Alberto Chassaigne, especialista en sistemas de semillas de maíz para Latinoamérica, destacó este viernes las numerosas oportunidades de cooperación e intercambio entre México y la provincia china de Liaoning en el ámbito de la cultura del maíz.
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Durante su conferencia titulada «Descubriendo el pueblo del maíz en China: Liaoning desde mis ojos», organizada por el Centro Cultural de China en México, Chassaigne subrayó que las principales oportunidades de intercambio giran en torno al comercio de productos de maíz con valor agregado, la academia y el desarrollo tecnológico de la producción.
«El intercambio en todos los ámbitos entre China y México es invaluable y es necesario profundizarlo a nivel cultural y de prácticas productivas», afirmó Chassaigne, quien es también curador del banco de germoplasma de maíz del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (Cimmyt) de México.
Chassaigne participó junto a otros científicos en el Diálogo entre China y México sobre la Cultura del Maíz, celebrado recientemente en el Museo Provincial de Liaoning. La conferencia de este viernes fue un relato vívido de sus experiencias en la provincia del país asiático, conocida como «el pueblo del maíz en China«.
El director del Centro Cultural de China en México, Shi Yuewen, presentó la conferencia de Chassaigne, destacando que «México es el lugar de origen del maíz, con una larga historia de cultura maicera y una eficiente tecnología de cultivo y procesamiento». Shi resaltó que la provincia de Liaoning, situada en una latitud adecuada para la producción de maíz, es una de las principales provincias cerealistas de China y cuenta con una industria maicera competitiva y de gran influencia.
Shi enfatizó el gran potencial para la colaboración entre ambas regiones.
«Espero que en el futuro China y México puedan llevar a cabo intercambios y diálogos en profundidad sobre la cultura del maíz, la tecnología de siembra y el procesamiento de la industria maicera, aprendiendo de las experiencias de desarrollo de ambas partes para promover aún más la cooperación en ciencia y tecnología agrícolas», expresó.
Chassaigne señaló que, aunque el maíz es originario de México, donde comenzó su cultivo hace 7,000 años, Liaoning cuenta con una gran variedady sus programas de mejoramiento están enfocados en productos de alto valor agregado. El especialista se mostró sorprendido por la capacidad productiva y los rendimientos obtenidos por las cooperativas en la provincia china, donde la tecnificación de la producción es una constante tanto en grandes como en pequeños productores.
«Me impresionó mucho la organización, disciplina y trabajo del pueblo del maíz en Liaoning, que sabe aprovechar los productos finales para beneficiar a toda la comunidad y fomentar el crecimiento», afirmó Chassaigne.
Chassaigne concluyó que, aunque México y China están separados por un océano, ambos países comparten un conocimiento ancestral y una cultura tradicional en torno a las plantas y los alimentos. «Nos une el maíz. Como me dijeron en China: para quienes comparten una misma meta, la distancia no es problema», finalizó.
Foto: Archivo El Ciudadano México
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