El pasado martes, vecinos y familiares hallaron el cuerpo con huellas de violencia y abuso sexual de María Isabel, niña indígena de 10 años, el feminicidio se registró en la Sierra Negra, en el municipio de Coyotzonga, en Zoquitlán.
El suceso movilizó a la población que en una manifestación exigió una investigación del crimen acontecido este lunes, cuando la pequeña, al filo de las 19 horas acudió a casa de su vecina Lucila — persona mayor que vive sola— a la que hacía compañía todas las noches.
También lee: Puebla recibirá 6.3 mdp federales para prevenir violencia contra las mujeres
Fue por la mañana de este martes que la familia se alarmó pues la niña no regresó a su casa a la hora de costumbre, cuando su hermana acudió a casa de Lucila, se dieron cuenta que tampoco había pasado la noche allí.
Con el apoyo de vecinos, se organizó una brigada para recorrer caminos y parajes, la búsqueda terminó alrededor de las 11:30, en el barrio de Coyotzonga, donde hallaron su cuerpo sin vida con rastros de violencia sexual y golpes.
Por la tarde, pobladores de la región de la Sierra Negra se manifestaron en las calles, “¡estamos de luto, pero gritamos tu nombre María Isabel!”, “¡Justicia!” fueron las consignas gritadas.
Frente Mexicano Pro Derechos Humanos
Amador Montalvo, del Frente Mexicano Pro Derechos Humanos dijo que la hermana de María Isabel recordó que la tarde del lunes, cuando regresaban del campo donde cosechaban mazorca, un grupo de hombres desconocidos estaban ingiriendo bebidas alcohólicas en una tienda cercana a la carretera, por lo que son señalados como sospechosos.
Pobladores han señalado que a Zoquitlán llegan personas ajenas a la comunidad, personajes armados vinculados con los hermanos Celestino Rosas, quienes han sostenido un cacicazgo político de más de una década en Coyomeapan, municipio vecino.
Versiones periodísticas han referido que gatilleros y sicarios han sido presuntamente contratados para reventar el movimiento de resistencia que se ha formado en Coyomeapan desde el pasado 6 de junio de 2021, cuando pobladores impidieron que Rodolfo García, esposo de la diputada federal Araceli Celestino, rindiera protesta como presidente municipal electo.
Foto prinicipal: Kara Castillo