Por Jesús Arróniz
A menos de 24 horas de haber sido desalojados del Polideportivo Xonaca por personal del Instituto Nacional de Migración (INM), un grupo de migrantes denunciaron ser víctimas de intimidaciones por autoridades de Puebla, además les prohibieron dar una declaración abierta a medios de comunicación.
El 13 de diciembre, 16 migrantes, -dos de ellos menores de edad-, provenientes de Honduras, Venezuela, Nicaragua y Haití fueron desalojados del inmueble, donde se albergaban con el argumento de que «ocupaban mucho espacio».
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Tanto en el Polideportivo Xonaca y en las instalaciones del Instituto Nacional de Migración (INM), son espacios adaptados como albergues para estos viajeros, pero denunciaron que los reciben en malas condiciones.
De manera anónima, revelaron que, a pesar de las bajas temperaturas, muchos han tenido que dormir en el piso y sin abrigo, además no hay espacios para el aseo personal y los sanitarios, también se encuentran en mal estado.
La alimentación y la atención médica también tiene carencia, debido a que dicen que la comida es muy racionada e incluso en ocasiones no alcanza. En los 10 días que llevan en Puebla, no han recibido atención médica, a pesar de que muchos presentan cuadros de gripa y tos.
Los migrantes llegaron el pasado 4 de diciembre, fecha en la que se les prometió la entrega de visas humanitarias para transitar por territorio mexicano.
No obstante, hasta después del mediodía de este martes 14 de diciembre no habían recibido ningún documento, a pesar de les argumentaron que uno de los motivos del desalojo fue «porque ya existía una lista la entrega de las visas».
Los afectados denunciaron que la «licenciada» del Instituto Nacional de Migración (INM) en Puebla, supuesta “encargada” de otorgar las visas humanitarias, los amenazó para que no divulguen los obstáculos que viven en su paso por el territorio poblano.
La larga travesía
José Andrés lleva cuatro años fuera de su natal Cuba. En 2018 viajó a Surinam para representar a su país en una competencia de boxeo; sin embargo, a la primera oportunidad de su salida al extranjero, escapó. Desde esa fecha ha buscado llegar a Estados Unidos.
Otro caso es Fernando, de origen salvadoreño, quien llegó a California, Estados Unidos, cuando tenía 18 años, ahí trabajo por más de una década, pero fue deportado a El Salvador, pese a tener una residencia legal en el país, pues hace tres años se casó con una ciudadana americana. Hoy busca de forma desesperada volver con su familia.
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Carlos, proveniente de Venezuela, tiene tres meses en México. Cruzó sin contratiempos Centroamérica; sin embargo, al llegar a Tuxtla Gutiérrez, Chiapas permaneció mes y medio detenido por agentes migratorios, lo que ha retrasado la llegada a Estados Unidos.
Foto: Humberto Aguirre y Agencia Enfoque
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