Wikileaks filtró un cable diplomático del 9 de marzo de 2006, en el que el embajador de Estados Unidos en Chile, Craig Kelly, hacía una breve cuenta a la Secretaria de Estado del gobierno de George Bush, Condolezza Rice, sobre el estado de la prensa en el país. Conservadora, autocensurada, dominada por dos cadenas y pinochetista. Así describió Kelly a la prensa de nuestro país.
El reporte se hacía con motivo de un inminente encuentro entre la Secretaria de Estado y la prensa chilena, que finalmente se concretó en su visita oficial de 2008.
El cable agregaba que “los medios chilenos son competitivos, modernos y libres…”. Sin embargo, a la vez les apuntaba de no conflictuarse con los poderes del estado ni ser muy “inclinados al periodismo investigativo”, según el reporte realizado por El Mostrador.
Kelly se refirió a la situación duopólica de los medios de prensa, dominados por El Mercurio y La Tercera (Copesa), que ha taponeado la competencia durante el período democrático chileno: “Entre los periódicos nacionales, dos cadenas dominan. La cadena más antigua, liderada por el principal periódico chileno El Mercurio, sigue siendo la más prestigiosa, pero el buque de insignia de Copesa La Tercera está cerca de alcanzarlo en cuanto a lectoría”.
Se advierte en el cable que Kelly habría señalado a Rice que “Según estándares internacionales, la mayoría de los medios son conservadores en su orientación política”. Y advierte una causa: “esto se puede atribuir a la cultura chilena que es más cautelosa y menos crítica hacia la autoridad…”, señala.
En específico, sobre la labor periodística, el cable critica las deficiencias, que vincula con el pasado autoritario: “Muchos de los principales periodistas chilenos todavía están influenciados por las restricciones estrictas que se les impusieron en pasado no demasiado distante durante el régimen del general Augusto Pinochet y continúan ejerciendo un grado cauteloso de autocensura”.
A este aspecto, agrega otro tipo de déficits que también pueden vincularse a la experiencia autoritaria. En específico, a desafiar a la autoridad: “Los periodistas no siempre corroboran sus fuentes antes de mandar a imprimir, tampoco proporcionan igual tiempo a puntos de vistas opuestos. Ya que provisiones de ‘falta de respeto a la autoridad’ todavía existen y ocasionalmente todavía se usan para limitar a periodistas o comentaristas en caso de comentarios ‘ofensivos’, la libertad de prensa plena, todavía está por lograrse”.
Nos sacaron la foto y estábamos desnudos.