Aunque este esclarecedor artículo habla específicamente de los norteamericanos, los mecanismos que usan los medios de comunicación para controlar la opinión pública son similares en todos los países, dado que las multinacionales operan a nivel mundial. Es por ello que debemos cuestionarnos la información relativa a la salud y a la alimentación con las que nos bombardean los medios de comunicación a diario, y discernir los intereses que se encuentran detrás: publicidad encubierta la mayoría de las veces.
Somos los seres más condicionados y programados que el mundo ha conocido. No sólo nuestros pensamientos y actitudes están siendo continuamente modelados, sino que nuestra propia conciencia de ello parece que está siendo inexorable y sutilmente borrada.
Las puertas de nuestra percepción están siendo borradas meticulosamente. Pero, ¿a quién le importa?
Para estos momentos ya deberíamos saber que lo menos que le preocupa a las grandes empresas y corporaciones es nuestro bienestar y salud; desgraciadamente estas áreas de negocios están plagadas de «psicópatas exitosos» cuyo único fin es el dinero y el poder.
Inclusive pensamos que el desarrollo y promoción globalizada de tecnología y alimentos perjudiciales para la salud del ser humano es algo deliberado, parte de una guerra en contra de la población; cabe notar que este aspecto sólo es una parte de sus esfuerzos para diezmar la población. Necesitamos informarnos, y mantener una mente abierta y escéptica en todas las áreas de nuestra vida incluyendo nuestra salud y alimentación.
Para una mejor comprensión de lo mencionado en este comentario y el artículo presentado y del origen de estos problemas, le recomendamos nuestros lectores la serie Atando Cabos de Sott.net y Ponerología Política, así como nuestros artículos sobre Salud.
Resulta una tarea agotadora e inacabable seguir explicando a la gente como la mayoría de las cuestiones que la sabiduría convencional ha implantado en la conciencia del público mediante miles de anuncios al día. En un esfuerzo por ahorrar tiempo, me gustaría aportar únicamente una visión global de cómo se maneja la información en este país.
Una vez que hayamos ilustrado los principios básicos sobre cómo surgió históricamente nuestro sistema actual de medios de comunicación, el lector será sin duda más proclive a cuestionarse cualquier noticia que aparezca hoy en el telediario.
Si todo el mundo cree que algo es verdad, probablemente estén equivocados. Es lo que se conoce por sabiduría convencional.
En Norteamérica, la sabiduría convencional aceptada por la opinión pública está amañada: alguien paga por ello. Ejemplos:
Los medicamentos curan las enfermedades
Las vacunas aportan inmunidad contra las enfermedades
La cura del cáncer está justo a la vuelta de la esquina
Cuando un niño está enfermo necesita urgentemente antibióticos
Cuando un niño tiene fiebre hay que darle un antitérmico
Los hospitales son limpios y seguros
Norteamérica tiene el mejor sistema sanitario del mundo
Y muchos muchos más
Esta es una lista de ilusiones que ha costado billones y billones conjurar. ¿Se ha preguntado alguna vez por qué nunca ve al Presidente hablando públicamente a menos de que esté leyendo? ¿O por qué la mayoría de las personas de este país piensan lo mismo sobre los temas mencionados?
CÓMO COMENZÓ TODO
En la novela Trust Us We’re Experts (Confíe en nosotros, Somos Expertos), Stauber y Rampton reunieron datos convincentes describiendo el arte de modelar la opinión pública en América.
Sitúan la influencia pública moderna en los inicios del siglo pasado, destacándo los trabajos de personas como Edward L. Bernays. En su propia crónica propagandística Bernays nos cuenta que se inspiró en las ideas de su famoso tío Sigmund Freud, y las aplicó a la emergente ciencia del control de las masas.
La única diferencia era que en lugar de usar estos principios para descubrir traumas ocultos en el inconsciente humano, tal y como hacen los psicólogos freudianos, Bernays aplicaba estas mismas ideas para enmascarar las noticias y para crear engañosas ilusiones con propósitos de marketing.
Bernays dominó el campo de los medios de comunicación hasta el 1940, y se mantuvo en dicho campo con un peso importante durante los siguientes cuarenta años. Durante todo ese tiempo, Bernays asumió cientos de tareas diferentes, todas ellas con el objetivo de crear una cierta percepción pública sobre una idea o producto. Estos son unos cuantos ejemplos:
Todavía neófito en el Comité de la Información Pública, uno de los primeros trabajos de Bernays fue ayudar a vender la Primera Guerra Mundial al público americano partiendo de la idea de “hacer el mundo más seguro para la democracia”.
Unos años más tarde, organizó un montaje para promover el tabaco entre las mujeres. Tras organizar en 1929 la Marcha de Pascua en la ciudad de Nueva York, Bernays demostró su valía para manejar a las masas.
Organizó otra marcha de las Brigadas de Libertad en la que las mujeres desfilaban fumando cigarrillos, como signo de liberación sexual. Fue tan grande la publicidad de este único evento que sirvió para que las mujeres se sintieran seguras a partir de ese momento destrozando sus pulmones en público, del mismo modo que habían hecho los hombres hasta entonces.
Bernays incluso popularizó el bacon para el desayuno. No siendo de los que rechazan retos, se encargó de los formatos publicitarios junto a la AMA (American Medical Association) que durante 50 años demostró que los cigarrillos eran beneficiosos para la salud. Sólo tienen que mirar los anuncios de los ejemplares de las revistas Life o Times de los años 40 y 50.
HUMO Y ESPEJOS
El trabajo de Bernays consistía en cambiar la visión de un tema, de crear la imagen deseada que permitiera situar un producto o un concepto particular bajo una luz auspiciosa. Bernays describe al público como un rebaño que necesita ser guiado. Y de dicho razonamiento se deduce que la gente necesita liderazgo.
Bernays nunca se desvió de su axioma fundamental: “controlar a las masas sin que éstas lo sepan”. Los mejores resultados se obtienen cuando la gente no es consciente de que están siendo manipulados.
Stauber explica la postura de Bernays con el siguiente argumento: «la manipulación científica de la opinión pública fue necesaria para superar el caos y el conflicto en una sociedad democrática.» (Trust Us, pág. 42)
Estos pioneros del control de masas decían realizar un servicio moral a la humanidad en general -la democracia era demasiado buena para la gente; lo que necesitaban era que les dijeran lo que tenían que pensar porque eran incapaces de ningún pensamiento racional por sí mismos. He aquí un párrafo de la propaganda de Bernays:
«Aquellos que manipulan el mecanismo oculto de la sociedad constituyen un gobierno invisible que constituye el verdadero poder que gobierna nuestro país. Estamos gobernados, nuestras mentes moldeadas, nuestros gustos definidos, nuestras ideas sugeridas en su mayoría por gentes de las que nunca hemos oído hablar».
Es un resultado lógico de la forma en la cual está organizada nuestra sociedad democrática. Un gran número de seres humanos deben cooperar de esta manera si esperan vivir juntos como una sociedad que funcione sin problemas.
En casi cualquier acto de nuestra vida, tanto en la esfera de la política como en los negocios, en nuestra conducta social o nuestros pensamientos éticos, estamos dominados por un número relativamente pequeño de personas que entienden el proceso mental y los patrones sociales de las masas. Son ellos los que mueven los hilos que controlan la opinión pública.
Y AQUÍ APARECE EL DINERO
Una vez que se vislumbraron las posibilidades de aplicar la psicología freudiana a las masas, Bernays tuvo más clientes corporativos de los que podía ocuparse. Las corporaciones globales se deshicieron en atenciones con los nuevos creadores de imágenes. Había docenas de mercancías, servicios e ideas para vender a un público susceptible. A lo largo de los años, estos jugadores han invertido mucho dinero para crear su imagen. Unos cuantos ejemplos:
Philip Morris, Pfizer, Union Carbide, Allstate, Monsanto, Eli Lilly, La industria tabacalera, Ciba Geigy lead industry, Coors, DuPont Chlorox, Shell Oil, Standard Oil, Procter & Gamble, Boeing General Motors, Dow Chemical, General Mills, Goodyear
LAS MEJORES AGENCIAS DE COMUNICACIÓN PASAN DESAPERCIBIDAS
Durante décadas han creado las opiniones en las cuales nos criamos la mayoría de nosotros en virtualmente cualquier tema que tuviera siquiera remotamente un interés comercial, incluyendo:
Vacunas, medicina como una profesión, medicina alternativa, fluoridación del agua de las ciudades, cloro, productos de limpieza del hogar, tabaco, dioxinas, calentamiento global, gasolina con plomo, medicamentos, investigación y tratamiento del cáncer, polución de los océanos y bosques, imagen pública de las celebridades, control de los desastres naturales, alimentos genéticamente modificados, edulcorantes artificiales como el aspartano, aditivos en las comidas, comidas procesadas y amalgamas dentales.
PRIMERA LECCIÓN
Bernays descubrió en poco tiempo que la forma más efectiva de hacer un producto creíble era que fuese respaldado por una tercera parte considerada “independiente”.
Por ejemplo, si General Motors afirmara que el calentamiento global es una patraña ideada por algunos liberales amantes de los árboles, la gente sospecharía de los motivos de GM, ya que GM ha amasado la mayoría de su fortuna vendiendo automóviles.
Sin embargo, si un instituto independiente de investigación con un nombre que inspira confianza como la ‘Coalición para el Clima Global’ presentara un estudio científico que dice que el calentamiento global es realmente una ficción, la gente empezaría a tener sus dudas sobre la cuestión original.
Y eso fue exactamente lo que hizo Bernays. Con una política inspirada por su innegable genio, fundó más institutos y fundaciones que Rockefeller y Carnegie juntos.
Soterradamente financiadas por las industrias cuyos productos estaban siendo evaluados, estas agencias de investigación “independientes” presentaban estudios “científicos” y titulares de prensa que pudieran crear cualquier imagen que desearan los que las dirigían. Dichos grupos se bautizaban con nombres resonantes, como por ejemplo:
Fundación para la Investigación de la Temperatura, Manhattan Institute, Consejo para la Información sobre la Alimentación, Centro de Producción de Calidad, Alerta para los Consumidores, Concejo para la Investigación del Tabaco, Coalición para el Desarrollo de la Ciencia, Instituto Cato, Fundación para la Higiene en el Aire, Concejo Americano para la Ciencia y la Salud, Federación Industrial para la Salud, Coalición Global del Clima, Concejo Internacional para la Información sobre Alimentación, Alianza para Mejorar la Alimentación
¿Suenan bastante creíbles, no es así?
INFORMES ENLATADOS
Como explica Stauber estas organizaciones y cientos de otras como ellas son grupos cuya única misión es crear la imagen de las corporaciones globales que las fundan, como las que acabamos de enumerar.
Esto se consigue en parte con el flujo constante de notas de prensa que nos informan sobre investigaciones “punteras” en todas las emisoras de radio y periódicos del país. Muchos de estos informes enlatados se leen como noticias, y de hecho han sido creadas ex profeso en el formato de noticia.
Así los periodistas se evitan el trabajo de investigar temas por su cuenta, especialmente temas que desconocen. Secciones enteras de las noticias o de vídeos de noticias, se pueden dejar intactas, sin necesidad de ninguna edición o retoque. Noticias instantáneas – copiar y pegar. Escritas por los corporativos de las Agencias de Comunicación.
¿Ocurre esto realmente? Cada día desde 1929, cuando Ivy Lee inventó por primera vez los comunicados de prensa (Stauber, p 22), hasta la mitad de las historias que aparecen en un ejemplar del periódico Wall Street se basan únicamente en dichos comunicados de prensa procedentes de las Agencias de Comunicación.
Dichos tipos de noticias están mezclados con historias que han sido legítimamente investigadas. A menos que haya hecho la investigación usted mismo, no será capaz de ver la diferencia.
EL LENGUAJE SPIN
Cuando los pioneros de 1929 como Ivy Lee y Edward Bernays empezaron a ganar más experiencia, comenzaron a formular reglas y guías para modelar la opinión pública. Aprendieron rápidamente que la psicología de las masas debe centrarse en emociones, no en hechos. Dado que la multitud es incapaz de pensamiento racional, la motivación no debe estar basada en la lógica sino en la presentación. He aquí alguno de los axiomas de la nueva ciencia de las Agencias de Comunicación:
• La tecnología constituye por sí misma una religión.
• Si la gente es incapaz de pensamientos racionales, la democracia constituye un peligro.
• Las decisiones importantes se deben dejar a los expertos.
• Cuando cambie la perspectiva de una cuestión, evite la esencia. Es mejor crear imágenes.
• Nunca afirme una mentira que se pueda demostrar fácilmente como tal.
Las palabras son cuidadosamente elegidas por su impacto emocional. He aquí un ejemplo. Un grupo llamado el Concejo Internacional para la Información Alimentaria (IFIC) maneja la natural aversión del público a los productos genéticamente modificados
Se repiten palabras clave durante todo el texto. En el caso de los alimentos genéticamente modificados el público está instintivamente aterrado por esas nuevas creaciones experimentales que han aparecido de improviso en las estanterías de los supermercados y de las que se dice que presentan alteraciones en su DNA. El IFIC quiere convencer al público de lo seguros que son los alimentos genéticamente modificados, por tanto, evita palabras como las siguientes:
Alimentos Frankestein, Hitler, biotecnología, químicos, DNA, experimento, manipular, dinero, seguridad, científicos, Radiación, ruleta, recombinación de genes, pistola de genes, aleatorio.
Empleando en su lugar términos como éstos:
Híbridos, orden natural, belleza, elección, botín, inseminación, diversidad, tierra, granjero, orgánico, integral.
En el contexto freudiano es una asociación de palabras básica. No tiene importancia que los productos genéticamente modificados no sean híbridos a los que se haya sometido a unos métodos científicos lentos y concienzudos de cruzamientos entre especies. Esto es pseudociencia, no ciencia. La forma es todo y la sustancia sólo es un mito (Trevanian).
¿Quién cree que fundó el Consejo Internacional de Información sobre la Alimentación? Intente averiguarlo. Sí, acertó. Monsanto, DuPont, Frito-Lay, Coca Cola, Nutrasweet – justamente los que podían hacer una fortuna de los alimentos genéticamente modificados (Stauber p. 20).
Para leer el texto completo
por Dr. Tim O’Shea
Traducción para dietametabólica.com por Mónica Gómez Santos