Por: Gerardo Sifuentes
Reducir los eructos y las flatulencias del ganado es una tarea que se está tomando muy en serio en el mundo. Esto se debe a que el metano que contienen es el segundo mayor contribuyente de gases de efecto invernadero y es treinta veces más potente para calentar la atmósfera que el dióxido de carbono. Se cree que más de la mitad del metano liberado a la atmósfera proviene del sector agrícola, y los animales rumiantes, como el ganado vacuno y caprino, son los contribuyentes más importantes. Además, el proceso de producción de este gas requiere hasta un 10% de la energía del animal.
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Investigadores han intentado cambiar la dieta de las vacas y darles inhibidores químicos para detener la producción de este gas, producto de la descomposición de materia orgánica, pero muy pronto las bacterias que lo producen se vuelven resistentes al tratamiento. También han tratado de desarrollar vacunas, pero el microbioma de una vaca depende de dónde come, y hay demasiadas variedades de bacterias productoras de metano en todo el mundo. Además, estas intervenciones también pueden afectar negativamente los procesos biológicos de los animales. Ahora, sin embargo, se ha descubierto que las heces de cachorros de canguro podrían ayudar a proporcionar una solución poco convencional al problema.
¿Excremento de canguro?
Investigadores de la Universidad Estatal de Washington, que estudian la fermentación y los procesos anaeróbicos en animales, ya habían diseñado previamente un rumen artificial, el compartimento estomacal más grande que se encuentra en los animales rumiantes, para simular la digestión de las vacas. Los rúmenes tienen enzimas especializadas que pueden descomponer los materiales naturales, por ello se convirtió en una pieza importante de su investigación.
Buscando cómo superar a las bacterias productoras de metano, los científicos descubrieron que los canguros en sus intestinos tienen bacterias productoras de ácido acético, en lugar de bacterias productoras de metano. Rastrearon algunos canguros, tomaron muestras y descubrieron que el proceso especializado de producción de ácido acético solo ocurría en canguros bebés, no en adultos. Incapaces de separar las bacterias específicas que podrían estar produciendo el ácido acético, los investigadores utilizaron un cultivo mixto estable entre las heces de cachorros de canguro con un conocido inhibidor del estómago.
Gracias a este cultivo microbiano, la máquina que simula el funcionamiento del estómago de una vaca produjo ácido acético en lugar de metano. A diferencia del metano, que el ganado expulsa como flatulencia, el ácido acético tiene beneficios para las vacas, ya que ayuda al crecimiento muscular.
¿Cuándo empiezan a usarlo?
La misión de disminuir las flatulencias de los mil quinientos millones de cabezas de ganado vacuno y mil millones de ganado caprino en el mundo apenas comienza; si bien los investigadores han probado su sistema en el rumen simulado, esperan probarlo en vacas reales en un futuro cercano. Ahora quieren saber si este tipo de cultivo podría funcionar durante un período prolongado de tiempo, por lo que solo se tendría que inhibir la producción de metano de vez en cuando, hasta que se convierta en una práctica común.
Los investigadores de la Universidad Estatal de Washington, EE. UU., publicaron los resultados de su investigación en la revista de revisión por pares Biocatalysis and Agricultural Biotechnology con el título «Reducción de la producción de metano a partir de cultivos de rumen mediante bioaumentación con bacterias homoacetogénicas» el pasado 1 de enero de 2023.
Foto: Especial
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