El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, informó este jueves que envió una carta a la Cámara de Diputados en la que solicita investigar un error en el reporte de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), que triplicó el cálculo del costo para el erario por la decisión del Gobierno de cancelar las obras del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), que se construía en el lecho del lago disecado Texcoco, al oriente de la capital.
El reporte de la ASF, aseveró que el costo de la cancelación del aeropuerto «fue de 331.991 millones de pesos, cuando en realidad la cifra fue de 110.807 millones de pesos, es decir, una tercera parte menos de lo publicado», indica la misiva leída por el presidente en conferencia de prensa.
Es decir que en vez de más de 16.000 millones de dólares, el costo de la decisión gubernamental de suspender las obras de un consorcio público y privado fue de poco más de 5.350 millones de dólares, al tipo de cambio de este jueves, de 20 , 7 pesos por dólar.
El pasado martes, la ASF, órgano técnico de la Cámara de Diputados del Congreso federal, encargado de la fiscalización del gasto público, admitió en un comunicado el error de su informe anterior, difundido el fin de semana pasado.
El organismo legislativo autónomo reconoció en un comunicado que «el costo de cancelación de la construcción del aeropuerto en Texcoco calculado por el Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (público-privado) representa una tercera parte de lo señalado por la Auditoría Superior de la Federación en su informe publicado el pasado sábado 20 de febrero «.
PRESIDENTE DENUNCIA «POLITIQUERÍA»
El jefe del Ejecutivo calificó la pifia como acto de «politiquería» en la fiscalización de una de sus decisiones más controvertidas, tomada poco después de ganar las elecciones en julio de 2018, con 30 millones de votos.
«Sería lamentable que la Auditoría de la Federación hiciera mal las cuentas, creo que se trata de una actitud politiquera, de que buscaron dañarnos para complacer a nuestros opositores», expresó López Obrador en conferencia de prensa.
Antes de asumir su mandato el 1 de diciembre de 2018, López Obrador organizó una consulta ciudadana en octubre de ese mismo año siendo presidente electo, en la que 70 por ciento rechazó la continuación del NAIM, pero solo participaron poco más de un millón de votantes en el evento, organizado por una encuestadora privada.
López Obrador solicitó a la Cámara de Diputados «de manera respetuosa y en observancia del principio de separación de poderes (…) que se emprendan las acciones necesarias para impulsar una investigación que permita el esclarecimiento a fondo de las equívocas afirmaciones de la Auditoría Superior de la Federación».
La misiva indica que el objetivo es que la instancia del Congreso «despeje la lamentable desinformación que el documento referido indujo».
La ASF se comprometió a realizar una revisión exhaustiva, «en particular en relación con la metodología utilizada para determinar el costo de cancelación del Proyecto del Aeropuerto de Texcoco (NAIM)», que es menor a lo estimado inicialmente por una deficiencia, reconoció en un comunicado el auditor especial Agustín Caso Raphael.
Por su parte, Arturo Herrera, secretario de Hacienda, señaló «errores básicos de contabilidad financiera» en los cálculos de la ASF, porque es erróneo al menos 75 por ciento del costo de cancelación estimado de la obra que costaría unos 15.000 millones de dólares.
Entre los errores la ASF detectó que «el costo estimado de la cancelación de la construcción del NAIM considera los flujos pasados y futuros para llevar a cabo la cancelación de las obligaciones contraídas para la construcción, que no representan un costo, pero si un flujo de salida «.
La auditoría consideró como «gasto» el monto del financiamiento no utilizado, que fue disminuido de lo adeudado originalmente, así como el pago futuro de la deuda remanente por 4.200 millones de dólares.
López Obrador criticó que esa obra, diseñada por el británico Norman Foster, arquitecto del aeropuerto de Pekín y el parlamento de Berlín, y la consideró inviable por la topografía del lago disecado.
Según el presidente, la obra tenía un avance de 20 por ciento, y llevaba 35 por ciento según los inversionistas del consorcio público-privado, que incluyen al magnate Carlos Slim, el hombre más rico del país.
Fuente: Sputnik
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