Según estudios realizados por el Grupo Laberinto casi el 50% de los niños y niñas en España, menores de 14 años disponen de un teléfono móvil propio, pese a que los expertos han manifestado que es conveniente retrasar el momento de la compra de este artefacto ya que existe un alto porcentaje de adicción a la tecnología móvil.
Sabemos que durante el paso de la niñez a la adolescencia el cuerpo pasa por cambios físicos y psicológicos, que producen fragilidades emocionales e inseguridades, que hacen que los menores busquen ayuda y la seguridad que aun no desarrollan en sí mismos en internet.
El uso inconsciente, excesivo y hasta ingenuo del internet comienza como una búsqueda de información o entretenimiento que, luego al dejar satisfecho al usuario, se modifica en una necesidad y de allí se transforma en una adicción, que produce problemas sociales y familiares, tales como: falta de empatía, aislamiento familiar y social, déficit de concentración en la escuela, adopción de estereotipos sociales incoherentes a su entorno y edad y, sin supervisión de un adulto, hasta podría generar problemas legales por el uso de las redes para fines sexuales o buling a compañeros de la escuela o amistades.
El aislamiento familiar y social se encuentra entre los primeros síntomas. El joven se retrae y su carácter cambia, se vuelve irritable e inseguro porque sufre ansiedad cuando no está conectado. No quiere que nadie le vigile, que le controle, ni quiere saber que le están vigilando.
Los padres a las edades en que comienzan a utilizar las redes sociales o internet como diversión, verán como los niños mostrarán menos interés por los estudios e Internet se convierte en algo totalmente prioritario; una bajada en los resultados escolares es consecuencia directa de la adicción a internet con una pérdida parcial o total de rendimiento en los estudios.
¿Puede usted controlar el internet que consume su hijo o hija?
¡Claro que sí! Una forma eficiente de hacerlo es poner el ordenador en una zona común y no tener más de dos computadoras en la casa, una para su trabajo y otra colóquela en la sala, así se reducirá de una forma natural el tiempo de consumo, también podrá vigilar los contenidos que su hijo o hija disfruta, el acceso a la cámara y las fotos que comparte.
Tome dato
1-Controle y limite el uso, cree normas y horarios de consumo (diario, semanal, fines de semana…)
2-Mejorar la comunicación dentro de las familias, para mejorar la relación entre los miembros y la salud psicológica de todos, se deben compartir momentos, situaciones, experiencias, que todos participen de la televisión, programas de éxito. Lo mejor para esto son las salidas a los lugares abiertos.
3- Conocer el tipo de entretenimiento que a su hijo o hija le gustan y verificar si los contenidos son adecuados a su edad. Conocer sus películas, intereses por la música e incluso sus amistades en red. Es de destacar que, todo esto debe hacerse de manera natural y espontanea, nunca a modo de interrogatorio o de manera invasiva.
4- Sea amigo de sus hijos y permita que él lo involucre a sus actividades de internet, pídale ayuda y que le enseñe trucos para desplazarse con facilidad en las redes. Recuerde no sea invasivo, pero si un apoyo.
5- De el ejemplo: evite llevar el trabajo a casa, evite andar con su teléfono tomándose fotos por cualquier tontería, evite sacar el teléfono en los momentos familiares, por ejemplo: en la cena, el almuerzo o desayuno familiar.
6- El último punto, pero más importante de todos, recuerde que el internet no es una niñera, ni una hermana mayor. Organícese y dedíquele tiempo de calidad a su hijo para compartir, enséñele a ser empático, sociable, a identificar el peligro, personas mal intencionadas y a poner límites.
Sobre el Grupo Laberinto
GrupoLaberinto nace con el propósito de acercar a España el más novedoso concepto de psicoterapia, desde un compromiso con la felicidad y el bienestar. Con un equipo de más de 10 psicólogos y psiquiatras especialistas en los diferentes campos de la salud y la psicología.