Por Esther Sánchez
Además de la situación que se vive por la pandemia y la modalidad de clases a distancia, algunos docentes han enfrentado otro factor: el impacto negativo en su economía.
Este problema se presenta en mayor medida entre el personal docente de la zona Norte de la ciudad de Puebla, donde varios no perciben su salario, ni remuneración económica desde marzo del año pasado. Ahora exigen que la autoridad educativa les dé una solución.
Cerca de 50 docentes de la zona Norte de la ciudad de Puebla han denunciado en diferentes ocasiones, que la Secretaría de Educación Pública (SEP), no atiende sus demandas; se trata de escuelas que tienen profesores y profesoras que son apoyados por padres de familia porque carecen de las prestaciones de la SEP.
Los docentes, quienes pidieron no revelar su identidad por temor a las represalias, señalaron que la modalidad a distancia ha presentado graves dificultades porque muchos alumnos están dejando de estudiar, lo que contradice a las autoridades que aseguran que no hay mucho rezago.
Otro problema que afrontan los docentes es que sus gastos se incrementaron por la obligación de contratar un servicio de internet, telefonía celular o incluso la compra de una computadora para impartir clases desde sus hogares.
Renovarse o morir en una pandemia, aún sin fin
Ante ello, los maestros buscan otras opciones para salir adelante, entre las cuales destaca poner un negocio propio mediante créditos bancarios o préstamos de una financiera, o bien buscar empleo en giros totalmente diferentes.
Desde marzo del año pasado, empezaron los problemas en cuanto a la recepción de sus pagos, fue poco el tiempo que pasó para que dejarán de recibir ingresos, situación que les perjudicó económicamente, pero también laboralmente, pues muchos padres de familia también fueron víctimas de la crisis económica y decidieron que sus hijos abandonaran los estudios.
Ante la negativa que hay por parte de las autoridades, los mentores exigen una respuesta, ya que es un año el que llevan sin recibir ingresos a pesar de estar prestando sus servicios; en algunos casos, reciben la mitad del pago, pero otros no; pese a ello, están abiertos al diálogo aunque no descartan la posibilidad de realizar manifestaciones, si no son escuchados.