Por David Celestino
El nuevo patronato de la Fundación Jenkins aseguró que un testigo aportó a la FGR pruebas que demuestran un presunto desvío de mas de 700 millones de pesos de la asociación filantrópica, a favor de la familia Jenkins de Landa, en “colusión” de sus abogados.
En un comunicado, afirmó que el declarante dio a la Fiscalía General de la República (FGR), un contrato para la prestación de servicios, en el que la familia y los litigantes Virgilio Rincón Salas y Alejandro González Muñoz “pactan” la transacción y el fin de los bienes.
Lo anterior, supuestamente se lograría tras pasar el patrimonio a los Jenkins de Landa y ocultar su origen, mediante “una estructura legal controlada por los abogados”, quienes habrían recibido un 15 por ciento del patrimonio, unos 2 mil millones de pesos.
“Complot de todo tipo de autoridades»
A decir del nuevo patronato, los acusados intentarían desentenderse de la desaparición de los bienes al acusar un “complot de todo tipo de autoridades federales y locales”, pues incluso se señala que el pasado 16 de julio se recibió en la Secretaría de Economía una notificación de la familia, con la intención de una demanda al Estado mexicano.
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Si bien afirmó que esta es una prueba “contundente”, reiteró que se esperará al resultado de la investigación, tras recordar que se giraron ordenes de aprehensión en contra de los miembros de la familia Jenkins, bajo acusación de lavado de dinero.
Según el documento expuesto por el nuevo patronato, los Jenkins de Landa contrataron a la empresa estadounidense Quinn Emaanuel Sullivan & Urquat, para iniciar una demanda contra el Estado por haberlos relegado de su cargo frente a la fundación.