Por Taleb Alisalem
En una carta dirigida al rey marroquí de marzo de este año, y en una posterior visita de Estado, el gobierno español ha dejado claro que no respetará su obligación histórica de apoyar la autodeterminación del pueblo saharaui.
Cuando hablamos del Sáhara Occidental, hablamos de la última frontera de la descolonización en África, una situación de la que España es directamente responsable; el rico territorio norteafricano estuvo bajo su dominio durante más de 200 años.
Hablamos también de uno de los conflictos más enquistados de la historia del continente africano que se libra por una tierra con poca población pero con una gran riqueza de recursos naturales y algunos de los caladeros más ricos del mundo. El Sáhara Occidental es el «territorio perfecto para conquistar», comentaba un diplomático francés en Hijos de las nubes: la última colonia, un documental sobre el conflicto en el territorio producido por Javier Bardem.
El diplomático no iba muy desencaminado. Lxs portuguesxs conocían bien las bondades del Sáhara Occidental, pero sus primeros esfuerzos por colonizar el territorio se vieron frustrados por la resistencia del pueblo saharaui. Lxs españolxs llegaron después y, mediante acuerdos con las principales tribus que habitaban el territorio, se establecieron en el Sáhara Occidental, convirtiéndolo no sólo en una colonia, sino también absorbiéndolo en el Estado español. El Sáhara Occidental se convirtió en la 53ª provincia de España.
El pueblo del Sáhara Occidental, como todos los pueblos de África, se levantó para exigir el fin de la colonización. Con el objetivo de conseguir el autogobierno de su territorio, crearon su primer movimiento de liberación organizado, el Frente Polisario, en 1973.
Esta historia es larga pero, en su parte más esencial, es una historia de traición. España traicionó al pueblo del Sáhara Occidental al no cumplir con su responsabilidad de descolonizar el territorio, tal y como estipulan las Naciones Unidas y el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya. Traicionó al Sahara Occidental al entregar al pueblo saharaui y su tierra a Marruecos y Mauritania a cambio de ventajas políticas y económicas. Traicionó al Sáhara Occidental al quedarse de brazos cruzados mientras su pueblo era invadido, bombardeado, forzado al exilio, dividido por un muro y perseguido por una brutal ocupación marroquí. Estos son crímenes de los que España es la principal responsable.
El pueblo saharaui, liderado por el Frente Polisario, se ha mantenido firme a lo largo de estas tribulaciones. A pesar del abandono de España y de la ocupación del 80% de su territorio por parte de Marruecos, su resistencia persiste desde hace casi 50 años. Hasta el día de hoy, el pueblo saharaui mantiene una lucha incansable e irreprochable para alcanzar los objetivos de descolonización e independencia.
Durante esos 50 años, el pueblo saharaui ha soportado dificultades inimaginables. A mediados de la década de 1970 lxs refugiadxs saharauis, que huían de los bombardeos y asaltos marroquíes a las ciudades del Sáhara Occidental abandonadas por el gobierno español, comenzaron a llegar a los campamentos del sur de Argelia. Muchxs otrxs permanecieron en las zonas ocupadas por Marruecos. Como resultado, el pueblo saharaui está ahora dividido. Miles viven en campamentos de refugiados en Argelia, y otros miles en las garras de la feroz ocupación marroquí en el Sáhara Occidental. Esa separación se mantiene con un ejército de ocupación y un muro de 2.700 kilómetros.
El 18 de marzo de 2022, la traición golpeó de nuevo. En una carta dirigida al Rey Mohamed VI de Marruecos, el presidente español Pedro Sánchez declaró su apoyo a la «autonomía del Sáhara pero siempre dentro de Marruecos». Esto era nada menos que un respaldo oficial a la ocupación ilegal del Sahara Occidental por parte de Marruecos. Esta decisión provocó gran conmoción en toda España, donde el apoyo público a la causa del pueblo saharaui sigue siendo elevado. La sociedad española es muy consciente de la responsabilidad de su gobierno hacia el Sáhara Occidental. Pocos esperaban que, 47 años después de su primera traición, España volviera a ceder el territorio a Marruecos.
Debemos ser claros: el gobierno español está apoyando una ocupación militar que ha cometido un genocidio contra el pueblo del Sahara Occidental. Ninguna lógica geopolítica, económica o estratégica puede justificar la duplicidad de un gobierno dispuesto a defender los derechos humanos y la legalidad internacional en algunas partes del mundo, mientras apoya y blanquea un genocidio en sus propias puertas. Ha llegado el momento de completar el proyecto de descolonización y cumplir la promesa de soberanía negada a generaciones de saharauis.
Taleb Alisalem es activista y analista político especializado en el Sáhara Occidental.
Foto: Taleb Alisalem