El software libre es una herramienta que surge desde las multitudes para saltar las vallas puestas al desarrollo tecnológico por los derechos de uso impuestos por las grandes compañías. Sus productos más conocidos son Linux y el navegador Mozilla Firefox, plataformas tecnológicas de cooperación, con código abierto y a perfeccionar por los usuarios. Pero el Estado chileno optó por Microsoft, pagando durante el 2008, 27 mil millones de pesos por el uso de licencias.
El software libre surge en 1984, cuando el siendo científico de la Universidad Harvard, Richard Stallman, comenzó a trabajar en el proyecto GNU, y un año más tarde fundó la Free Software Foundation (FSF), luego de tener serios problemas con una impresora que quería perfeccionar y no podía acceder a su código de fuente.
Hasta esa década, el software no era un producto mercantilizado por las industrias informáticas, por lo que era común que los programadores y desarrolladores de plataformas de trabajo compartieran libremente sus programas. Incluso surgieron grupos como DECUS (grupo de usuarios de computadoras DEC) a fines de los ‘70.
Pero en los años ’80 las empresas informáticas comenzaron a vender computadoras con sistemas operativos privativos. Como era común que los usuarios quisieran adaptar tales software a sus necesidades mejorándolos, tal práctica corporativa cercenó estas posibilidades. A lo más, si algún usuario o programador hallaba algún error en la aplicación, podía darlo a conocer a la empresa fabricante para que esta lo solucionara.
Esta situación gatilla el nacimiento del proyecto GNU y que en diversas partes del mundo programadores y usuarios se lanzaran a la tarea de desarrollar software abiertos, coronando el impulso de autogestión con el nacimiento de la plataforma Linux.
Estos software brindan la libertad a los usuarios sobre éste, por lo que pueden copiarlo, estudiarlo, modificarlo o redistribuirlo libremente. La Free Software Foundation edifica en 4 propuestas libertarias de los usuarios: la libertad de usar el programa, con cualquier propósito; de estudiar el funcionamiento del programa, y adaptarlo a las necesidades; de distribuir copias, con lo que puede ayudar a otros; de mejorar el programa y hacer públicas las mejoras, de modo que toda la comunidad se beneficie.
En un foro hecho en Caracas en julio, Stallman, dijo que el software libre conlleva todo un enfoque ideológico, ya que se trata “de cómo organizar la sociedad y qué derechos el usuario del software merece. El software que no es libre es un software privativo, que priva de libertad a sus usuarios y los mantiene en un estado de división e impotencia. El software libre hace parte del conocimiento humano. El software privativo es conocimiento secreto, negado a la humanidad”.
Pese a que quedan algunas necesidades de usuarios cuyas aplicaciones son posibles sólo a través de software privados, hoy en día existe un equivalente libre para casi todos los programas comerciales.
Stallman opone la experiencia en informática como modelo de una interacción a nivel global. “Cuando nos oponemos a la globalización es una abreviación, porque la cosa a la cual nos oponemos es realmente a la globalización del poder injusto de las empresas grandes”- señaló.
Mozillla Firefox
Una experiencia de programas de acceso libre es el navegador Mozilla Firefox. Actualmente es usado por 50 millones de internautas a diario, además de contabilizar 125 millones de personas que han navegado en la red alguna vez con él.
Según Christopher Blizzard, miembro del Consejo de Administración de la Mozilla Corporation, entrevistado por Telesur, la base de usuarios de Firefox en el último año se ha duplicado y la tendencia indica que el crecimiento a corto y medio plazo va a seguir siendo muy elevado.
En Latinoamérica, Venezuela desde el año 2004 tiene un Decreto Presidencial de migración de las agencias estatales a software de códigos abiertos. Así también ocurre en Cuba, un estado de la India y las regiones españolas de Extremadura y Andalucía, en donde ya han migrado todas las escuelas públicas a programas libres.
Link Chile
A muchos usuarios les ha pasado que al realizar un trámite público por Internet por plataformas que no sean de Microsoft (Explorer) tienen serias complicaciones para poder acceder a las páginas o cargar la información requerida. Y es que, a diferencia de la tendencia mundial, el gobierno chileno ha optado por utilizar y masificar la plataforma privativa de Microsoft. Así quedó refrendado en el Acuerdo Marco de Colaboración suscrito en mayo del 2007 entre el ministro de Economía, Alejandro Ferreiro, y Craig Mundie, gerente de Microsoft, que termina por conceder a la empresa de Bill Gates la plataforma y datos privados de todo el estado chileno.
Hugo Muñoz, Jefe de Nuevas Tecnologías de la Universidad Arcis, “el gobierno no tiene conciencia de que el código de libre acceso sea una política de estado, sigue con la idea de desarrollar el mercado. El problema es cuando vienen tiempo de vacas flacas y las empresas ya no tiene recursos para pagar licencias y no tienen la práctica de trabajar con software libre”
Por su parte, el senador del MAS, Alejandro Navarro, señala que “presentamos 128 indicaciones a diversos ministerios y servicios planteando que la cotización de equipos computacionales que incluya el costo de licencias debe indicar al menos una alternativa con software licenciado bajo la modalidad de fuente abierta o libre de costo”.
El presupuesto de Chile del 2008 gastó 27 mil millones de pesos en pagar licencias de uso de software privativos. El 2007 se pagaron sobre 18 mil millones de pesos, y el 2006 alcanzó a más de 11 mil 500 millones de pesos.
Muóz añade que “pese a una indicación de que los servicios estatales sean multiplataformas, eso en la práctica no ocurre. Y los usuarios de programas de código abierto van creciendo cada año”.
Alberto Cerda, abogado de Derechos Digitales, “a diferencia de lo que ocurre en países desarrollados, en Chile so se halla garantizada la interoperatividad de las aplicaciones, pese a que existe un decreto presidencial que lo explicita, no hay una institución ni servicio público dedicado a esto y brindar asistencia a los demás servicios públicos”. Para Cerda existe norma y no institucionalidad, “lo que demuestra que no hay voluntad estatal”.
“No es un tema que se desconozca –añade Cerda- La migración del Estado al software libre es por un miedo cultural y por razones económicas. No tienen la certidumbre sobre el costo de proceso de migración, los que hay son cortoplacistas y no consideran las ventajas a largo plazo”.
Mauricio Becerra R.
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