, olvidando las diferencias, ejerciendo el derecho con entera libertad y democracia. Es un gran camino que hemos recorrido y espero que jamás lo cambiemos, que siempre continuemos en la misma ruta de la libertad, paz y armonía de los hondureños», dijo Rosenthal, mientras votaba en las elecciones presidenciales de noviembre 2005. Pero ahora fue uno de los estrategas empresariales del golpe contra su compañero de partido Manuel Zelaya.
La televisión
La televisión de Honduras está controlada por una sola persona, José Rafael Ferrari, también de gran presencia en la radio y presidente de la Fundación Teletón. «En la TV tenemos grandes canales nacionales, aunque hoy están emergiendo nuevos canales pequeños, que se han formado últimamente», dijo Castellanos. El grupo más poderoso lo encabeza José Rafael Ferrari, propietario de una red de cobertura nacional que posee canales con distinta denominación, –Canal 5, Canal 13, Canal 7–, conformando la cadena de televisión más fuerte de Honduras.
«Toditito el complejo de la televisión, con muchísima canales y todos tienen cobertura nacional, con diferente denominación. Por ejemplo, Canal 3 de Tegucigalpa es el mismo Canal 14 de San Pedro Sula, con José Rafael Ferrari como uno de sus dueños», dijo Castellanos. José Rafael Ferrari también es poderoso en el sector radio.
En resumidas cuentas, la televisión de Honduras pertenece toda a la familia Ferrari. «Otros sectores han querido crear otros canales más pequeños, Jaime Rosenthal también es propietario de uno de ellos, y existen algunos de otras familias, pero que resultan ser muy, muy pequeños…», precisó la periodista.
La radio
Las principales radioemisoras del país son HRN, La Voz de Honduras, y radio América, La Voz Popular.
HRN, fundada en 1933 por Rafael Ferrari García y controlada hoy por su descendiente José Rafael Ferrari, posee repetidoras de cobertura territorial nacional que difunden una programación con énfasis en las noticias.
Radio América, fundada en 1948 como emisora musical popular, también terminó poniendo el acento en los programas informativos. Desde 1967 está controlada por Miguel Andonie Fernández, empresario que actúa en política a través del partido Innovación y Unidad (PINU) y fue candidato presidencial en 1971.
La estación dispone de plantas repetidoras en San Pedro Sula, Choluteca, La Ceiba, Santa Rosa de Copan, Juticalpa, Siguatepeque, Tela, Puerto Cortes y Danli. La misma empresa matriz –Audio Video SA– que controla radio América encabeza una cadena que incluye a Radio San Pedro, Radio Continental, Radio Mundial (en San Pedro Sula, Cortes), Radio Stereo Ceiba (en La Ceiba Atlántida), Radio Valle (en Choluteca), Radio Moderna, Radio Universal y Cadena Radial Sonora (a nivel nacional), Super Cien Stéreo y Momentos F.M. Stéreo (ambas emisoras musicales de alcance nacional).
Andonie, que también posee otros negocios como la empresa Industria Farmacéutica, se convirtió en figura política durante la guerra con El Salvador de 1969, desde su cargo de presidente del Comité de Emergencia Nacional que capitalizó un sentimiento de unidad nacional que atemperó las pasiones políticas y sirvió de matriz a una nueva tienda partidaria que en 1971 lo catapultó como candidato presidencial del naciente partido de Innovación y Unidad, (PINU), en una contienda que ganó por estrecho margen el «nacional» Ramón Ernesto Cruz, tras firmar un pacto de gobernabilidad bipartidista con los liberales. Al año siguiente –1972–, el gobierno fue derribado por los militares que se quedaron 10 años en el poder, pero con colaboración del PNH.
«Hay muchísimas radios más pequeñas, a nivel nacional», explicó Castellanos. «En cada ciudad de los 18 departamentos de Honduras vamos a encontrar radios que no tienen alcance nacional pero posen una cobertura local que desempeña una gran función. Hay muchísimas radios en este país de 7,7 millones de habitantes».
Revistas
Hablemos claro, fundada en 1994 por Rodrigo Wong Arévalo, con una tirada de 9.000 ejemplares, se auto define «la primera y única revista semanal que se edita en Tegucigalpa». La misma empresa publica además la revista deportiva AS, el mensuario Hablemos Claro Financiera, Cromos («la revista de la sociedad hondureña») y la publicación turística Come to Honduras. Para sus dueños […] «somos en resumen, una gran revista, ¡la mejor que se ha publicado en Honduras en todos los tiempos!». Ni más ni menos…
Honduras this week, semanario en inglés fundado en 1988, se define como propiedad de privados, independiente de los diarios hondureños y sin conexiones gubernamentales (nacionales y extranjeras), de interés para la comunidad internacional y entregado únicamente a sus lectores. Al igual que Hablemos claro tiene una versión parcial en Internet.
Todos estos personajes son defensores acérrimos de la “libertad de prensa”, tal como la entienden la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), los diarios reaccionarios del continente como El Mercurio, las cadenas internacionales de noticias como CNN y todas las cajas de resonancia del golpe en Honduras.
Por Ernesto Carmona
*) http://spanish.honduras.usembassy.gov/root/pdfs/politica /2008_informe_derechos_humanos_spanish.pdf