La frenética llegada del ingeniero comercial Rafael Garay a nuestro país se ha transformado en un verdadero reality show. Con una impresionante cobertura mediática que ha incluído persecuciones a los vehículos policiales que lo han trasladado de un lugar a otro como un trofeo, el estrés no tardó en apoderarse de algunos.
Así ocurrió con uno de los gendarmes encargados de abrir y cerrar el portón a la llegada del economista al Centro de Justicia en Santiago. A través de la transmisión de uno de los canales de televisión, se pudo observar que, ante la intención de la prensa apostada en el lugar de conseguir alguna imagen del ingreso del carro institucional, uno de los uniformados prepara su arma y aparentemente le quita el seguro. Una postal del día que claramente da cuenta de la sobrerreacción que el arribo del imputado por estafas reiteradas ha generado en nuestro país.