De acuerdo con una publicación de la prensa Latina, al honrar la fecha histórica del aniversario número 69 de la Victoria en la Gran Guerra Patria (1941-1945), y a las víctimas de la tragedia en Odessa, Lavrov aseguró que lo ocurrido en esa ciudad ucraniana, el 2 de mayo fue una manifestación ante el fascismo.
“Durante muchos años en Europa cierran los ojos y hacen caso omiso ante el renacimiento de la ideología fascista, pero nosotros no permitiremos el resurgimiento del fascismo, mucho menos en la Federación de Rusia”, afirmó el canciller en declaraciones a los medios de prensa nacionales. Además señaló que lo que sucede actualmente no son simplemente marchas de los partidos del nazismo con sus consignas de glorificación a criminales nacionalistas, sino el más activo fascismo.
Lavrov recordó que los seguidores de aquella ideología celebran marchas en honor a los escuadrones nazis la SS (organización militar, policial y de seguridad nazi), cuyo carácter criminal fue reconocido durante los procesos de Núremberg.
Por otro lado, lamentó que las nuevas autoridades de Kiev, que han amparado y usado a los sectores fascistas y ultranacionalistas, han silenciado conscientemente los hechos en Odessa comparada por pobladores y analistas con la masacre de los nazis en Jatín, Belarús durante la Gran Guerra Patria.
El ministro Lavrov denunció que ni uno solo de los implicados en el crimen fue arrestado y tampoco Kiev investiga los hechos. En Odessa, un incendio intencional provocado por grupos de la organización fascista Sector Derecho y fanáticos neonazis causó más de 100 víctimas, aunque la policía ucraniana informó solo 46 muertos y cerca de 200 heridos.
Dirigentes de la resistencia y políticos opositores ucranianos como Oleg Tsariov afirman que unos 116 activistas fueron quemados vivos o asesinados en las dependencias del edificio de la Casa de los Sindicatos. Tsariov denunció en declaraciones al primer canal de la televisión rusa que las autoridades golpistas están desesperadas y buscan cargar la culpa a los opositores, una operación pensada contra los manifestantes.