Refrescos, galletas, dulces, chocolates, son algunas de las cosas que se pueden encontrar en la miscelánea «La Fe» ubicada en la esquina de la 22 Norte, y la 6 Oriente, en el barrio de los Remedios.

Todos los días decenas de personas ingresan a este establecimiento para comprar algún artículo, sin saber que esta tienda tiene cerca de 100 años funcionando.

Aunque se desconoce el año exacto en el que comenzó a funcionar, «La Fe» fue abierta por primera vez en la 6 Oriente por Adalberto Andrade Herrera, y su esposa Petra López Espinoza en la Puebla postrevolucionaria.

Este matrimonio tuvo diez hijos, de los cuales cuatro siguen con vida, y tres de ellos, Cruz, Hermila, y Joaquín, afirman que la ciudad de Puebla en la que nacieron y crecieron ha cambiado a 491 años de su fundación.

En primer lugar, los hermanos Andrade López recuerdan que en las décadas de los 30 y 40 había muy pocas calles, debido a que no había muchas viviendas construidas, y las que existían eran en su mayoría vecindades que estaban muy lejos entre ellas.

Por ello, las vialidades no estaban pavimentadas, por lo que las personas tenían que caminar entre lodo, piedras, terracería y baldíos.

“Todo estaba lleno de tierra, piedras, barro, las calles eran muy lodosas y llenas de pura terracería, yo recuerdo que cuando éramos niños nos resbalábamos y nos ensuciábamos de lodo cuando salíamos para ir a la escuela o a la iglesia, había pavimento, ni nada de eso”.

Cruz Andrade

Por su parte, Hermila Andrade recordó que a unos metros de la tienda de sus padres había un campo al que nombraron como “Camino Real”, en el que llegaban húngaros y gitanos provenientes de Europa.

“Le llamaban el Camino Real porque no había casas, y aquí venían a descansar toda las personas que venía de lejos, llegaban muchas carretas porque había bastante campo, venían muchos húngaros y gitanos, mucha gente les tenía miedo porque decían que se llevaban a los niños”.

Hermila Andrade

Señaló que los europeos comenzaron a casarse con los poblanos que vivían en los alrededores del “Camino Real”, lo que provocó que la población creciera y se construyeran más viviendas en la zona.

A su vez, también se construyó un motel que al día de hoy sigue funcionando en lo que alguna vez fue el “Camino Real”.

De estanques a lavaderos

Por otra parte, los hermanos afirmaron que en la 22 Norte, entre 10 y 12 Oriente, en lo que hoy es una fábrica de manufacturera textil, en la década de los 40 existió un estanque de agua en el que los pobladores de la zona iban a lavar su ropa.

“Yo me acuerdo que cuando era niña había un depósito de agua muy grande que abarcaba toda una cuadra, iba mucha gente a lavar su ropa a mano, porque decían que ahí corría agua limpia, pero también decían que era muy peligroso”.

Cruz Andrade

Precisaron que era muy común oír que encontraban gente muerta en ese estanque, incluso, señalaron que en alguna ocasión se llegó a descubrir la cabeza de una mujer flotando en la superficie.

Años más tarde, la gente dejó de ir a ese estanque porque fueron construidos unos lavaderos en la zona de San Francisco que fueron hechos exclusivamente para la gente de la periferia de la ciudad, que en ese entonces eran los barrios originarios.

«Esos lavaderos los hicieron para las personas que empezaban a hacer sus casas por aquí, entonces toda la gente iba con sus maletas a lavar allá, eran para la gente que no tenían recursos todos entraban por una privadita”.

Hermila Andrade

Entre dulces, carbones y rábanos

Finalmente, los hermanos Andrade López recordaron algunos aspectos de su infancia en la ciudad de Puebla de las décadas de los 30 y 40.

Indicaron que estudiaron la primaria en una escuela llamaba “Unión y Patria”, la cual estaba al interior del Templo de la Virgen de los Remedios.

También señalaron que les gustaba pasar por la 2 Poniente, porque en esa calle se encontraba la dulcería “Luxus”, inaugurada en el año de 1935.

A su vez, refirieron que en la zona del Barrio de Analco había muchas barrancas y cerritos, así como un pequeño arroyo de agua que llegaba hasta el mercado de la Acocota, y del cual nacían rábanos.

Lamentaron que todo lo que recuerdan ya no existe por el crecimiento que ha tenido la ciudad de Puebla en los últimos 70 años, sin embargo, también reconocen que estas transformaciones han sido en una parte buenas para los poblanos.

«No había nada de lo que se ve ahora, la verdad es que las calles han cambiado mucho físicamente, antes no había servicios ni nada de eso, ha sido todo un cambio muy radical a comparación con esos tiempos, ahora ya somos gente civilizada”.

Joaquín Andrade

La miscelánea “La Fe”, es atendida desde 1971, -fecha en la que se pasó del lado de la 22 Norte-, por Cruz Andrade, a pesar de que cuando era niña sentía pena cuando sus papás le encargaban la tienda.

Foto principal: Cortesía familia Andrade López

Fotos: Facebook & web

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