La Reserva Federal de Estados Unidos (Fed, por sus siglas en inglés), promulgó el miércoles la tercera alza consecutiva de tres cuartos de punto en la tasa de interés, ante la cual muchos países latinoamericanos han tenido que elevar sus propias tasas de interés sucesivamente para hacer frente a la devaluación de sus monedas y la cada vez más grave inflación importada.
Los expertos coinciden en que las continuas subidas de tasas de interés en Estados Unidos, que intenta exportar su inflación al resto del mundo, han hecho que las economías de América Latina y el Caribe, ya con una recuperación económica lenta, sufran de aún más presión y un reducido espacio de desarrollo económico.
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Inflación creciente y otros efectos negativos
Rosa Beltrán, ama de casa en Perú, siente cada día más preocupación cuando tiene que ir al supermercado. El dinero con el que compraba los alimentos de toda la semana a inicios del pasado año, ahora solamente le alcanza para comprar un poco más de la mitad.
Al igual que Beltrán, quien afirma sentirse «preocupada y desanimada» por haber tenido que aplicar medidas de austeridad para cubrir los gastos del hogar, millones de peruanos sufren por la galopante inflación.
De acuerdo con cifras oficiales, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de Perú subió un 8.8 por ciento en los últimos 12 meses.
Varios son los factores que explican el alza en los precios, detalla el economista peruano Carlos Aquino, mencionando como uno de los efectos negativos la subida continuada de las tasas de interés de la Fed, ya que EU fija las tasas pensando únicamente «en su propia economía».
En declaraciones a Xinhua, el académico de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos constató que EU ha exportado su inflación al resto del mundo, perjudicando con ello a otros países, como Perú.
Según datos oficiales, la inflación en Chile anotó en agosto pasado un alza a 12 meses del 14,1 por ciento; Argentina registró en el mismo mes una inflación interanual del 78,5 por ciento, la más alta en los últimos 30 años; la inflación interanual de México, a su vez, se aceleró a un 8,7 por ciento hasta agosto, su mayor nivel en más de dos décadas.
Además del alza en los precios, el impacto del aumento de las tasas de interés en EU está afectando a más aspectos de las economías de países de la región.
«Tendrá un impacto que se puede percibir negativo para Argentina y los países latinoamericanos, esencialmente porque tienta a la migración de capitales locales hacia la inversión de bonos de EU»
Pablo Levinton
Profesor de Economía en la Universidad Nacional de Lanús
El economista argentino detalló que la política monetaria actual de la Fed «hace que muchos capitales que han invertido en la región migren, lo cual puede generar una desestabilización de las monedas locales», y afectar a los planes de refinanciamiento de deuda de «Argentina y otros países de Latinoamérica que se encuentran endeudados en dólares».
Según Levinton, sumado a un contexto de inestabilidad económica, el aumento de las tasas de interés por parte de la Fed generaría además «una falta de incentivo para invertir en los países» de la región.
Impactos persistentes de la supremacía del dólar
La acción más reciente de la Fed llega después de que ya elevara la tasa de interés de referencia en tres cuartos de punto, tanto en su reunión de junio como en la de julio, en su lucha contra una inflación creciente, lo que la convierte en la medida más audaz en décadas.
Los datos más recientes muestran que el IPC de EU aumentó en agosto un 8,3 por ciento interanual, cifra ligeramente menor que la registrada el mes anterior, pero todavía en un nivel elevado. La inflación para el consumidor se ha mantenido en más de un 8 por ciento desde marzo.
«Si bien el objetivo de la Fed es controlar la inflación a través de la tasa de interés, viendo los resultados inflacionarios de EE. UU., la Fed no ha logrado sus objetivos y es por eso que tiene previsto seguir incrementando la tasa»
«También hay otro plano que debe empezar a observarse, y es ver la inflación no solo como un fenómeno monetario, sino estructural, que se viene dando en las matrices productivas y en la estructura central por el incremento de los precios de los alimentos y de la energía como consecuencia de la crisis en Ucrania»
Para contrarrestar el impacto, los países de la región han tenido que elevar las tasas de interés incluso antes de las repetidas acciones de la Fed, a fin de hacer frente a la devaluación de sus monedas, reducir la fuga de capitales y disminuir el riesgo de deuda.
El Banco Central de Chile subió el 6 de septiembre la tasa de interés del 9.75 al 10.75 por ciento, con lo que alcanzó su mayor registro desde 1998; Argentina dispuso la semana pasada elevar en 550 puntos básicos la tasa de política monetaria, para alcanzar un 75 por ciento nominal anual; Brasil decidió el miércoles mantener la tasa de referencia Selic en un 13.75 por ciento anual, después de un ciclo de ajuste monetario iniciado en marzo de 2021, cuando la tasa estaba en un 2 por ciento anual.
Por parte de México, la próxima decisión monetaria está programada para el jueves 29 de septiembre, en la que el banco central mexicano podría seguir la tendencia alcista en las tasas aplicada por la Fed estadounidense.
Sin embargo, de acuerdo con opiniones de expertos, el aumento de las tasas no es suficiente ni puede solucionar fundamentalmente el impacto de la subida del dólar, dado que la inflación sigue alta en países de la región y siguen existiendo otros riesgos, además de que la medida aumenta el costo de inversión y disminuye la vitalidad económica.
«Son los intereses que están presentes y se materializan en la supremacía del dólar que tiene Estados Unidos», aseveró Gabriel Pérez del Peral, académico e investigador de la Escuela de Gobierno y Economía de la Universidad Panamericana de México.
El economista denunció que los países de América Latina estén «controlados» por Estados Unidos, lo cual impide diversificar o ampliar sus mercados, limitando su rol al suministro de materias primas.
Lamentó que dicho control se base en medidas restrictivas en las líneas de crédito destinadas al desarrollo de los países de la región o, simplemente, frene «apoyos necesarios» comprometidos para hacer frente a la situación de desigualdad, pobreza y cerrar la brecha educativa.
Para el experto peruano Aquino, muchos países se están dando cuenta «de que depender del dólar no es bueno«.
Foto: Agencia Xinhua