Noreste de África, verdadero «hogar» de las sandías

Desde hace 90 años se creía que las sandías que hoy conocemos tenían su origen en un melón del sur del continente africano. Ahora, gracias al rastreo de sus líneas genéticas han encontrado a la verdadera fruta ancestral del cual provienen

Noreste de África, verdadero «hogar» de las sandías

Autor: Lorena Vázquez

Por Gerardo Sifuentes

Es importante conocer a los parientes silvestres de los cultivos que hoy consumimos; no sólo para comprender cómo fue que se domesticaron, sino también para pensar en mejores estrategias de reproducción y conservación.

Susanne Renner, bióloga evolutiva alemana, de la Universidad Ludwig Maximilian en Munich; encabezó una investigación en la que se dio a la tarea de encontrar a las verdaderas ‘sandías ancestrales’; guiada por su instinto al reconocer estas frutas en murales egipcios milenarios.

Utilizando ADN de plantas cultivadas en invernadero de todas las especies, y cientos de variedades de sandía; su equipo descubrió que probablemente éstas provienen de cultivos silvestres en el noreste de África.

Específicamente, existe una variedad de Sudán con pulpa blanquecina no amarga, conocida como melón Kordofan (Citrullus lanatus). Que podría ser el pariente más cercano de las sandías domesticadas.

El estudio reescribe los libros de biología tras un error de 90 años, que agrupaba a las sandías dentro del linaje del llamado melón cidra de Sudáfrica (Citrullus caffer).

Los resultados de esta investigación genética, publicados en Proceedings of the National Academy of Sciences, son consistentes con pinturas de tumbas egipcias recientemente interpretadas que sugieren que la sandía pudo haber sido consumida en el valle del Nilo como postre hace más de 4,000 años.

«Basándonos en el ADN, descubrimos que las sandías como las conocemos hoy, con pulpa dulce, a menudo roja que se puede comer cruda, eran genéticamente más cercanas a las formas silvestres de África occidental y noreste de África”

Susanne Renner
Profesora honoraria de biología en la Universidad de Washington,
Exdirectora del Jardín Botánico de Munich y del herbario de Munich

Genoma del melón Kordofan

La firma genética de la pérdida de amargor está presente en el genoma del melón Kordofan, pero el color de la pulpa del fruto rojo solo se fijó en la sandía domesticada; esto gracias a la selección que realizaron a través del tiempo los antiguos agricultores. Así, la dulzura de la fruta aumentó gradualmente en el transcurso de su domesticación.

El hecho de que todavía exista un probable progenitor de la sandía en Sudán tiene implicaciones para los esfuerzos de mejoramiento específicos.

Sandías más resistente a plagas y clima

El laboratorio de Renner se ha especializado en el estudio de melones y pepinos, pero durante la última década se dedica a las sandías y las calabazas amargas. Los resultados obtenidos podrían ser útiles para desarrollar un cultivo de sandía más resistente a las plagas y condiciones climáticas.

“La sandía de hoy proviene de un stock genético muy pequeño y es altamente susceptible a enfermedades y plagas de insectos, incluidos varios mohos, otros hongos, virus y nematodos [gusanos]”

“Hasta ahora, encontramos variaciones en tres genes de resistencia a enfermedades entre el melón Kordofan y la sandía domesticada. Los criadores pueden utilizar estos y otros conocimientos del genoma»

Susanne Renner
Profesora honoraria de biología en la Universidad de Washington,
Exdirectora del Jardín Botánico de Munich y del herbario de Munich

Con información de la Washington University in St. Louis, y Proceedings of the National Academy of Sciences.


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