Aire metropolitano de Puebla requiere 20 estaciones más de monitoreo: UPAEP

Catedráticos de la Universidad coincidieron que la medición debe ser más específica, e incluir la cantidad de concentración de contaminantes, y no sólo mostrar la presencia de gases

Aire metropolitano de Puebla requiere 20 estaciones más de monitoreo: UPAEP

Autor: Anaid Piñas

La zona metropolitana de Puebla necesita al menos otras 20 estaciones de monitoreo de calidad del aire que complementen las cinco existentes; además, se tienen que revisar los lineamientos y equipos con los que se realizan la medición de contaminación en la entidad, señalaron catedráticos de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP).

Las estaciones de monitoreo deben utilizar sensores específicos para medir cada uno de los gases contaminantes en el ambiente, como Ozono, Dióxido de Nitrógeno y Monóxido de Carbono; sin embargo, los que se encuentran en la capital sólo miden su presencia y no su concentración.

En conferencia virtual, María Rosa Maimone Celorio y Francisco Javier Sánchez Ruíz, doctores e investigadores de la facultad de Ingeniería Ambiental y Desarrollo Sustentable de la UPAEP, coincidieron en la necesidad de revisar los protocolos actuales para garantizar que las medidas que se entregan a la población sean las correctas.  

El catedrático Javier Sánchez Ruiz detalló que el estado de la calidad del aire en Puebla es medido bajo las reglas de operación del Sistema Nacional de Información de la Calidad del Aire (SINAICA), y el monitoreo es realizado por la Secretaría de Sustentabilidad Ambiental y Ordenamiento Territorial (SSAOT).

Dijo que a pesar de que los niveles de contaminación en el estado, en especial en la capital, son inferiores en comparación con la Ciudad de México, la forma en que se mide la contaminación no es del todo confiable y que las cinco estaciones con las que se cuenta actualmente son insuficientes para dar un dictamen veraz, ya que no tienen mantenimiento suficiente y carecen de sistemas de medición actualizados.

Para tener una medición más realista

Resaltó que para tener una medición más realista de la calidad del aire se necesitan de 15 a 25 estaciones de monitoreo en la zona metropolitana, distribuidas en puntos críticos, como zonas con alta carga vehicular y con presencia de industrias; y en puntos no críticos, como regiones rurales o de baja afluencia vehicular.

“Tener cinco estaciones no es risorio, pero sí es insuficiente para la extensión del estado de Puebla. Necesitamos saber si las industrias están cumpliendo con las normas de operación, saber si los pulmones de la capital en verdad tienen la capacidad de limitar el aire”

Las estaciones con las que cuenta el estado se encuentran en el Benemérito Instituto Normal del Estado (BINE) y en el Parque de las Ninfas, en la zona centro; en la Unidad Habitacional Agua Santa, para la zona sur; en la Universidad Tecnológica de Puebla (UTP), en el nororiente; así como la estación Velódromo que se localiza en el municipio de Coronango para la región norponiente.

Niveles de contaminación, asunto multifactorial

En tanto, María Rosa Maimone Celorio señaló que la variación de la calidad del aire también es un fenómeno multifactorial, ya que intervienen factores que son menos visibles que la contaminación, entre ellos el cambio climático, la presión atmosférica, los incendios forestales y el calentamiento global.

Recordó que los contaminantes del aire provienen de las fuentes móviles (vehículos particulares y comerciales sin importar el tamaño), la industria, el uso de energía eléctrica en los hogares, y todas las actividades que deriven en la quema de combustibles fósiles (dióxido de carbono, metano).

Destacó que las mediciones que se realizan pueden variar, dependiendo la hora, el día y el clima, pues las horas pico del tráfico vehicular o las precipitaciones pueden alterar los registros.

Confinamiento por covid-19 mejoró calidad del aire

María Rosa Maimone Celorio y Francisco Javier Sánchez Ruiz añadieron que los niveles de contaminación en Puebla comenzaron a subir, sin pasar del color amarillo, a partir de la reactivación económica, ya que el confinamiento por la emergencia sanitaria de covid-19 ayudó a limpiar el aire.

Señalaron que el cese de actividades industriales y la reducción de flujo vehicular disminuyeron drásticamente los niveles de contaminación en la zona metropolitana.

Advirtieron que una opción para recobrar la normalidad sin afectar al medio ambiente debe ser propiciar el impulso de políticas públicas que fomenten la movilidad sustentable, tener educación ambiental y el cuidado de áreas verdes. 

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Foto: Agencia Enfoque

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