El derrame de petróleo en aguas profundas ocurrido en el 2010 en la plataforma ‘Deepwater Horizon’, marcó un parteaguas en la investigación, gestión y manejo sobre las tortugas marinas en el golfo de México por la gran cantidad de estos animales que se vieron afectados.
Por ello, la doctora María de los Ángeles Liceaga Correa, investigadora del Departamento de Recursos del Mar del Cinvestav Unidad Mérida, junto con Eduardo Cuevas Flores, adscrito actualmente a la Universidad Autónoma del Carmen, encabezaron un equipo de trabajo para identificar los hábitats en donde las cuatro especies de tortugas marinas más abundantes en el sur del Golfo de México y el Caribe mexicano, anidan, se alimentan, residen y migran.
¿Para qué lo hicieron?
Para evaluar, en mapas cartográficos, qué tan vulnerables son las tortugas y sus hábitats frente a seis principales amenazas: aumento en la temperatura superficial del mar, huracanes, explotación pesquera, tránsito marítimo, exploraciones sísmicas, pero en particular por su cercanía a pozos de extracción de petróleo.
¿Cuál es el principal problema?
El Golfo de México es un ecosistema marino con una gran biodiversidad, que cuenta con más de 15,400 especies reconocidas, de las cuales aproximadamente el 10% son propias de esta gran región. Pero las actividades relativas a la exploración, producción y transporte de petróleo son un riesgo potencial; entre 1975 y 2017, en aquella zona han ocurrido 45 derrames, de los cuales al menos una decena vertieron un promedio de 10,000 barriles cada uno en aguas marinas. Tan solo el de 1979 en el pozo IXTOC-1 en la sonda de Campeche y el pozo Macondo de la plataforma Deepwater Horizon en el norte del golfo, se vertieron 3.52 y 4.88 millones de barriles respectivamente.
Aunque los autores del estudio reconocen que los derrames de esta magnitud son poco frecuentes, las consecuencias son catastróficas, provocando severos daños ambientales y económicos de largo plazo. Pero esto también ha dejado lecciones sobre las consecuencias y las acciones que deberían de implementarse.
¿Cómo lo hicieron?
Los hábitats críticos y rutas migratorias de las especies, carey (Eretmochelys imbricata), blanca/verde (Chelonia mydas), lora (Lepidochelys kempii) y caguama (Caretta caretta), fueron identificados a través del análisis de datos obtenidos del rastreo de 85 tortugas marinas hembras adultas.
Durante un año y medio se localizaron individuos de estas especies en costas mexicanas, desde Tamaulipas hasta Quintana Roo, para colocarles en el caparazón un transmisor satelital, que envía datos de ubicación, y otros sensores de ondas de radio.
Esto permitió determinar que algunos de los sitios de alimentación o residencia de mayor relevancia para las tortugas marinas se concentran en las costas de Veracruz, la península de Yucatán y la zona marina de Texas y Luisiana, en Estados Unidos; mientras que los de interanidación se encuentran en áreas costeras frente a sus playas de anidación.
Por otro lado, a partir del análisis de imágenes satelitales se identificaron hábitats que potencialmente serían utilizados para el desarrollo de crías y juveniles de tortugas marinas en la zona oceánica frente a Tamaulipas, Veracruz y Texas. En el caso de los principales corredores migratorios se ubican al norte de la península de Yucatán y en la costa oeste del Golfo de México (Tamaulipas, Veracruz y Tabasco); en el mar Caribe la migración es en su mayoría costera.
La información recabada será de utilidad en la planeación, el manejo y la conservación de las especies de tortugas que están en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Con esta también se diseñará un plan de protección en caso de contingencia por derrame de petróleo, que será dado a conocer próximamente.
El documento “Vulnerabilidad ecológica de tortugas marinas ante múltiples amenazas y derrames de petróleo de gran escala en el golfo de México”, de María de los Ángeles Liceaga Correa, Abigail Uribe-Martínez y Eduardo Cuevas, puede encontrarse en el volumen II de la colección “Regiones, especies y ecosistemas vulnerables ante derrames de petróleo de gran escala”, que integra información generada entre 2015 y 2020 por investigadores de diversas instituciones que colaboran o son parte del Consorcio de Investigación del Golfo de México, incluido el Cinvestav.
Con información de conexion.cinvestav.mx