En YES! Magazine, Rucha Chitnis escribió que, como respuesta al «poder corporativo, la apropiación de tierras, la injusticia económica y el cambio climático», los movimientos de mujeres ofrecen «un cambio de paradigma». Movimientos dirigidos por mujeres han «redefinido los modelos de liderazgo y desarrollo, conectando los puntos entre temas y opresión, priorizando el poder colectivo y la construcción de movimientos, examinando críticamente cuestiones cómo género, raza, casta, clase, sexualidad y la capacidad desproporcionada de excluir y marginar».
El reporte de Chitnis en YES! Magazine entrega numerosos ejemplos de este tipo de desarrollos. Uno de ellos es la Alianza Nacional de Trabajadores Domésticos (NDWA, su sigla en inglés), que se hizo solidaria con las mujeres de Ferguson, Missouri, en oposición a la brutalidad policial registrada allí. La carta de apoyo de la NDWA en parte decía: «Como trabajadoras domésticos y como mujeres sabemos que la dignidad es cuestión de todos y la justicia es la esperanza de todo el mundo… Nos organizamos para crear un mundo en el que cada uno de nosotros sea tratado con respeto y dignidad, los trabajadores domésticos, los adolescentes negros, los niños inmigrantes, el envejecimiento de los abuelos, todos nosotros».
Las mujeres han entendido desde hace tiempo que los movimientos sociales se benefician del reconocimiento de las intersecciones entre las diferentes formas de opresión. Las mujeres de todo el mundo están trabajando con un tema claro y común, que Chitnis enmarca en términos del ensayo de 1983 “There is No Hierarchy of Oppressions” (No hay una jerarquía de opresiones) de la poeta negra lesbiana feminista Audre Lorde. En esa pieza Lorde concluyó: «Tengo aprendido que la opresión y la intolerancia a las diferencias de todas las formas, tamaños, colores y sexualidades; y que no puede haber jerarquías de opresión entre quienes comparten objetivos de liberación y un futuro viable para nuestros hijos».
En temas LGBTQ, Kimberlé Crenshaw, director ejecutivo del Foro de Políticas Afroamericano, declaró: «La gente de color dentro de los movimientos LGBT; chicas de color en la lucha contra el ducto escuela-cárcel; mujeres de movimientos migratorios; mujeres trans en los movimientos feministas; y personas con discapacidad que luchan contra abusos de la policía, todos de caras vulnerables que reflejan las intersecciones del racismo, sexismo, la opresión de clase, la transfobia, ableismo [discriminación con discapacitados] y mucho más».
Otro ejemplo citado por Chitnis proviene de la India, donde Dayamani Barla, una periodista tribal de Jharkhand, ha «liderado un poderoso movimiento de gran alcance para detener la mayor empresa siderúrgica del mundo, ArcelorMittal, y el desplazamiento de miles de comunidades agrícolas indígenas». Teniendo en cuenta las presas hidroeléctricas, la minería y las industrias extractivas que han desplazado, desposeído y empobrecido a millones de personas tribales a través de la India, Barla dijo a YES! Magazine que la globalización «ha dado lugar a una especie de fascismo». Pero Barla no es «anti-desarrollo». En cambio, dijo: «Queremos un desarrollo de nuestra identidad y de nuestra historia. Queremos que cada persona deba recibir la misma educación y vida saludable. Queremos ríos contaminados para liberarlos de la contaminación. Queremos terrenos baldíos para ponerlos verdes. Queremos que todo el mundo deba recibir aire puro, agua y alimentos. Este es nuestro modelo de desarrollo».
Después del devastador terremoto de abril de 2015 en Nepal, Rita Thapa, una médica de salud pública de Nepal, defensora de los derechos de la mujer y activista por la paz, vio cómo las mujeres y las niñas son más vulnerables que los hombres. Sin embargo, Thapa habló a YES! Magazine sobre el papel crucial de las mujeres en los esfuerzos de recuperación y reconstrucción del país: Con «pequeño despliegue de dinero o poder», las mujeres llevan a cabo en sus comunidades la alimentación de los jóvenes y viejos, el cuidado de los enfermos y (literalmente) recogen los escombros. «Todo el mundo puede aprender de esto», dijo Thapa a YES! Magazine.
Chitnis resumió: «Ya se trate de las mujeres indígenas de la Amazonía luchando contra las corporaciones contaminantes y el cambio climático o las trabajadoras domésticas latinas indocumentadas que abogan por los derechos laborales y la dignidad en California, grupos y redes de mujeres están haciendo conexiones entre el capitalismo salvaje, la violencia, la erosión de los derechos humanos y la destrucción de la Tierra».
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FUENTES:
Rucha Chitnis: How Women-Led Movements are Redefining Power, from California to Nepal. YES! Magazine, March 8, 2016.
Student Researcher: Mariah McHugh (San Francisco State University)
Faculty Evaluator: Mickey Huff (Diablo Valley College)
Traducción de Ernesto Carmona / Mapocho Press