A dos años del inicio de la pandemia por covid-19, conforme se revelan datos de diversas fuentes, poco a poco se da cuenta de los efectos secundarios de la súbita interrupción de actividades sociales y comerciales para contenerla. En particular, los efectos positivos en el ambiente han sido los más notables, por ejemplo, la disminución de los niveles de contaminación provocados por la circulación de vehículos automotores. Otras consecuencias, de las que poco se habla, están relacionadas con diversos tipo de enfermedades contagiosas, como la reducción de los casos de influenza de los virus de influenza A y B; este último, el linaje B / Yamagata, no se detectó desde abril de 2020 hasta agosto de 2021, lo que sugiere que esta variante de influenza puede haberse extinguido. Esta vez, de acuerdo con un nuevo estudio publicado en la revista de revisión por pares Lancet Infectious Diseases, otro de los efectos por la limitada movilidad y contacto humano durante este periodo, ha sido la disminución en casi tres cuartos de millón de casos globales de dengue en 2020, enfermedad transmitida mediante la picadura de mosquitos.
¿Qué es el dengue?
Es una infección viral transmitida por la especie de mosquito Aedes, que causa síntomas similares a los de la gripe. Se trata de una de las pocas enfermedades infecciosas que muestra un aumento sostenido de casos cada año, y la OMS ahora estima que alrededor de la mitad de la población mundial está en riesgo de contraerla.
La transmisión está estrechamente relacionada con el clima, el entorno circundante y la movilidad humana. También está estrechamente asociado con el clima, siendo los climas tropicales cálidos y húmedos ideales para la transmisión. Además es bastante común en áreas urbanizadas. La temporada de dengue en muchos países ocurre entre junio y septiembre, cuando los picos de casos pueden causar hacinamiento en los hospitales, al igual que ocurrió con la covid-19.
¿Cómo se transmite?
El dengue solo se transmite de mosquito a humano y viceversa, no se transmite de humano a otro humano. Sin embargo, los cambios en los movimientos y el comportamiento de las personas pueden tener un efecto en la transmisión, por ejemplo, a través de una menor exposición a los mosquitos o menos oportunidades para que las personas infectadas salgan y transmitan el virus a los mosquitos no infectados presentes allí.
¿Cómo rastrearon los casos?
Investigadores de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, Inglaterra, en colaboración con la Universidad Normal de Beijing, China, y otros investigadores internacionales, analizaron los casos mensuales de dengue reportados por la Organización Mundial de la Salud entre 2014 y 2020 de 23 países: 16 en América Latina y siete en el sudeste asiático, las principales regiones donde el dengue es endémico, así como datos climáticos sobre la temperatura del aire, la humedad relativa y la precipitación.
El equipo de investigación analizó dos medidas diferentes de la interrupción de movimiento relacionadas con covid-19: medidas sociales y de salud pública, como el cierre de escuelas y transporte público, quedarse en casa y prohibir reuniones; y el desplazamiento humano a través de lugares residenciales y públicos. También tomaron en cuenta qué tan estrictas fueron las restricciones en diferentes países del mundo.
¿Qué descubrieron?
Al combinar todos estos datos y analizar las tendencias, pudieron demostrar que la reducción del tiempo que se pasaba en las áreas públicas estaba estrechamente relacionada con la reducción del riesgo de dengue. Encontraron una fuerte asociación entre el cierre de escuelas y la disminución de los viajes no residenciales, como ir de compras o usar el transporte público, con la reducción del riesgo de transmisión. Esto indica que lugares como escuelas y áreas públicas comúnmente visitadas podrían ser focos de transmisión del dengue y desempeñar un papel clave en la propagación de la enfermedad.
El número de casos de dengue comenzó a disminuir repentinamente en abril de 2020 en muchos países, luego de la introducción de medidas sociales y de salud pública dirigidas a la propagación de covid-19. Sus cálculos indican que en 2020 los casos de dengue disminuyeron un 40.2 % en América Latina y un 58.4 % en el sudeste asiático, con poco más de dos millones de casos registrados en Latinoamérica y el sudeste asiático. Se estima que hubo una reducción de 720,000 casos relacionados con las medidas de contención.
Nueve de los 11 países de Centroamérica, el Caribe y Filipinas vieron una supresión completa de su temporada de dengue 2020, mientras que otros países experimentaron una temporada muy reducida. En los países donde las medidas de restricción de covid-19 comenzaron en el pico de la temporada de dengue, hubo una disminución más pronunciada de lo esperado en los casos, a pesar de que se registró una incidencia superior al promedio a principios de año.
Esta disminución en los casos también podría atribuirse a tasas reducidas en las personas que buscan tratamiento, un mayor potencial de diagnóstico erróneo y la disponibilidad reducida de pruebas de laboratorio para el dengue podría dar lugar a un diagnóstico erróneo.
Es importante aclarar que en 2019 se produjo el mayor brote mundial de dengue de la historia, con más de 5.2 millones de casos registrados en las regiones estudiadas. Esto condujo a altos niveles de inmunidad que también se esperaría que redujeron los casos de dengue en 2020.
¿Qué conclusiones hay?
Los investigadores reconocen las limitaciones de este estudio, incluida la falta de datos sobre los diferentes tipos de dengue, que pueden provocar brotes, y los posibles cambios en la notificación del dengue como resultado de las interrupciones de la covid-19.
Se necesita más investigación sobre cómo los comportamientos de movimiento humano (los lugares que visitan las personas, cuánto tiempo pasan allí y con quién) afectan el riesgo de transmisión del dengue. Esto podría ayudar a los tomadores de decisiones a decidir si medidas como el rastreo de contactos, las pruebas o la cuarentena podrían ayudar a controlar la propagación de la enfermedad.
El estudio “Medición de los efectos de la interrupción relacionada con covid-19 en la transmisión del dengue en el sudeste asiático y América Latina: un estudio de modelado estadístico”, encabezado por el doctor Yuyang Chen, fue publicado por la revista The Lancet Infectious Diseases el 2 de marzo de este año.
Con información de www.thelancet.com y www.lshtm.ac.uk
DATOS A DESTACAR
La incidencia de casos de dengue disminuyó un 40.2 % en América Latina y un 58.4 % en el sudeste asiático durante 2020.
Hubo una reducción de 720,000 casos que podrían relacionarse con las medidas de contención en 2020.
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Ilustración: Iván Rojas