Rocío disfruta ser maestra, aun en el «castigado» sistema privado

Por 22 años ha trabajo en el Instituto La Paz de Puebla, donde ha visto cómo ahora los padres de familia han restado valor a su profesión

Rocío disfruta ser maestra, aun en el «castigado» sistema privado

Autor: Daniel Jiménez

En las más de dos décadas que Rocío Juárez Rojas se ha dedicado a trabajar como maestra de nivel primaria, ha visto cómo la labor de los docentes es cada vez menos apreciada por padres de familia debido a que se viven tiempos complicados, pero mantiene buena actitud en la profesión que ha sido su pasión desde muy joven.

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Mis Rocío, como es conocida en el Instituto La Paz de Puebla, donde ha trabajado por 22 años, dijo que cada estudiante debe ser atendido de acuerdo a sus necesidades porque se trata de enseñarles lo que necesitan aprender, por ello lamenta que el sistema educativo siga siendo «cuadrado» y establezca planes de trabajo generalizados, asumiendo que todos los alumnos trabajan de la misma forma.

«El amplio programa que hay que cumplir con los chicos, el tratar de abarcar diferentes esferas, como la emocional, la afectiva, y que ellos aprendan, pero al venir de diferentes medios y familias, hay que atender a cada chico de acuerdo a lo que necesitan. Ya no es lo que nosotros debemos enseñar, sino qué es lo que cada uno necesita aprender. Cada chico tiene un contexto diferente. No podemos unificar la enseñanza, no puedo unificar el trato, entonces tratamos de ajustar, adecuar, aunque eso a la larga a nosotros nos trae cierto problema»

Rocío Juárez Rojas
Maestra de Primaria en el Instituto La Paz de Puebla

En entrevistada para El Ciudadano México, previo al Día del Maestro, la docente expresó que en una profesión como el de los educadores es importante cuestionarse si se trabaja por convicción o solamente para sobrevivir y solventar gastos, ya que esta es una ocupación en la que es fundamental mantener una buena actitud y estar en constante búsqueda de los medios para desempeñarse de la mejor forma.

Particulares trabajan más y ganan menos

Para Rocío Juárez los maestros de escuelas particulares perciben un menor salario que los de gobierno, trabajan más y reciben menos apoyo, aunque también admite que como docente de institución de paga, está obligada a destacar para ofrecer algo diferente a las públicas.

Sin embargo, prefiere mantenerse positiva a pesar de sus condiciones laborales, para no afectar su labor con los estudiantes.

«Las escuelas de gobierno tienen grandes beneficios. Como particulares trabajamos más, tenemos que dar un plus porque los padres de familia buscan una escuela particular, por eso. En remuneración, en comparación a escuelas de gobierno, gano menos, pero si yo me enfocara en que no me alcanza o que es muy poco, pues entonces me costaría más trabajar. Como escuela particular los apoyos del gobierno no nos llegan, por lo que hay que ser un poco más independientes»

La pandemia por la covid-19 significó otro reto para los maestros. En el caso de ella, representó capacitarse para usar dispositivos y estar a la par de sus alumnos, pues se dio cuenta de que ellos estaban más familiarizados con la tecnología.

Por sus propios medios comenzó a capacitarse para usar correctamente los programas necesarios para impartir clases a distancia, además de que tuvo que actualizar su equipo de cómputo.

«Tuve que actualizar mi computadora, ponerle varios programas, tomar un curso de cómo compartir pantalla, sonido, descargar archivos; implicaba dedicarle tiempo, porque en las tardes era preparar la clase y luego trabajarlo, ensayando»

Un trabajo menospreciado

Aun con el esfuerzo dedicado a sus clases y con el firme convencimiento de que sus labores son realizadas con corazón y de la mejor manera posible, Rocío no puede evitar sentir que el trabajo de un maestro ya no es tan valorado como antes por los padres de familia. Esto porque considera que en el presente han cambiado la calidad en la educación para en vez de eso inclinarse por una escuela que ofrezca todas las comodidades a sus hijos.

Ella, al igual que muchos maestros, sólo busca ayudar en la formación de estudiantes, pero ahora muchas veces sólo ven falta de apoyo y aprecio a su trabajo, al igual que ataques de algunos padres de menores que no aceptan ningún tipo de comentario.

«Queremos que nos dejen trabajar, que nos den un poco más de libertad, como antes, porque ahorita nos sentimos un poco atados de manos por los padres de familia. Que nos dejen trabajar.»

A lo anterior se suma el hecho de que el plan del sistema educativo a veces tiene planteadas metas irreales, en las que sólo les exigen el cumplimiento de las mismas, sin importar si el trabajo estuvo bien hecho y hubo aprendizaje.

Foto: Daniel Jiménez

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